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"Cada día es una pesadilla de la que me despierto cuando me duermo"

Yoongi estaba parado contra el probador esperando por Hoseok. Tenía una fiesta de cumpleaños de dieciocho de una de sus primas, y debía ir bien vestido, además quería conquistar algún que otro chico. Era la décima camisa que se probaba, y no le gustaba. Decía que ninguno le remarcaba su cuerpo... Amaba la manera en la que el aceptaba su cuerpo, y su personalidad... Toda el, le caía bien.

- ¡Yoongi! Elije una camisa, y tráemelo — Pidió Hoseok desde adentro del probador.

Yoongi no sabía sobre modas, y tampoco sabía combinar. No sabía qué color quedaría con el tono de piel de Hoseok, el era blanco pero no era pálido...

- No creo... No creo que sea buena idea, ya sabes.... No soy bueno en esto — Dijo golpeando, la puerta que los dividía, con los nudillos.

Hoseok bufó molesto del otro lado. Y el pelinaranja le dijo que iría rápidamente a buscar alguna camisa. Salió de los probadores, y caminó hacia la sección de la vestimenta para fiestas, encontró una camisa azul. Tomó uno de la talla M, y fue donde Hoseok, se lo dio por arriba de la puerta.

Soltó un pequeño grito cuando lo vio, dijo que le encantaba y que Yoongi si sabía sobre moda, solo que nunca había hablado de esta con alguien... Hoseok se enamoró cuando la vio puesta sobre el, salió del pequeño lugar y dio una vuelta, terminando con la mano sobre su cadera.

Un chico que estaba apoyado en la entrada de todos los probadores, le silbó, y este, al darse cuenta, tomó un color carmesí en sus mejillas. El chico, le sonrió, y Hoseok le devolvió la sonrisa.

- Bueno, ya tienes a un chico — Yoongi alzó las cejas, bromeando.

- Shh... Sigue mirando, estoy nervioso.

Yoongi lo empujó dentro del probador, y le dijo que se quitase la camisa, el la iría a pagar mientras que Hoseok hablaba con el morocho de aquella esquina. Tenía ojos cafés, y unos dientes blancos brillantes como reflectores, si... así de lindo.

Llegó a la caja, y alguien tosió a su espalda, se dio media vuelta y se encontró con un chico de pelo alborotado y ojos cafes a sus espaldas. Rodó los ojos, y miró lo que llevaba en las manos...

Estaba comprando ropa, y era bastante lindo lo que llevaba.

- A que eso te lo pidió Jungkook... ¿Te obliga a que le compres ropa? Dios mío. — Preguntó, señalando a la remera que tenía en las manos.

- En realidad, es para mi padre. Mañana es su cumpleaños, y quiero hacerle un regalo — Se rascó la parte trasera de la nuca.

Yoongi se sintió estúpido. Abrió la boca en forma de 'o' mostrando sorpresa, y asintió con la cabeza, luego dio media vuelta para esconder la vergüenza, que se había apoderado de sus mejillas, de ese momento.

- ¿Irás a una fiesta? — Susurró en su oído por la aproximada. Yoongi pudo sentir el aroma de su chicle. Menta fresca — Digo, esa camisa no será para ir a tomar un café.

Yoongi sonrió de lado, y volvió a girar. La fila no avanzaba así que, podía desconcentrarse y hablar con Jimin. Negó con la cabeza e hizo una mueca con la voz. El no iba a fiestas, y menos con camisas tan delicadas, y lindas como el que poseía en sus manos.

- No, Hoseok va a una fiesta.

Jimin se la arrebató de las manos, y la examinó.

- Me hubiera gustado verte con esto.

Yoongi soltó una risa ahogada, y volvió a mirarlo. El nunca se imagino sobre este, no era su tipo de vestuario... A el le gustaban los jeans, las zapatillas, y las remeras holgadas en las cuales podes sentirte cómodo. No era que detestara todo aquello que se usaban en las fiestas, es solo que no se sentía bien con ello sobre el. Al ser inseguro, todas las cosas eran feas, y desagradables en su cuerpo.

- Claro, si alguna vez me visto con esto es porque, estoy borracho o porque tengo un problema más grave de lo normal en la cabeza — Acomodó su cabello, y estiró su cuello. A lo lejos vio a Hoseok coqueteando con el chico que le había silbado. Sonrió, y la fila empezó a avanzar.

- ¿Cómo te sientes? — Preguntó Jimin refiriéndose a lo que había pasado hace una semana, Yoongi sintió escalofríos. El tema no era lo suficientemente bueno para hablar con él aunque, si quiera podía responderle esa pregunta ya que, gracias a Jimin, Yoongi se había salvado.

- Mejor, creo que me acostumbré y no fue muy fuerte el dolor al día siguiente. — Sin ni siquiera mirarlo, contestó. Sus ojos se cristalizaban cuando hablaba sobre aquel tema. Era muy... íntimo.

- Yoongi...

Hoseok llegó por detrás gritando que había conseguido el número del chico, y que saldrían en unos días por la tarde a un café de por Seúl, y luego, pasearían por la Ciudad. Luego, miró a Jimin, y le sonrió abiertamente. Todavía no le había contado nada a Yoongi, y tal vez, era lo mejor. Guardar todo eso, no quería que Yoongi fuera a enamorarse de Jimin, era el imbécil más grande de todo el mundo, y Hoseok, al querer lo mejor para su amigo, deseaba que el fuera feliz con otra persona.

- Jimin — Hoseok cruzó sus brazos.

- Hola.

Yoongi sacó su celular porque había recibido un mensaje, y de Jin. Al verlo, sonrió tan grande que Jimin sintió curiosidad. Hoseok le pisó el pie con delicadeza, para que no fuera a espiar pero, él no le haría caso.

Estiró su cabeza, disimulando, y en ese momento, la castaña bajó el teléfono.

- Jin acaba de invitarme a salir, ¿debo ir?

- ¡Claro que sí! -Exclamó Hoseok — Ya veo que se formará una nueva pareja — Golpeó el hombro de Jimin en forma de juego, pero él tenía el ceño fruncido, y al parecer no estaba contento.

{...}

Jin, estaba indeciso sobre qué hacer en ese momento. Su mano rozaba con la de Yoongi, y quería entrelazar sus dedos, el soltó un suspiro y miró al chico a su lado. Mordió su labio, y agachó la cabeza.

Estaban sentados sobre una banca del parque, la mirada de Yoongi estaba sobre una pareja de personas grandes, y Jin posaba sus ojos en el rubio.

El silencio no era incómodo, era tan refrescante que podían quedarse todo el día así. Los ojos de Jin resplandecían más por la noche, y eso lo hacía más irresistible.

«Quiero besarlo.»

«Quiero besarlo.»

Ambos tenían el mismo pensamiento pero, nadie se animaba a dar el primer paso. Yoongi tomó aire, debía hacerlo. Necesitaba besarlo, y no le importase que fuera la segunda cita. Sus labios ya, antes, se habían tocado, y fue la mejor sensación del mundo.

Cuando sus labios se tocaron era como sentir una corriente de electricidad por tu cuerpo que te sube el ánimo. Sus labios encajaban bien juntos, y eso... hacía que Yoongi saltara de felicidad por dentro. Jin, iba a hacerlo, cuando giró su cabeza mirando al rubio, el le tomó de las mejillas plantándole un beso en medio de la boca, Jin sonrió y aceptó el tacto de estos. Lo tomó de la cintura, acercándolo a su cuerpo.

Se separaron, y se volvieron a besar, y lo hicieron como unas cinco veces más, terminaron entre risas. Él lo abrazó, y Yoongi descansó en su pecho.

- Me encantan cuando tus labios están sobre los míos, Yoongi.

Let Me Die - YoonMinKde žijí příběhy. Začni objevovat