Parte 5

8 0 0
                                    

Florencia llegó a su apartamento casi a la media hora de hablar con Edward. Sus familiares esperaron que entrara y cerrara la puerta para, de esa manera, asegurarse que la dejaban con bien.

Ella subió las gradas, recordando las frases de cariño que los miembros de su familia le habían enviado desde su país en ocasión de su natalicio. Recordó cómo eran las cosas allá y las añoró; pero luego se quitó de la memoria esas escenas porque la iban a hacer llorar de nuevo y esta vez no estaba un Edward Morgan enfrente.

No le había agradado mostrarle, de primas a primeras, ese punto débil de ella ya que podía ser una herramienta que alguien podía usarla en su contra. Pero no lo había podido evitar, el señor Morgan había sido tan amable y caballeroso con ella. Además ese beso la había desarmado por completo.

Al llegar a su apartamento, entró y cerró la puerta con doble llave. Se dirigió a la sala de estar que estaba completamente bien amueblada y decorada con colores pastel. Luego pasó a la sala principal, donde había dos muebles grandes forrados de color azul a rayas. Esta sala estaba rodeada de cuadros de imitación de Monet con unos paisajes lindísimos.

Después llegó al salón del comedor donde había muebles para cuatro personas compuesto por sillas de madera y varios cuadros de frutas en sus paredes. También estaba un cuadro de la Santa Cena que siempre le recordaba sus orígenes católicos.

En su cocina, había una estufa de cuatros hornillas, un refrigerador bastante moderno, horno micro-ondas, cafetera y un pantry de color beige bastante grande. En sus interiores se encontraban platos, vasijas y demás instrumentos para preparar una buena comida.

Luego llegó a su habitación, la cual tenía un gran televisor plasma, un aparato de sonido y una cama King Size. La misma estaba cubierta por un edredón color rosa y varias almohadas de color morado lila. La combinación de colores le brindaba al cuarto una sensación de ternura.

Florencia vio su cama y literalmente se tiró al colchón para poderse dormir. No pudo dormir más de media hora, ya que los recuerdos y las pesadillas la asaltaron de nuevo. Se levantó bruscamente de la cama, sudando por completo.

Se dirigió a su closet, se quitó la ropa, la tiró en el piso y se colocó sus mallas y zapatillas de deporte para salir a correr. Ella sabía que la única manera de superar esas pesadillas era quedar agotada tras una buena dosis de ejercicio o tomar algún somnífero pero esto último lo estaba dejando ya que no le gustaba la idea de volverse adicta a los químicos.

Salió corriendo del apartamento, abrió la puerta del condominio y comenzó a correr hacia el parque.


Y si te enamoras de miWhere stories live. Discover now