Capítulo 9

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Zeihar

Los ojos azules del vampiro se clavaron en las manecillas del rolex plateado que llevaba en la muñeca: Jane no debería tardar demasiado en salir. El sol ya llevaba un tiempo considerable escondido y los pocos empleados del Laboratorio del Instituto de Perfumería que trabajaban hasta la noche ya se habían marchado...

Pero Zeihar sabía que aquella inquietante joven, a la que "conoció" en la Expo Rose, tenía una tardía jornada laboral. Por eso, aguardaba con total calma desde un tejado cercano, camuflado en la oscuridad gracias a sus pantalones de traje negro y camisa a juego.

Desde esa posición elevada y oculta, el vampiro vigilaba "a la vieja usanza". Como lo había hecho todas las noches desde que Albert averiguó que ese era su lugar de trabajo. Y Jane siempre repetía el mismo patrón: abandonar el recinto horas más tarde que el resto, a excepción del guardia de seguridad de turno.

Lo cierto era que su mayordomo no había logrado obtener demasiada información. Según le había explicado, había utilizado tecnologías humanas para encontrar a la enigmática joven entre los habitantes de Grasse que usaban lo que él había llamado "redes sociales". Una especie de directorio público, o red de contactos. De ese modo había averiguado el apellido de la susodicha, Sheffield, así como la edad y profesión. Pero según el muchacho, ella utilizaba poco esas "redes" para lo que se consideraba normal, y no había demasiada información sobre ella.

Por su parte, la vigilancia de Zeihar había sido certera, mas los resultados no habían aportado demasiada información: la extraña mujer siempre iba directamente del trabajo a casa. Salvo una vez en la que su compañera, la dulce e inocente Celine, había insistido en salir a cenar a una suerte de restaurante asiático. Esa fue la única ocasión en la que Jane salió pronto del trabajo y, también, la única en la que lo hizo acompañada.

Quitando esa excepción, la enigmática joven siempre volvía a casa, cenaba algo simple pero habitualmente sano, y permanecía leyendo o escribiendo en su cuaderno de notas con la sola compañía del ruido de aquella especie de espejo oscuro grande, que Albert le había mencionado que se llamaba televisión. Nunca recibía visitas, ni llamadas, ni tenía citas o encuentros con nadie. Y nunca hacía nada más que trabajar, alimentarse y descansar. O, al menos, eso era lo poco que alcanzaba a ver a través de las ventanas cuando ella no corría las opacas cortinas de su sobria vivienda.

Alguna vez, hasta la había observado dormir... Y de no ser porque era imposible, habría jurado que ella se había percatado de su presencia en una noche en la que despertó repentinamente, mirando a todas partes en la abrupta oscuridad en la que él no era sino una sombra más, que se desvaneció en el silencio de la respiración ajena.

Lo más irónico de todo el asunto, era que no había encontrado nada raro en ella: todo era demasiado normal. No era solo que no hubiera ni rastro de vampiros en su vida. Es que la de Jane era una existencia monótona, simple y vulgar. A su juicio, exageradamente aburrida incluso para una humana corriente, moliente y mundana. Y aquello era lo que más intriga le generaba: no tenía sentido. No después de lo que ella había mostrado que era capaz de hacer.

Y Zeihar tenía que averiguarlo. Era un deber que no tenía nada que ver con ninguna suerte de interés enfermizo mal tildado de romanticismo. Su motivación estaba lejos de esas cuestiones. Era, sencillamente, una cuestión de instinto y supervivencia. A su juicio, se trataba de sentido común: el secreto que Jane guardase, fuera cual fuera, podía ser peligroso.

Porque, por muy insignificante que aquello pareciera, no tenía explicación alguna... Y las teorías al respecto de ese puzzle sin apenas piezas no eran nada halagüeñas. Seguía sin descartar la opción de que fuera una cazadora. Y si trabajaba para otro inmortal que no había aparecido ante él tras conocer su presencia, significaba que este tenía algo que ocultarle. Ninguna de las dos opciones le resultaban complacientes.

Crónicas de la Rosa I: Pétalos de SangreHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin