Capítulo 10.

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Simon se encontraba mirando la sopa que su madre había hecho ese día y como su teléfono celular flotaba de manera casi caótica. Era miércoles, doce y quince cuando Timmy le pidió a su hermano que pensara rápido al recibir su teléfono celular, pero en ese momento ninguno pensó rápido; ganándose así una cara, ropa y cabello salpicado de sopa de pollo. Además de ver el teléfono celular prácticamente que sacando chispas.

—Eres un animal, Timothy—Dijo el oji claro.

—Lo siento, vaya, pensé que lo atraparías—Se pasó las manos por su cabeza. Simon se encontraba rabioso pero no lo iba a exteriorizar, porque así era él. Prefería tomárselo todo con burla antes que enojarse. Cosa que le debía a su abuela por asustarlo desde que era bebé con que el enojarse demasiado y exteriorizarlo le traería arrugas antes de tiempo y él era un hombre que se cuidaba físicamente demasiado.

—La vida es eso que pasa cuando tu hermano daña tu teléfono celular, te salpica con sopa y hace de cuenta que nada paso, justo el día de tu entrevista de trabajo de medio tiempo.

—Te dije que no lo hice a propósito—Se disculpó nuevamente con la mirada al expresar las palabras. Sus padres se encontraban descansando y estaban a punto de salir, él para la universidad pues tenía clases y Simon a su entrevista de trabajo.

—Mira, tú te harás cargo de los daños de mi teléfono—Comento metiendo su mano en la sopa y sacando el teléfono celular con delicadeza—. Y hasta que no lo arregles, no te devolveré el tuyo—Se levantó rápidamente para tomar el teléfono del chico.

—¡Simon, necesito el teléfono! No me puedes quitar el teléfono así como así.

—¿Acaso yo te mande a tirar el mío en la sopa? —Pregunto a su hermano—. No, arréglatelas.

Desapareció por completo. Timothy se acercó al teléfono de su hermano que se encontraba lleno de papá y pollo. Sin embargo seguía sonando. Luego de recoger los platos y lavarlos manualmente rápidamente antes de irse a la universidad. Simon volvió a entrar en la cocina y le miro.

—Ya te dije que lo sentía, deja de mirarme como si quisieras matarme y enterrar mis huesos al lado del reloj que le dañaste a papá cuando tenías diez—Comento.

—No hables de ese reloj—Dijo señalándolo. Cuando Simon tenía nueve, unos días antes de cumplir los diez, su madre le regalo a su padre un reloj despertador. Simon lo odiaba completamente, que el día siguiente a su cumpleaños, cuando sus padres se fueron a la iglesia y ellos quedaron a cargo de Mateo su hermano mayor, busco a Timmy en su habitación para ir a enterrarlo en el patio trasero, a escondidas de su otro hermano enterraron el reloj de su padre. A la mañana siguiente su padre estuvo buscando el reloj por todos lados, al final Simon no lo soporto y le conto la verdad a Mateo asi que este se inculpo para que no les regañaran, desde entonces tuvieron un pacto de guardarse secretos y nunca se supo más de ese reloj, aparte de ese momento histórico en la vida de los pequeños.

FUERA DE JUEGO | LIBRO #2|Where stories live. Discover now