Él sabía de su existencia al igual que sabía de la existencia de muchos más, pero ella realmente no había llamado su atención y la verdad detrás de todo aquello era que ninguna chica podía caer en sus redes. Porque no había ninguna que la atrapara a...
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¿Conocen eso a lo que algunos llaman valentía y sinceridad por la madrugada? Pues Simon lo estaba viviendo a las 9 de la mañana. Nunca había sido un vándalo, pues no recuerda realmente que alguna vez le hubiese causado problemas a su madre de ese calibre. Sin embargo siempre fue el más intrépido, cosa que le llevo a tener unos raspones y grandes cicatrices en el cuerpo.
Pero nada lo había llevado a tal extremo de locura como Milena Romanueve. Extremo que lo estaba llevando a encontrarse rompiendo el código de seguridad mientras se adentraba por el patio trasero de la casa de su primer y único amor, además de ser también la casa de sus pastores lo que hacía de la experiencia algo mucho más loca y caótica. En ese momento se encontraba lleno de adrenalina por dos cosas, el perro de la vecina que en cuanto lo vio intentando abrir las cercas del lugar comenzó a ladrar y su propia conciencia que iba a llevarlo a que al final terminara tocando el timbre de la casa.
Pero sabía que si lo hacía, posiblemente ella no iba a aceptar verle y mucho menos iba a aceptar acompañarle a la supuesta reunión que había preparado su hermano menor para presentar a Pame, la chica que le gustaba. Donde todos se iban a encontrar en pareja y sobre su cadáver él iba a tocar el violín toda la noche, era bueno tocando la guitarra pero nunca el violín.
De todas las personas que Simon Fitzpatrick podía escoger para llevar a la supuesta "reunión" que tenía más cara de cita, solo él se atrevería a invitar a la chica a la que ha molestado durante catorce años y de la que ha estado enamorado gran parte de su vida; que sumándole a su desgracia, le odia.
Cuando estuvo dentro de la casa su adrenalina subió al cien, en especial cuando uno de los gatos de la chica apareció y se sentó a mirarlo con gracia mientras movía la cabeza de un lado a otro. Al igual que su dueña, el gato también lo odiaba.
—Bien, Martin Luther King, es momento de que ayudes a tu padrastro. En un futuro seremos familia y no puedes simplemente seguir odiándome toda tu vida—Entonces el gato maulló como loco antes de brincar hacia el chico que brinco rápidamente antes de que el gato le aruñara—. Eso no se le hace a papá, gato grosero.
Entonces como si fuera poco. Apareció el nuevo integrante de la familia, que era un gato blanco que arrasaba en las redes de la chica quien a cada rato subía fotos del pequeño animal. Su nombre era Abraham Lincoln y al parecer a este si le agradaba Simon pues se acercó a él y el joven le acaricio aun con miedo de que se volviera loco y le mordiera, pero este simplemente le lamio la mano antes de lanzarse para que Sim le acariciara.
