Capítulo 17.

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Bradley Abbruzzi se encontraba cumpliendo seis años, era un niño fuerte y grande. Sus ojos cafés justo como los de su madre, pero con el entusiasmo y la responsabilidad de su padre. La familia Brown lo conoció hace un año pero es como si le hubiesen conocido de toda la vida. Porque no existía pequeño más risueño y encantador que él. Inteligente como precioso, lleno de mucho amor para dar. Él era la luz del lugar, los hermanos Abbruzzi en general, pero en especial eran la pequeña adoración de Samantha. No le tomo mucho tiempo a la hermana de la melliza aceptar lo mucho que les quería; fueron solo semanas y ahora no se imaginaba en otro lugar que no fuese con ellos.

La casa de los Abbruzzi se encontraba decorada con muchos colores. Pame había visto como la casa al principio, cuando solo llevaba su hermana pocos días allí eran colores neutros y poco color. Ahora era todo colores, era extraño pero era algo que acompañaba a la mayor de los Brown siempre, donde quiera que llegaba dejaba algo. En esa casa había mucho color. Las paredes se encontraban llenas de dibujos y cuadros muy coloridos hechos por los chicos con amor.

Pero justo para el cumpleaños, se encontraba mucho más colorida. Más que todos días, toda la casa se encontraba decorada con la temática de cine que tanto había pedido el pequeño para su cumpleaños. Él solo tendría que hablar para que quien quisiera hiciese lo que él deseaba y aunque Samantha deseaba hacerlo todo, Braxton no la dejo, simplemente contrato a alguien que lo hiciera. Cosa que aun hacía reír a toda la familia Brown/Davis, principalmente porque a Samantha siempre le tocaba hacer todo cuando estaba en casa, ahora ella simplemente tenía que sentarse a admiras y eso le ponía los pelos de punta.

El regalo de los mellizos había sido pedido muchas semanas atrás, pero solo hasta hace unos tres o cuatro días había llegado. Fue realmente lo que hizo que Pame saliera de la cama después de la cena horrorosa que tuvo con Timothy. Eso y que si no asistía a clases posiblemente su racha de tutorías iba a desaparecer y sobre su cadáver eso iba a ocurrir. Timothy tampoco se pronunció mucho durante los últimos días, pero no se debía a él, era principalmente a ella que cada vez que lo veía acercarse, sin que él le viera se escapaba.

No se suponía que ella se sintiera avergonzada o mal por pensar diferente. Pero tampoco se sentí la mujer más feliz, no si todo lo que se le venía a la mente en ese momento era la cara de decepción de Timmy. Era ignorarlo o aceptar que realmente el amor con ese chico realmente no iba. Desde esa cena en su mente ha surgido una pregunta bastante controversial "¿por qué la religión se interponía en el amor?" y era una incógnita sin respuesta aun. Esperaba en algún momento poder responderla, pero frente a ella y Timmy, no frente a todo lo demás; porque justo en el momento que entro al patio donde se encontraban las mesas decoradas y niños por todos lados, su sobrino le miro y corrió hacia ella. La religión realmente podía separar algunas cosas, pero no el amor de la familia.

El pequeño llego hasta ella y salto rápidamente a los brazos de la chica quien lo sostuvo con todo el amor del mundo antes de comenzar a llenar su cara de besos. Era la última de las familia por llegar, todos se habían vestido y habían salido de casa antes, pero ella estuvo una hora y media llorando por culpa de un capítulo de Grey's Anatomy o simplemente se había escudado en el capítulo con escenas tristes para poder llorar con ganas. La última opción sonaba más Pame. Sin embargo la chica se había rehusado a salir de casa con su cara hinchada y luciendo como una desahuciada...por lo que prometió que llegaría y lo hizo.

FUERA DE JUEGO | LIBRO #2|Where stories live. Discover now