Fourth Afternoon

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Comencé a caminar hacia mi carpa, con los atisbos de encontrar a Finn ahí dentro.

Entré, y, por no decir groserías, me vi nuevamente en la necesidad de buscar a mi madre y decirle fácil. La puta madre.

-Oh ¡Jack! ¡Ya llegaste!- terminó de quitarse los pantalones, quedando únicamente en ropa interior.- ¿Qué tal te fue?

Hice un esfuerzo sobrehumano por no verle... Ya saben. ¡Soy un niño, y estoy lleno de morbo! ¡¿Sí?!

Sentía, y podía jurar que tenía el ojo izquierdo en su rostro y el derecho en su ropa interior y... Es que ¿Cómo no estar así si su cuerpo estaba muy bien formado? Era alto, y delgado, y su palidez lo hacía ver como un lienzo blanco... Un lienzo blanco con cicatrices pintadas en todo su torso. Preferí no preguntar, por respeto.

-Bien... Bien, quedé como ayudante de payasoOye ¿Qué haces? -terminé por sentarme en la cama, y el rió por mi estúpido cambio de tema.

-Me voy a bañar, ¿no es obvio? Entre más rápido lo haga, ver menos cosas me toca.- Se encogió de hombros- Creo que entiendes la referencia de cosas.

-Iugh, si.- arrugué la nariz.

-Bueno, ¿me acompañas?

Asentí y también me quité la ropa, quedando igual que él. Fuimos caminando juntos hasta el riachuelo. Cuando salimos nos dimos cuenta de que ya varias personas estaban quitando las estructuras y desmontando escenarios.

-¿Entonces ya nos vamos hoy? -pregunté tímido y en susuro, como si tuviese miedo de que alguien más ajeno a Finn me escuchase.

-Sí, está corriendo el rumor de ir a Canadá pero... Uh, No me convence la idea...- hizo una mueca.- Lo que sé es que Baltazar quiere salir del país lo antes posible, por ti, creo.- asentí lento.

-¿Por qué no te convence Canadá?

-Porque... Hace frío.

Me encogí de hombros, entendiendo que no era momento de tocar el tema. Mi madre solía decir que era bueno entendiendo a las personas.

Es una pena que ya no me lo pueda decir.

Me adelanté un poco sin darme cuenta, y a los segundos sentí una mano en mi espalda ejerciendo suficiente fuerza como para tirarme al río que corría por ahí. El golpe de agua helada me hizo gemir como perra.

-¡Eres un-!- me tiró agua en la boca, provocando que me callase.- ¡Ya! ¿Al menos trajiste algo para secarnos?

Se metió al agua de golpe.

-Uhhh, hace frío.- rió.- Sí, no soy tan idiota.- señaló un árbol, donde había dejado dos toallas color pus y jabón.

-¿Hay jabón? Joder, me siento como un rey.- Reí, agachandome en el agua para no sentir el aire frío. Él hizo lo mismo tras la corriente de aire.

-¿Qué creías? ¿que los del circo no se bañaban y vivían en la suciedad para siempre?.- asentí y a él le dio un pequeño ataque de risa. Después se puso muy serio.- La verdad algunos sí.

Yo también me reí de sus comentarios. Me gustaba este Finn, el Finn que sonreía y reía, y no sólo sonreía por no llorar. Me gustaba... Me gustaban sus gestos.

-No digas groserías.- lo miré, y estaba en un intento fallido de flotar boca arriba con los ojos cerrados. Me di la libertad de sonreír.

-¿Lo dices por 'joder'?

-Sí, niño mal educado. ¿Sabes qué significa?.- se enderezó y sonrió maloso.

-No, pero-

-Qué bueno.- volvió a ponerse a flotar sobre el agua.

Rodé los ojos y me aventé sobre él, causando que el agua entrase en su boca y nariz.

-¡Me vas a ahogar! -se talló los ojos mientras tocia, una vez se levantó

-Me la debías.

Ambos reímos, y proseguimos en bañarnos como es debido. Con mucha suerte, terminamos justo a tiempo ya que el resto de personajes recién se iba metiendo cuando nosotros íbamos saliendo.

Me envolví en una toalla, y él hizo lo mismo.

-Es la primera vez que me baño con ropa interior, es incómodo.- reí mientras caminaba detrás de Finn. Íbamos a nuestra carpa.

-Podías quitartela.- le di un golpe suave en el hombro. Comenzó a reír.- Bueno, sólo digo.

-¿Por qué tú no te la quitas?

-Por respeto a las mujeres.

Llegamos y cerramos con los lazos que habían en la puerta para que no entrase más aire frío. Estábamos en Minnesota, hacia un frío infernal y nosotros bañandonos a la intemperie. Parecía que iba a caer una tormenta.

-¿O sea que, los puercos mal nacidos esos se bañan con sus cosas colgantes frente a las niñas?

Finn asintió y empezó a burlarse de mi forma de decir las cosas.

-Pobres.

-Sí, lo bueno es que casi no hay chicas. Unas 6 creo, de 30 hombres.

Formé una 'o' con mis labios y proseguí a cambiarme. Me sequé bien, obviamente me cambié de ropa interior y me puse lo más calientito que encontré.

Finn estaba de espaldas a mí, y yo de espaldas a él. Parecía que ya habíamos acordado cambiarnos así desde antes.

-¿Ya volteo?-preguntó.

-Ya.- Respondí sonriente.

Nos miramos directamente a los ojos por unos segundos y nos sonreimos. Él estaba igual de abrigado que yo.

-¿Ahora qué se hace?- cuestioné asomandome por un hoyito de la carpa, para ver que a pesar de ser seguramente la una de la tarde, ya estaba oscuro por el clima.

-Vamos a recoger nuestras cosas, las guardamos en un baúl, y desmontamos la carpa para que los demás la guarden con las otras.

-Vale... Yo no tengo baúl, tengo un costal de papas, ¿eso sirve? -reí, y él sonrió.

-Podemos compartir el mío.

A pesar de que me negué, obviamente terminé cediendo. Recogimos todas nuestras cosas e hicimos todo lo que el enrulado (Sí, a partir de hoy le diré así) había predicho.

Cuando nuestra carpa ya había sido desmontada, unos hombres grandes la tomaron y se la llevaron. Me fue imposible no volver a sentir repulsión hacia el hombre que había visto el otro día con Finn, iba con los de la carpa. Miré a Finn y gracias a Díos no lo había visto.

-¿Nos quedaremos aquí o...?- Rulitos pareció despertar de su trance.

-No, no, estamos esperando a que carguen las estructuras ahí.- Señaló un lugar poco visible para mi tras los árboles. Cuando me asomé me sorprendió ver a unos 10 caballos en filas de 2, tras ellos había un carruaje (o algo así), y tras el carruaje habían cabinas de madera enormes. Era como un tren pero sin vías, y más versátil.- Después nosotros nos subiremos en la parte de atrás y... Y ya, disfrutamos de un viaje de muchas horas.

-¿Y para qué vamos a Canadá?

-Ya te dije, Baltazar quiere salirse del país lo más rápido que pueda por... Pues, por ti.

-Oh ya...

Oh, rayos.

C I R C U S | FackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora