Capítulo 17 Reencuentro con el pasado.

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Esperó que les guste.
***
— Adiós Jack, no me odies por favor, olvidame y se feliz. — Dijo con la voz llorosa, y se dio la media vuelta alejándose de él, apresuradamente para que no viera lo difícil que era para ella decir adiós.
— Nunca te odiaria porque mi amor por ti, es mas grande, que cualquier cosa, y deseo lo mejor para ti. — Respondió, para sí mismo. 
Serena le demostró que lo amaba, y el estaba seguro de su amor, pero de repente ya lo había terminado y le decía que amaba al hombre que la engaño y la desprecio, que siempre la trato como si no fuera digna de él.
Todo eso era muy extraño, y estaba seguro que debía haber algo más, algo que ella no le estaba diciendo, pero el iba a averiguarlo y entonces recuperaría su amor y su felicidad.
***
Serena apenas camino unos pasos, abrazo su portafolios, y hecho a correr de ahí, lo más rápido que pudo, para que Jack no viera que ella también sufría por él, y que su corazón sangraba dolorosamente. Calles adelante se detuvo y se dejó caer en el suelo, llorando desconsolada. — Adiós amor, adiós para siempre, mi dulce Jack, adiós vida normal, otra vez me he convertido en Sailor Moon, me pregunto porque todos los villanos siempre quieren apoderarse de mi amado planeta, ¿Cuándo sera el día en que nadie amenace la paz de la Tierra?. — Pensaba con tristeza. — Estoy sola, y eso no lo soportare, ¿Cómo vivir sin él? Sin su amor y su apoyo, si Jack era el que estaba junto a mi, noo, no, estoy sola... ahora no hay nadie a mi lado para levantarme y hacerme fuerte. — Grito llorando.
— Dejame ser yo el que te levante. Ya no me alejes más. — Dijo una suave voz a sus espaldas, sintió unas manos posarse en sus hombros, consoladoramente, Serena volvió la mirada y se topo con unos ojos castaños que la miraban con amor y dolor.
— Jack... Tu... ¿Aquí? ¿Porqué? Si ya no... —
— Por favor, si tu me amas... No debemos estar separados, todo esto esta mal, cualquier cosa la venceremos juntos, por favor... Ya no me alejes más, te amo, daría mi vida, y mi sangre, hasta la última gota por ti, pero dime lo que te pasa. Y... —
— ¡Noo! ¡Basta! Esto no esta bien, por favor dejame ir. — Dijo llorando y tratando de hacerse fuerte para no rendirse a su amor.
— ¿Porqué quieres alejarme? Solo dame una razón que valga la pena para irme. — Dijo aferrándose a ella y a no dejarla ir.
— ¡Amo a Darién! ¡Ya te lo dije! Esa es razón suficiente. — Tratando de alejarlo y resistiendo las ganas de abrazarlo y mordiendo sus labios para no decir que lo amaba.
— Eso... Eso no es cierto. No me harás creer esa mentira, no se porque te empeñas en que crea eso, si ni tu lo crees, ¿Porqué te estás engañando a ti misma? . —
— Mientes, yo... No te amo. Lo siento... Debo volver con Darién. — Dijo sacando fuerzas de flaqueza y levantándose, Jack guardo silencio, apretando los puños para contener las ganas de abrazarla y llevársela lejos de ahí, llorando dolorosamente, mientras la veía marcharse de su lado, sin poder decirle nada  más, sintiendo el agudo filo de la soledad, inundar su corazón, tan frío como el mismo invierno que el se ocupaba de llevar a todo el mundo.
La había seguido con la esperanza de que ese último intento la conveciera de su amor, pero había sido inútil.
Dejo caer los brazos en actitud de derrota, Darien le había ganado la partida, le arrebato el único amor que había tenido en su larga y solitaria existencia.
Se dio la media vuelta y se fue con el alma y el corazón destrozados, toda la felicidad que había alcanzado estaba hecha pedazos, todo había sido como un hermoso sueño que se volvió una espantosa pesadilla, pensaba mientras caminaba con el peso del mundo entero sobre sus hombros.
Camila lo observaba desde lejos, y sintió su dulce corazón partirse en pedazos, amaba a Jack, y amaba el brillo de sus ojos cuando estaba con Serena y ahora ese brillo estaba nublado por las lágrimas incontenibles que brotaban de sus hermosos ojos castaños.
Tenía que ayudarlo de algun modo. Y debía darse prisa o el Guardián de la Diversión, pronto estaría acabado.
***
— Madre... ¿Donde estás? Escúchame por favor, necesito hablarte. — Dijo Camila al llegar a su departamento, tratando de ser escuchada. — Jack... Él... Esta muy mal... Y no se que hacer... Necesita tu ayuda... Esta muriendo lento. Madre... Escúchame por favor. — Siguió hablando esperando que sucediera algo que le demostrará que sus súplicas eran escuchadas.
Una luz se extendió por la habitación y se empezó a formar la figura de Selene la madre de Camila.
— Hija... ¿Qué te ocurre? ¿En que te puedo ayudar?  — Dijo con preocupación.
— ¡Oh madre! No soy yo... Es Jack, el esta tan mal... Si tan solo lo vieras, esta sufriendo mucho... Y yo... No se que hacer para ayudarle ¿Puedes ayudarlo tú? Es que no se ha quien mas acudir. Por favor madre... ¡Ayúdalo! ¡Te lo pido! — Suplicó.
— Hija... ¿Qué pasó? ¿Porqué esta mal? —
— Madre... Serena rompió con el, y eso lo destrozó. Y necesito que lo ayudes. — Dijo llorando.
Su madre sonrió con ternura, y se acercó a ella lentamente.
— Hija... Yo no puedo ayudarlo, lo siento mucho. — Dijo mirando su cara triste.
— Madre... Tu controlas el destino lo dijiste claramente. Puedes hacer que vuelvan. ¿Verdad? ¿Lo haras? — Dijo confundida.
— Hija también te dije que no puedo controlar el destino de los Guardianes y menos el de la Princesa, o las Sailors Scouts, eso no esta en mis manos, no puedo interferir aunque quisiera. Además estoy segura que todo se arreglará para el bien de todos, no te preocupes. — Respondió.
— Madre es que... Él se está muriendo de dolor, no lo resistirá, y yo no se que hacer para ayudarlo. — Dijo llorando.
— Solo mantente cerca de él y no lo abandones. Tranquilizate, además el Hombre de la Luna tiene planes para ellos y el sabe lo que hace. — Dijo desapareciendo entre luces y dejándola confundida.
***
Jack llego a su departamento con un gran dolor en el alma, miró el sillón donde tantas veces jugo videojuegos con Serena y sintió ganas de llorar, con un dolor tan fuerte que casi le impedía respirar, se llevó las manos al pecho en señal de dolor y se dejó caer en el suelo llorando de tristeza y desesperación.
— ¡Ahg! Serena... Te amo... ¿Porqué me dejaste? Si no vivo sin ti. Si estoy muerto en vida. — Gritaba, rompiendo todo a su paso. Tirando sillas, cuadros, todo lo que pudo, como una forma de desquitar su inmensa pena.
Cuando Bunny llego y vio todo tirado y a Jack hecho un ovillo en el suelo, llorando inconsolable, salió rápidamente en busca de Norte y los demás Guardianes, Jack ni siquiera noto su presencia tan sumergido como estaba en su pena.
Minutos después llegaron todos, y miraron con sorpresa todo el huracán que había pasado en su departamento.
— Jack... ¿Estás bien? — Pregunto Thoot con preocupación, este ni siquiera se movió o dio señales de haberla escuchado.
— Jack, dime que te pasa, ¿Porqué estas así? ¿Pitch le hizo algo a tu novia? — Pregunto Norte. Eso le cayó como un balde de agua helada en plena cara y reaccionó mirándolo rojo de ira.
— Mi novia... Jajajaja — Dijo riendo con ironía. — Yo no tengo novia. — Dijo ahora con furia.
— Jack... ¿De que hablas? ¿Y Serena? Ella es tu novia y... — Le dijo Bunny mirándolo con duda e incertidumbre.
— ¿Mi novia? Mi... NOVIAA... Ella me dejo, me cambio por el cretino de Darién dijo que lo amaba y que debía volver con él. ¡QUE NO PODIA VOLVER CONMIGO! — Grito sin dejarlo hablar más, apretando los puños con fiereza hasta enterrarse las uñas en las palmas de las manos y ver sus nudillos blancos.
— ¡Oh Jack! Lo lamento, yo no tenía idea de nada. — Dijo Thoot.
— Jack, calmate, El Hombre de la Luna sabrá que hacer y... —
— ¡No hables del Hombre de la Luna! ¡Por su culpa estoy así! Si claro... Todo se tiene que hacer como el dice... Me hundió en la más espantosa soledad por trescientos años... Y luego... Luego se le ocurre que fuera un Guardián... Y cuando creo que era feliz me salió con esta pendejada, de ser humano para que aprenda algo que no se... Me manipula como si fuera una pieza o un peón de ajedrez, como si fuera un títere sin voluntad... Moviéndose a su antojó... Pues no... No lo aceptó, ¿Me oyes? Jamás lo aceptaré, yooo ya no quiero ser un Guardián, es por  su culpa que estoy así. — Grito llorando sin consuelo.
— Jack, no puedes hablar así. Tu eres un Guardián, eso es algo que nos debe llenar por entero, hacernos felices, nosotros estamos para proteger a los niños, porque ellos son todo lo que somos y todo lo que siempre seremos. —
— ¡Callate Norte! Yo no quiero ser Guardián ni nada, solo quiero estar șolo y morir. ¡Largo! ¡Fuera de mi vista! —
— Norte... Hay que irnos y dejarlo solo, que se tranquilice y que duerma, no debemos molestarlo por ahora. — Dijo Bunny.
— Pero... El no descansará... En ese estado será difícil que duerma. — Replicó Norte.
— Vámonos... El dormirá. — Dijo Bunny sacándolo a fuerzas del departamento. — Sandman... Encargarte. — Dijo una vez afuera.
Este asintió y entro sigilosamente a lanzarle arena de sueños.
Una vez dormido, entre todos lo llevaron a la cama arropandolo como si fuera un niño.
— Pobre Jack, esta deshecho. — Dijo Thoot.
— Tenemos que ir con esa niña, y que nos aclare lo que pasó. — Dijo Bunny.
— No, eso no es prudente. Sandman trata de ver a través de sus sueños. Tal vez haya algo que nos ayude a entenderla. — Dijo Norte y desapareció tras un portal junto a Thoot.
Sandman asintió y se fue, Bunny suspiro y se acosto en un sillón para cuidar a Jack.
***
Serena iba corriendo sin rumbo, las lágrimas le impedían ver por donde iba y tropezó, cayendo al suelo, sin fuerzas para levantarse, se quedó con la cara escondida bajo sus brazos, cuando sintió que le tocaban de la espalda consoladoramente, alzó la vista y unos ojos azul oscuro, la veían con preocupación y tristeza. Lágrimas incontenibles brotaron de sus ojos, en un manantial de dolor que solo demostraban lo mucho que sufría.
— Bombón, ven levántate. — Dijo con dulce voz ayudándole a levantarse.
— Seiya, eres tu... Seiya yo... No se... Es que Jack... Y yo... No podemos... No debemos... Es que mi deber... Y Darién... Rini... — Balbuceaba de forma incoherente, entre hipos de llanto, sin concretar nada.
— Tranquila, Bombón, yo estoy contigo. — Dijo levantandola y acercandola, protectoramente a su pecho y acariciando sus rubios cabellos con ternura, ella lo abrazo con fuerza como quien se abraza a una tabla de salvación, sintiendo el suave y confortable vaivén de su pecho al respirar. Eso la hizo sentir una extraña sensación de protección, se dio cuenta que Seiya tenia un pecho muy cálido y olía a vainilla, era un aroma exquisito, y suave, sin darse cuenta, la cercanía de él, la fueron calmando.
***
Seiya había visto todo a distancia, y sintió pena por Jack, porque estaba sufriendo tanto o más que Serena, se le veía en los ojos. Ellos se amaban y eso le dolía, porque no podía odiarlo, o despreciarlo como a Darién, el era diferente, sentía que dentro de él había una luz de un cálido resplandor, casi tan brillante y cálida como la luz de Luna de Serena, podía percibir su dolor, desesperación e impotencia, que el mismo sintió, cuando Serena le dejo claro que su amor por Darién era como un fuego abrasador, que la envolvía y no la dejaba lugar a nadie mas que no fuera el.
Sintió pena por él, pero Serena era su Bombón, su niña de dulce resplandor, por la que estaba dispuesto a morir, y hacer a un lado el amor que sentía por ella, y construir su alma y su corazón, hecho pedazos, aunque eso implicará romper su propia alma y su corazón. Pensaba tristemente, mientras la abrazaba con todo el amor y ternura de que era capaz, tratando de calmarla. Cuando sintió que se había calmado, le pregunto.
— ¿Ya estas mejor? — Dijo tiernamente.
— Si... Gracias Seiya, debo parecerte una tonta, por estar aquí en la mitad de la calle tirada y llorando, Darien eso pensaría de mi, porque soy tan torpe y llorona. — Dijo con la vista en el suelo.
— Escuchame bien... Nunca... Oyelo bien... Nunca pensaré que eres una tonta, ¿Me entiendes? — Le dijo con voz sería.
— Si, disculpame, se que no eres así... Perdón, no debí compararte con Darién. — Le dijo con voz baja.
— ¿Me quieres contar que paso? ¿O porque estas así? —
— Es que... Son tantas cosas, que no se... Por donde empezar. — Dijo confundida.
— Tranquila, empieza por lo que quieras. Bombón ¿Y tu novio, no se enojará de que estés conmigo? — Le dijo aunque el conocía la respuesta, pero se arrepintió al ver que su mirada se ensombreció.
— Seiya... Jack y yo terminamos, es que... — no acabo de hablar, porque las lágrimas no le dejaban.
— Entonces tengo una oportunidad contigo, Bombón. — Dijo con una sonrisa y le guiño un ojo con picardía.
Serena levanto la mirada y esbozo una triste sonrisa.
— Lo siento, fue una tontería de mi parte, no pensé en lo mucho que estas sufriendo. — Dijo avergonzado al ver su mirada.
— No te preocupes, no pasa nada. —
— ¿Quieres ir a tomar un helado? O si lo prefieres un pastel. — Dijo tratando de animarla.
— No... Eres muy gentil, Gracias de todas formas. —
— Anda animate, te gustara, conozco una cafetería nueva, donde venden unos postres deliciosos, vamos, se que te gustara. — Dijo animandola.
— ¿Postres? Este... Bueno vamos, pero no tengo mucha hambre. — Le dijo aun triste, pero agradeciendo interiormente a Seiya por esforzarse en hacerla sonreír, ya había olvidado lo dulce que era, y agradecía el haber recuperado sus recuerdos y con ello su valiosa amistad. Era una pena que no se hubiera enamorado de él, o que su destino ya estuviera hecho con Darién.
***
Llegaron a la cafetería, era muy agradable y bonita, tenía colores rosas y azules, muy claros y las mesas eran redondas con sillones en forma de U que abarcaban toda la mesa, escogieron una mesa cerca de la ventana y Seiya se sentó frente a ella, la observó con detenimiento, mientras ella miraba a otro lado de forma distraída, las huellas de su llanto aun se notaban en sus mejillas, y sus bellos y azules ojos, tenían una tristeza y dolor difícil de ocultar. Le dolía mucho verla así, con su bella sonrisa y su enorme alegría ocultas en su gran pena, su característica animosidad y deseos de vivir estaban destruidos por alguna razón que no sabia.
— ¿Qué quieres tomar? Bombón. ¿Se te antoja pastel de chocolate o helado? Lo que quieras, tu solo pídelo. — Le dijo con voz amable.
— La verdad no se me antoja nada. — Dijo sin mucho ánimo.
— Vamos... ¡Animate! Anda, come algo. — Dijo en tono alegre.
— Esta bien, que sea un helado de fresa con chispas de chocolate y un pastel de vainilla con mermelada de fresas... Ah y uno de chocolate con un capuchino. — Dijo al camarero.
— Bombón, nunca cambias. — Dijo sonriendo.
Después de comer los deliciosos postres, miro a Seiya que sonreía divertido de ver sus sonrojadas mejillas cubiertas de merengues y chocolate.
— Insisto, nunca cambias, Bombón ¿Puedo preguntarte algo? Si quieres claro. —
— Este... Si... Adelante. — Dijo insegura.
— ¿Porqué terminaste con tu novio? Tu lo amas y el a ti, es que no lo comprendo. —
Serena lo miro perdiéndose ante la limpia mirada de sus azules ojos que la turbaban y hacian latir su corazón aceleradamente, esa pregunta era algo que no quería responder, pero no le quedaba otro remedio.
— Es que... No debemos... No podemos estar juntos, es algo complicado, y es que si no... — Empezó a llorar.
— Pero... ¿Porqué? Si se aman es normal que estén juntos, y los dos están sufriendo por esto. Pienso que es una tontería el estar lejos uno del otro. —
— Seiya es que tu no lo entiendes. — Dijo con desesperación.
— Bombón, ¿Qué es lo que no entiendo? Explicame por favor. — Dijo sin entender.
— Darién y yo debemos estar juntos, es nuestro destino desde vidas pasadas, si no... Riny no nacerá. — Dijo con lágrimas.
— ¿De que hablas? Me estas confundiendo. —
— Darién y yo estamos Unidos por el destino, nos enamoramos en nuestras vidas pasadas, y en el futuro seremos los Soberanos de Tokio de Cristal. El será el Rey Endymion y yo la NeoReina Serena, y Riny o la Pequeña Dama será nuestra querida hija, entiende, todo esta destinado a ocurrir, no puedo estar con Jack, eso se me tiene que pasar, debo olvidar lo que vivimos. — Dijo llorando, al darse cuenta de todo lo que eso significa, tendría que olvidar la maravillosa tarde en sus brazos.
— Bombón, el destino lo forjamos nosotros mismos, nada está escrito, digas lo que digas. —
— El mio no Seiya, es que no entiendes, no puedo arriesgar la vida de Riny, no lo soportaría, y no me lo perdonaría nunca. —
Seiya se acercó a ella y la abrazo con amor, era simple, si dos personas se aman debían estar juntas y luchar por su amor, en realidad el no creía que fuera tan complicado, y su Bombón si. Además ¿Qué le daba derecho a Darién de quedarse con su hermoso resplandor? Si el no la merecía, si la había traicionado.
— Tranquila todo saldrá bien. No te angusties. — Dijo suavemente.
***
Serena se sentía bien junto a Seiya, su aroma y su dulce voz eran hipnóticos, eran una anestesia para el dolor que sentía, levantó la vista y sus ojos azules como un profundo mar la cautivaron, miro sus labios, y un deseo intenso de besarlos se apoderó de ella no supo como se fue acercando a ellos, pero cuando estaba a punto de besarlo Seiya desvío el beso y se lo dio en la mejilla. Ella salio de su hipnótico deseo y lo miro con sorpresa.
— Seiya... Yo... Perdón. —
— Lo siento Bombón, te amo y muero por un beso tuyo, se que tal vez nunca tenga otra oportunidad así, pero no sería correcto besarte, estando tan frágil. Si te beso, quiero que sea porque tu sientes algo por mi, algo que no sea amistad o agradecimiento,¿Me entiendes? Te amo demasiado, como para permitir que la culpa te atormenté después. — Dijo sabiendo lo mucho que le había costado rechazarla.
— Seiya, perdoname tu a mi, por hacerte esto, de verdad, quisiera que todo hubiera sido distinto, y amarte como te lo mereces, pero no debo, si no hubiera perdido mis recuerdos nunca hubiera aceptado a Jack. — Dijo avergonzada.
— Bombón, estas sacrificando mucho por Darién. —
— No es por Darién, es por Riny, no debo arriesgar su futuro. — ¿Porqué Seiya no lo entendía?
— Y Darién... ¿Qué sacrificio hace por ella? Tu aceptaste a Jack porque no lo sabias, pero el ¿Qué excusa tiene para su comportamiento? El aun sabiendo todo se atrevió a besar a esa chica. ¿Es esa la clase de hombre que quieres en tu vida? ¿Un hombre que actúa como un cretino? ¿Qué no le importa pasar por encima de sus deberes? Porque eso hizo al besarla. Aunque te niegues a aceptarlo, esa es la realidad. — Le dijo esperando no ser muy duro con ella.
— ¡Calla! No digas más, por favor. Te lo ruego. — Suplico Serena.
— Disculpa por favor. No quiero lastimarte. Lo único que quiero es que reacciones. —
— Es mejor que nos vayamos. Ya es tarde, y mi madre estará preocupada. — Dijo levantándose de golpe.
— Como gustes. — Respondió levantándose y dejando unos billetes en la mesa.
***
Caminaron en silencio ella no decía nada, solo lloraba, tratando de calmar su dolor, el solo iba a su lado, como mudo testigo de lo mucho que estaba sufriendo. Ella recordó que Jack había hecho lo mismo cuando Darién terminó con ella, irónicamente ahora Seiya estaba a su lado porque ella había dejado al chico que la apoyo. Unos pasos antes de llegar a su casa ella se detuvo, y lo miro a los ojos.
— Seiya... Gracias por traerme a la casa, te agradezco mucho tu apoyo y compañía. — Dijo tratando de que no le temblara la voz.
— No tienes nada que agradecer, sabes que siempre estaré a tu lado cuando me necesites. — Respondió con suavidad acercándose a su mejilla para despedirse.
Ella también se acercó, a él, y por cuestión de milímetros sus labios se encontraron. Ambos se miraron con sorpresa el quiso alejarse, pero su mirada lo detuvo y ya no pudo contenerse, tomo su rostro en sus manos con ternura y posó sus labios en los de ella con suavidad, apenas un leve contacto, esperando que ella se apartará, pero no lo hizo, estaba pérdida en sus ojos, y entonces ya no dudo en probar la miel de sus dulces labios, en un cálido beso largamente anhelado, explorando con delicadeza los rincones de su boca, entregando su vida y su corazón a esa chica rubia que lo había llenado de alegría, que era su luz, ella suspiro y correspondió ese beso, que en el fondo también deseaba, se abrazo a el y recibió la calidez de sus besos, tratando con ese beso de calmar su dolor y olvidar los besos de Jack. Se abandono a sus brazos y rodeo su cuello con desesperación, enredando los dedos en su negro cabello, hasta que la falta de aire los hizo separarse. Se separaron con la respiración agitada, mirándose ruborizados y sin saber que decir, hasta que un jalón separó a Seiya de ella. Este se volvió sorprendido y asustado sin saber que reacción tomar.
— ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? Deja a mi niña en paz. Mujer, ven aquí. Pronto. —
— ¿Qué pasa? ¿Porqué gritas así? — Dijo Mamá Ikuko mirando a los tres sin saber que ocurría.
— Este hombre... Quien sabe quien es, y estoy seguro que estába besando a nuestra hija. Es un aprovechado. — Dijo mirando a Seiya con recelo.
— ¡Papá! No como crees... Estas equivocado. Para nada. Seiya es un amigo que amablemente me trajo a la casa. — Dijo nerviosa.
— Este... No como cree... Figuraciones suyas señor. Yo... Ya me voy... No se preocupe. — Dijo Seiya rojo hasta la raíz de los cabellos
— Ya, déjalos tranquilos, este amable chico no es novio de nuestra hija. — Dijo Mamá Ikuko.
— ¿Quee? Novios... No mi princesa no... Es un señor... Esta muy viejo para ella... Dime ¿Qué intenciones tienes con ella? —
— ¡Que! No ninguna señor, solo soy su compañero de escuela. — Dijo rascando su cabeza con nerviosismo.
— Ya... Anda vamos a la casa y no digas tonterías. — Dijo metiendolo a fuerzas a la casa. — No le hagas caso el es así, cuando se trata de Serena, pero es un buen hombre. Anda Serena, ya despidete y entra a la casa. — Dijo en voz baja.
— Si...  Mamá ya voy. —
— Vaya... Que susto me dio tu papá. Cuidate y descansa nos vemos mañana. Si necesitas algo solo llama. — Dijo lanzando un beso al aire y guiñando un ojo se fue.
***
Serena entro en su habitación y se hecho en la cama a llorar, sin consuelo, pero recordó el beso de Seiya y se tocó los labios, pensando en él, lo había usado como una forma de olvidar a Jack. Y se avergonzaba de su proceder. Eso estaba segura que lastimaría mucho a Seiya. Sintió las suaves patitas de Luna al subir a su cama y se movió.
— Luna... ¡Oh mi dulce y tierna Luna! Cuanto te extrañe, hace mucho que no hablamos, lamento mucho haberte dado tantos problemas y preocupaciones, a ti, que eres tan pequeñita y frágil. Que siempre estas cuidándome y aconsejandome. — Le dijo abrazandola.
— ¡Oh Serena! Yo también te extrañe mucho, perdón por hacerte esto. Mirate como estas. Estas sufriendo por mi culpa. No debí borrarte los recuerdos. — Dijo entre lágrimas abrazada a Serena.
***
Ahhhhh hola.... Como están, lo se no tengo perdón, tarde mucho. Bueno espero sus comentarios.
Bye
Dam Frost.

Silver MoonWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu