Believer «Saphael»

[3] ¿Dónde está Simon?

—¡No, tienen que estar bromeando! ¡Él no puede haber sido llevado por Camille! —Clary golpeó la mesa con un firme puñetazo.

—No es ninguna broma ¿Como podríamos bromear con algo así? —Alec parecía estar realmente ofendido por la acusación implícita de la pelirroja.—Podremos ser despiadados y todo lo que quieras pero no mentiríamos sobre la seguridad de un mundano —escupió casi con rabia.

—Calmate hermano —Isabelle lo agarro del brazo, tratando de tranquilizarlo—Clary sólo está preocupada por Simon, no hay razón para alterarse.

Alec volteó a mirarla medio sorprendido.

—¿Qué no hay razón para enojarse? ¿Pero tú te estás escuchando Izzy? Acaba prácticamente de tratarnos de insensibles y lo que es peor, mentirosos y no creo que sea-

—¡Ya basta ustedes dos!

—Jace —dijo Clary con evidente alivio.

El rubio venía bajando las escaleras, vestido con su traje de cazador y lucía molesto por la situación.

—Fui un segundo a checar la información en el panel y ustedes aprovechan ese lapso de tiempo para ponerse a discutir como niños de preescolar —se paseo la mano por el pelo y seguidamente lanzó un sonoro suspiro—Ahora mejor concentremonos en rescatar al mundi antes de que todo esto termine con mi paciencia —los miró como esperando una objeción pero ninguno de los tres se opuso.

—Bien —continuó después de un rato de tenso silencio—Por lo que sabemos Simon había ido a la cafetería  junto con su amiga Maureen, ordenaron dos cafés de vainilla y estuvieron charlando tranquilamente, Maureen se va antes porque tenía asuntos que atender con su madre, hasta ahí todo normal.

—Si, es su típica rutina de viernes, reunirse un momento con ella, hablar de cualquier tontería y luego cada uno iría a su respectivo hogar o bien me llamaría porque quiere ver peliculas, es por eso que la ausencia de Simon me pareció extraña desde el principio —corroboró la joven cazadora.

—¿Y en ese tiempo no se reunió con nadie más? —preguntó Izzy con el ceño fruncido —A mi también se me hace extraño que haya desaparecido así como así y nadie sepa nada de él, ni siquiera Clary, su mejor amiga.

—Estuve revisando las cámaras de seguridad que tiene la cafetería, accedí al sistema y revisé las cintas. Efectivamente Maureen se marcha y Simon se queda un rato más, luego de eso se pone de pie abruptamente y se retira sin haber pagado la cuenta —habla Alec—Repeti las cintas tres veces, a distintas velocidades e hice un acercamiento, Simon parecía estar bajo un encanto de vampiro.

—¡Pero no podemos estar seguros de eso! —Clary gritó exaltada, tanto que unos mechones de cabello anaranjado escaparon de su coleta—¡Tu afirmas que fue Camille pero no tenemos pruebas!

Alexander bufo y por lo visto quería lanzarse encima de la chica para estrangularle el cuello y dejara así de hablar tanta estupidez junta.

—¿Quién más sino? Últimamente hemos recibido reportes de mundanos desaparecidos, de cadáveres abandonados en callejones en pleno día y según Raphael ningún miembro de su clan ha tenido que ver con estos ataques.

—¿Y tú crees en su palabra? Es un vampiro y además de eso el líder de todo un clan—Jace parecía encontrarle la razón.

—Tal vez haya algo de verdad en lo que dice Alec ¿Podemos fiarnos del vampiro?

—Pues yo confió en él —dijo con una sonrisa coqueta Izzy.

—Corrección: crees en lo que dice Raphael porque lo encuentras atractivo —corrigió el cazador de sombras rubio con una sonrisa burlona.

—Puede ser...

—Ya, ya, nos estamos desviando del tema principal —por primera vez de lo que llevaban discutiendo Alec estaba de acuerdo con la pelirroja.

—Tiene razón, entonces ¿Cual es el veredicto?

—En mi opinión Camille se lo llevó, no sé que habrá visto en Lewis que le pareciera atractivo pero en fin, lo encantó, se lo llevó a un lugar privado y bebió de él hasta saciarse y pensó: "Vaya, podría ser un excelente vampiro sirviente" y lo convirtió en vampiro y ahora mismo debe estar causando estragos en la ciudad.

—Discrepo hermanito, si hubiese sido convertido y estuviese causando estragos según tú en la ciudad ¿No deberíamos haber recibido ya una alerta de un vampiro salvaje suelto?

—Debo admitir que ese detalle se me pasó por alto.

—¿Y si simplemente fue a dar un paseo? —interrumpió Jace buscando una explicación más lógica y alejada de lo sobrenatural.

—¿Enserio Jace? ¿Simon fue a dar un paseo de casi dos días? —dijo Fray con incredulidad.

Él se encogió de hombros.

—En mi cabeza tenía sentido —y le dedicó un guiño, a lo cual la muchacha se sonrojó levemente, Alexander hizo una mueca de asco.

—Bien, ahora difundiremos esto y daremos una alerta general.

—Para eso necesitamos un permiso de la clave —el tono duro en la voz de Alec los detuvo.

—¿Otra vez con lo mismo querido hermano? Sabes perfectamente que nunca hemos necesitado el permiso de la clave para ninguna misión y menos lo haremos ahora.

—Si, pero no es una misión cualquiera.

—Relajate, rompe las reglas una vez —y le dio un beso en la mejilla.

El mayor rápidamente dirigió su mano a la mejilla y gruñó al darse cuenta que su hermana le había dejado una perfecta marca de beso de un fuerte color rojo.

—¡Izzy! —chilló mientras subía la escalinata, ella soltó una risita boba.

[•••]

Simon abrió los ojos con lentitud, parpadeó tres veces y seguidamente estrechó los ojos para acostumbrarse a la luz.

Observó en rededor y el viejo edificio de ladrillos abandonado no le parecía familiar.

—¿Dónde estoy? —preguntó a la nada, sentía la boca rasposa como si hubiese estado comiendo arena—¡Agh! —soltó un quejido cuando un dolor lacerante apareció en su sien, intentó posicionarse mejor pero pronto se dio cuenta de que estaba atado de pies y manos, sus gafas habían desaparecido.

—Okay chicos, muy graciosa la broma jaja —dijo riéndose falsamente, las costillas le dolían—Dylan, Connor, salgan de donde quieran que estén —el silencio fue su única respuesta y se comenzó a desesperar.—Estoy hablando enserio, por favor dejadme libre, no le diré a nadie sobre esto, lo juro.

Nuevamente nadie respondió, el crujido de vidrio roto siendo pisado y el ruido de unos imponentes tacones aguja lo congelaron en su lugar, ni siquiera se atrevía a respirar.

—Pero que grata sorpresa, mira quién decidió al fin despertar de su largo sueño de bella durmiente —la voz de la mujer parecía ser sacada de un villano de Disney.

—¡Y-yo no he hecho nada señora, se lo juro! —tartamudeó embargado de temor.

Frente a él apareció la figura de una mujer, alta, delgada, de pálida piel y finas facciones, con el cabello ondulado en las puntas y negro como el alquitrán. Sus labios pintados de rojo dibujaron una sonrisa que le hizo estremecer.

—Pero claro que haz hecho algo, dulzura —dijo con un tono meloso, inclinándose a su altura y tirando del cabello de Simon con fuerza alzándole el rostro para verlo directamente a los ojos—Ser apetitoso —y dicho esto lo mordió en el cuello.

Lewis gritó y gritó, trato en vano de resistirse pero pronto se desvaneció en una oscuridad que lo reclamaba.