[8] Bienvenido al Hotel Dumort.

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—Vamos —dijo Raphael, poniéndose de pie—Es hora de que nos vayamos.

—Oh, claro, ya es tarde ¿No? —preguntó a nadie en particular.

—Bueno, con gusto te tendría aquí en mi hogar Shallon, pero como ves debes estar con los tuyos, eres un pichón —sonrió el brujo.—Por lo tanto debes estar con otros de tu clase, para que puedas aprender a controlar tu sed de sangre y a vivir en el mundo de las sombras.

—¿Un pichón? —preguntó confundido, que extraño término.

—Novato, nuevo vampiro, bebé, etcétera —explicó Bane con un ademán de su mano, como restándole importancia al asunto.

A su lado, el vampiro mayor soltó un bufido.

—No le hagas caso Simon, vamos que cada minuto que pasamos aquí más rápido saldrá el sol —dijo, empujándolo suavemente hacia la salida.

A sus espaldas, el flamante brujo bebía de su copa, sonriendo como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

—Espero verte pronto Sally, ya sabes, mi casa está abierta para recibirte si así lo necesitas y gustas.

—¡Gracias Magnus! —gritó Simon antes de que la puerta se cerrara a su espalda.

Siguió a Raphael mientras bajaban apresuradamente las escaleras, entonces se permitió observar al otro hombre con atención. El silencio ayudaba a su cometido, a primera vista era un tipo atractivo, a pesar de la palidez inhumana de los vampiros, a pesar de aquello su tes era ligeramente morena, su cabello era oscuro y sus ojos de un suave café, según la historia que Magnus le contó probablemente Raphael no pasaría los 17 o 18 años cuando fue convertido, bastante joven en comparación con otros de su clase.

Tampoco era muy alto, tenía la complexión típica de un latino o bueno, lo que se esperaría de un latino.

Sin embargo, con los trajes y el cabello peinado hacia atrás lo hacia verse mayor, aparentando más de 25 años. A Simon le preocupaba que se vería igual por siempre, su cara con rasgos infantiles le traía muchos problemas para entrar a ciertos lugares, era un fastidio estar siempre enseñándoles su identificación a los "gorilas" en las discotecas.

—Estas divagando —murmuró el líder del clan.

—¿Perdoname?

—Que estás divagando novato, juro por Dios que puedo escuchar tus engranajes dando vueltas en tu cabeza.

Simon hizo un pequeño ruido, completamente indignado.

—¡E-eso no es verdad! —chilló mientras Raphael lo arrastraba por la calle, que gracias la cielo no estaba tan concurrida como uno esperaría.

—No grites, no es necesario que lo hagas, creeme, te puedo escuchar perfectamente.

—Te juro que eres un fastidio.

Raphael, que muy pocas veces se permitía reír, soltó una carcajada, nada muy escandaloso. Él prefería la discreción.

—¡Te has reído! —señaló Simon con una sonrisa de medio lado, sus ojos brillaban.

El otro vampiro se limitó a mirarlo de reojo mientras apuraba el paso, gracias a dios que el hotel no se encontraba muy lejos, pero 15 minutos de caminata con el novato parecía no ser en realidad la mejor idea.

—Si si, como sea, ya date prisa —dijo con una tos educada.

Simon que iba muy concentrado mirando a su alrededor, simplemente hizo un ruido con su boca para hacerle saber al mayor que lo había escuchado. Este lado de la ciudad era bastante bonito y limpio, a comparación de las calles de su vecindario, aunque como en todas partes estaba el borracho ocasional no parecía un mal lugar para vivir, estaba bastante iluminado y había un parque bien cuidado por el que pasaron rápidamente.

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2021 ⏰

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