[6] Monstruo.

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Dolor, mucho dolor, siente la garganta a carne viva de tanto gritar y los ojos le arden de tanto llorar, le rogaba una y otra vez que se detuviera, que parara de una buena vez.

Él sería un buen chico, no le diría nada a nadie, no acudiría con la policía, de cualquier modo no le creerían que una bella mujer mordió su cuello y comenzó a beber su sangre, lo considerarían una escena erótica distorsionada por el consumo de drogas que quizá había ingerido el muchacho y por eso alucinaba, ni siquiera le darían importancia a las manchas de sangre en su camisa o los dos sospechosos puntos en su piel.

Sollozó ya casi sin fuerzas, sintió el vacío y el silencio como una segunda capa adherida a su cuerpo pero todavía continuaba sufriendo.

¿Cuánto más debo soportar esta tortura? Pensó y se dejó hacer dócilmente, no tenía caso luchar, estaba atado y la mujer era increíblemente fuerte considerando su aspecto frágil y delicado.

Quiso reír pero apenas y si tenía la fuerza necesaria para mantener los ojos abiertos. Estaba como en una bruma, en una especie de sueño en donde estás consciente de que estás soñando pero por más que lo intentas no puedes despertar.

En realidad existían los vampiros, si la situación hubiese sido otra habría exclamado "¡Qué cool!" y él en verdad esperaría feliz que existiesen los elfos y leones que hablan.

Cada segundo que pasaba se sentía más débil, le costaba respirar y la cabeza estaba a punto de estallarle. Podía sentir a su corazón ir cada vez más despacio y su respiración disminuir, si no fuera porque ella lo estaba sujetando Simon estaría desplomado contra el suelo.

Estaba seguro, ahora si moría, esperaba que el más allá fuese agradable y que conociese a personas, bueno fantasmas, que les gustasen la música, los cómics y las películas de ciencia ficción.

—Camille, basta, lo estas matando y tú habías dicho que querías conservarlo como sirviente, sería una pena que él muriera ¿Cierto? —dijo una voz que claramente pertenecía a un hombre, se acercaba con lentitud y un trozo de vidrio se quebró bajo las suelas de sus zapatos.

Camille, ahora sabía su nombre. Al menos así podría venir a atormentarla si moría, tiraría de sus pies mientras dormía.

La vampiresa no lo soltó, quería llevarse hasta la última gota de aquella sangre tan exquisita que sabía a caramelo, dulce, dulce, tan jodidamente dulce que enloquece a su paladar. Pero Demián tenía razón, su plan se vería arruinado si continuaba bebiendolo todo y con un profundo pesar se separó de él, su boca al separarse hizo un sonido muy parecido a "pop".

Simon cayó como un saco de papas al piso. Se golpeó la cabeza y eso no ayudaba en nada a su estado moribundo, la vida prácticamente se le iba entre los dedos pero alguien allá arriba parecía tener otros planes para él.

—Sabes perfectamente que odio que me interrumpan mientras estoy comiendo Demián —su voz estaba cargada de excitación mal contenida, Lewis tuvo ganas de vomitar, no importaba cuan guapa fuera Camille.

—Lo sé señora —el vampiro hizo una leve reverencia—Pero como le he dicho anteriormente si seguía bebiendo así de él su plan no resultaría y eso supondría una terrible tragedia.

A pesar de todo Simon aún podía escuchar y comprender lo que estaban hablando, pero sus voces comenzaban a volverse más y más lejanas, no entró en pánico, él sabía que la muerte forma parte de la vida y que en algún momento dado él iba a morir de todas formas, Camille sólo había adelantado el proceso.

—Bien, tienes razón ¿Alguna señal de esos Shadowhunters? —cuestionó.

"¿Shadow qué?" de algún modo aquella palabra se le hacía familiar pero no era capaz de recordar dónde la había escuchado.

—No mi señora, Clarck asegura que no se han dado cuenta todavía sobre la desaparición del mundano —lo señaló con la barbilla.—Me temo sin embargo que pronto notarán su ausencia, así que debería actuar lo más pronto posible, él está al borde de la muerte, es el momento idóneo para transformarlo.

Camille paseó una uña afiliada por su barbilla, pensativa.

—¿Tú crees?

—Sí, pero debe darse prisa, no queremos que su cuerpo se ponga frío —y sin ninguna contemplación pateó a Simon.

La vampiresa parecía estar triste, hizo un pequeño puchero.

—Y yo que quería diverterme un rato más —suspiró—Bien, prepara todo, busca alguna chica estúpida que esté dando vueltas por allí y traela, al renacer nuestro pequeño tendrá mucha hambre —sonrió mostrando los colmillos.

—Como usted ordene —Demián se despidió y utilizando la velocidad vampírica desapareció entre las sombras.

La siniestra mujer volvió a tirar de su cabello, con tanta fuerza que le sorprendió que no se lo arrancase.

—Ahora escuchame con atención cariño —dijo sin una pizca de amabilidad.—Pronto serás convertido en uno de nosotros y me obedeceras en todo lo que diga porque voy a ser tu creador y tú seras un buen chico para mi, sé un buen novato y nada malo va a pasarte —susurró en su oído y Simon en su estado moribundo se llenó de terror y pánico, nunca antes había deseado morir como lo hacía ahora.

Sus latidos iban muchísimo más lentos, con su último tramo de consciencia vio como se cortaba la muñeca izquierda y la sangre, más oscura de lo normal, comenzaba a emanar de la herida.

Extrañamente su estómago no se retorció al ver la sangre, es más parecía animarse, cosa bastante extraña. Quería beber, debía beber, pero estaba tan cansado y no tenía fuerzas.

Camille colocó los ojos en blanco y de un jalón colocó su cabeza cerca de su muñeca herida, el olor del óxido de la sangre le hizo cosquillas en la nariz, sus labios se separaron anhelantes y gimió cuando la punta de su lengua dio una lamida tentativa, probando por primera vez el liquido carmesí.

—Vamos, bebe —la bella mujer comenzaba a impacientarse y justo cuando iba a desistir siente como el chiquillo empieza a succionar la sangre con tanto ahínco que se queda un poco sorprendida.

Sonríe de oreja a oreja, observa como Simon bebe y lame, la sangre ha dejado de fluir pero a él parece no importarle y aprovechando la distracción del chico vuelve a morderlo, bebiendo un poco más, y aferrándose a todo su autocontrol para no dejarlo seco, sino que con la cantidad justa y precisa de sangre corriendo por sus venas, se separa de él, empuja a Lewis lejos de ella con brusquedad, se tambalea y se aleja, lo mira, ve como da su último aliento y sin que tenga que decir una palabra Lindsay y Jackson se acercan, con una pala cada uno.

—Ya saben lo que deben hacer —dice Camille y se va, desapareciendo en la noche.

Lindsay dirige una mirada cargada de lástima al niño, niega con la cabeza.

—Es una pena, no debe tener más de 20 años —dijo Lindsay, observando el cuerpo.

Jackson sólo se dedicó a mirar a su compañera.

—Si, que pena por el pequeño monstruo.

***

Primero que nada me gustaría agradecerles todo el apoyo que me han brindado y el hecho de les guste esta historia pero les tengo no muy buenas noticias, éste es el último capítulo que tengo escrito hasta el momento pero no se asusten, tengo la idea bien plasmada en mi cabeza y los títulos de los próximos capítulos ya escritos (por lo menos JAJAJA)

Basándome en este hecho solo queda decir que sean pacientes, estoy retomando mis clases y todo es nuevo, estoy estudiando administración de empresas 😉 esto no quiere decir que los abandonaré obvio no ♡

Otra cosita, respecto a "Imperfectos" no tendrá creo yo más de 40 partes, sip, queda poquito para el final pero no se me depriman, aun tengo varias ideas más Saphael, entre ellas un libro de one-shots inspirados/basados en canciones que creo yo son muy de la parejita ;) así que estén atentos, los quiero!💋

Believer «Saphael»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora