Capítulo 10

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Capítulo 10

_ Señor, hemos estado buscando por toda Inglaterra. Incluyendo cada rincón de Escocia y Gales. Pero es como si ella nunca hubiese pisado ninguno de esos lugares…_ le decía uno de aquellos hombres que había contratado el padre de Antonella.

_ ¡No es posible que se la haya comido la tierra!_ dijo su padre aún más furioso. Ya para esos días se le consideraba un hazmerreír junto al prometido de su hija, al ver que ella había desaparecido, dejándolo en ridículo, ante una sociedad arrogante y fría_. Hagan lo que sea necesario para encontrarla… ¡Y tráiganla de regreso hacia acá!

   Todo aquello que había buscado Antonella al huir, ahora se encontraba en peligro. Su  padre no permitiría que su osadía de escapar arruinara sus planes. Si era de buscarla en el fondo del mar o en el rincón más recóndito de la tierra, él estaba dispuesto a hacerlo. Sin importarle cuánto dinero fuera a invertir por eso. Aquel matrimonio entre el duque y su hija era lo que le importaba…Y estaba dispuesto a remover cielo y tierra para conseguirlo.

                                                          

_ Cuando tu padre te encuentre… Dios ni siquiera podrá ayudarte…_ susurraba para si aquel duque. El prometido de Antonella. Mientras se encontraba en el estudio de su propiedad_. Te haré entender cómo debe comportarse la prometida del “Duque Monaghan”… Y nunca podrás olvidarlo._ sonreía con malicia al saber lo que haría cuando la tuviese de nuevo enfrente de sí mismo, al mismo tiempo en que se bebía su vaso de whisky. La palabra “caballero” desaparecería de su diccionario. Y le haría a Antonella lo que jamás se  cruzaría en los pensamientos de un verdadero caballero.

  ¿Hasta cuándo Antonella se encontraría protegida en St. Ives? ¿Qué se le avecinaba? ¿Podría Nicholas evitar aquella cruel realidad?

   Antonella había insistido en seguir siendo quien era en aquel lugar. Había empezado a amar estar en la compañía de Sophia y darle clase. Viendo a esa pequeña niña como la pequeña que ella había sido una vez en su vida. Una niña solitaria que sus padres ni sus hermanos toleraban cerca, sólo su abuela la había amado realmente.

_ ¿Por qué eres así con tu hija?_ le preguntó una mañana a Nicholas. Enfrentándolo de nuevo, al colocarse en frente de él, antes de que él se marchara.

_ ¿De qué hablas?

_ Sabes de qué hablo.

_ No… No lo sé._ dijo al ponerse a la defensiva.

_ Ya no tengo miedo en decirte las cosas. Nicholas, dime la verdad. ¿Por qué eres así con ella? ¡Es tu hija!... Eres muy cruel al ignorarla. A alejarla de ti…Al no prestarle la debida atención.

_ No… No lo es…_ expresó con rabia. Queriendo alejarse de Antonella en ese preciso instante.

_ ¿De qué hablas?

_ Antonella…_respiró hondo_. No me hagas hablar, te lo suplico.

_ Sin embargo, quiero escucharte, por lo que tendrás que empezar a hablar, aun cuando no quieras. Esa pequeña niña no es culpable de los errores que pudieron cometer su madre y tú.

_ ¡No es mi hija!… Encontré a su madre con otro hombre en el invernadero antes de que ella naciera. ¿Quién puede asegurarme si ella es mi hija o es de ese hombre con la encontré a poco tiempo de haberme casado con ella?... No fui el único que se acostó con su madre. Muchos estuvieron con ella… ¡Su madre era una cualquiera!... Sophia ni siquiera se parece a mí. ¿Le has visto algo que te haga creer que es hija mía?

Las lágrimas de un ÁngelWhere stories live. Discover now