Capítulo 15

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Capítulo 15

_ Al fin estoy cada vez más cerca de ti... Que hasta puedo respirar el aire de victoria cuando esté frente a frente de ti..._ susurraba con cierta arrogancia el duque Monaghan, al mirar el paisaje de St. Ives._ Al fin he llegado...

   Él había ido a aquel lugar junto a quien le había dado aquella información. La descripción que aquel hombre había dado sobre Antonella,  por orden de aquel duque, le había llevado a una mujer llamada Charlotte Wallace, quien le había indicado que tiempo atrás una joven de cabellera negra y ojos azules oscuros, tan fina y sumamente educada, como la que aquel hombre describía, había buscado trabajo como institutriz, justamente el mismo tiempo en que Antonella había desaparecido de Londres, aunque aquella joven se había presentado como Caroline Swanson.

_ ¿Puedo decirle algo, su excelencia?_ le había preguntado Antonella con cierta picardía a Nicholas, mientras caminaban juntos de regreso a su habitación aquel día.

_ Sí, por supuesto que sí.

_ Es realmente usted un hombre digno de amarle.

_ ¿En serio?_ preguntó al sonreírle, al ver aquel brillo en los ojos de Antonella.

_ Si..._ sonrió con dulzura_. ¿Y sabes por qué?

_ No... No tengo idea._ fingió no saberlo. Siguiéndole la corriente.

_ Porque nunca me equivoque al saber que serías con quien me casaría. Y deseaba compartir mi vida_ le dijo al instante en que entraban a su habitación_. Te amo, Nicholas. Me haces sentir inmensamente feliz...

_ Antonella..._ dijo al rozar su mejilla derecha_. No tanto como lo haces tú en este corazón... Nunca debí hacerle caso a tu padre. Debí enfrentarme a él...

_ Lo has hecho... Lo has hecho a su debido momento. Ahora soy tu legítima esposa... Ahora soy tan solo tuya._ lo abrazó, después de besarlo.

   Al buscar su mirada, un violento impulso lo avasalló de nuevo. Ella era realmente increíble, podía llegar a su interior y hacerle sentir aquel deseo de tenerla cerca.

   Pronto Nicholas colocó sus manos en su cabellera negra y empezó a quitarle aquellas horquillas que no le permitían admirarla con su cabello suelto. Amaba verla con su cabello  totalmente suelto. Y permitirse acariciarlo.  Nicholas la contemplaba como si fuese ella un sueño. Aquel sueño que había dejado tiempo atrás y ahora había recuperado.

_ Eres realmente hermosa...

_ ¿Lo cree, excelencia?_ sonrió con una sonrisa traviesa y picara.

_ Sí, realmente...

  Antonella se acercó a él y lo besó nuevamente, haciendo que Nicholas la tomara en sus brazos. Él la desvistió lentamente, sintiendo que no podía detenerse. Ella era un imán que lo atraía cada vez más a su vida.

   El interior de sus labios le sabía  a paraíso, sintiendo la lengua de ella girar seductoramente alrededor de la de él. Y él sólo podía rendirse a sus encantos. Ella era su esposa. Una mujer inocente, y al mismo tiempo, tan seductora. La textura de su suave piel y el exquisito aroma de su perfume lo ataban cada vez más a ella.

_ ¿Cómo he podido vivir sin ti, Nella? ¿Cómo me he permitido vivir sin ti?

_ Lo mismo me pregunto...

_ Nunca dejare de amarte...

_ Yo tampoco... Eres una parte de mí.

   Al llegar a St. Ives, aquel duque se alojó en una posada. A la mañana siguiente buscaría a Antonella, a quien consideraba aún su prometida. Sin embargo, sabía que no podía tardar un poco más. Aquella investigación le había llevado a que ella había encontrado trabajo en la casa de aquel hombre que creía muerto. A pesar de ocultarse bajo una identidad falsa. Sabía que la verdad había podido salir a la luz.

Las lágrimas de un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora