Capítulo 22

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Capítulo 22

   Antonella se sentía abatida. No quería pensar lo peor. Pero no podía ocultar su terrible temor. No en aquel instante cuando el doctor de la familia se había marchado, dándole aquella noticia.

   Hacia dos semanas que Nicholas y ella habían vuelto a tener una vida conyugal. El mismo tiempo, en que ella también había empezado a sentir ciertos malestares que había tratado de ignorar. Hasta sentir que ciertos alimentos le causaban repugnancia. Y al comprobar, que su período que antes había sido algo irregular, ese mes tampoco le había bajado.

  << Felicidades, duquesa, está embarazada>>… ¿Embarazada? ¿Ella estaba embarazada?

   El mundo de pronto se había abierto en sus pies y se la tragaba.

   ¿Era posible que ese hijo que llevaba en sus entrañas fuese hijo de aquel hombre que había abusado de ella?¿Era posible que realmente aquel hombre hubiese  sembrado una semilla dentro de ella? 

   No había manera de saber si ese hijo era de Nicholas  o un bastardo.

  Caminó de un lugar a otro, hasta dejarse caer en aquel frío suelo. No podía con todo aquello. Sin querer, recordó al Nicholas que había conocido cuando sus vidas se reencontraron. Recordaba al duro Nicholas que rechazaba a su pequeña hija, culpándola de las acciones de su madre. Le había escuchado decirle cuanto Sophia le causaba repugnancia, cada vez que la miraba. Aunque en el presente, aquello había cambiado. Él la aceptaba como su hija y la amaba.

   Sin embargo…

   ¡Oh, por dios! Volvía a ocurrirle lo mismo a Nicholas. Tendría un hijo con incertidumbre de si era su hijo o no. ¿Y si llegase a ser varón? Aquello le hirió aún más en lo profundo de su alma. Sabía que él no aceptaría a un bastardo como su legítimo heredero. Y menos si era el hijo del duque Monaghan.

_ No llores, Antonella…_dijo Nicholas al acercarse a ella, al verla sentada en aquel piso con las manos en la cara, mientras lloraba.

_ Nicholas…_ expresó al sentir sus brazos en ella.

_ Nella, amaré a ese niño, sea o no sea mi hijo… Mírame a los ojos… Mírame y ve que te digo la verdad. ¡Amaré a ese niño lleve mi sangre o no la lleve! Acabo de cruzarme con el médico. Me ha dado la noticia…

_ Nicholas… ¿Y si es varón?_ le preguntó al bajar las manos y verlo a la cara.

_ Será mi heredero… No le privaré de nada. Le amaré de igual manera… No volveré a cometer los errores que cometí en el pasado.

_ Pero…

_ Ese niño es tan inocente como tú, mi amada Nella… Créeme, será mi hijo también. Mío… Un legítimo St. Ives…

_ ¿Estás seguro?... Nicholas…

   Secó sus lágrimas con ternura, mientras se ponían de pie.

_ Completamente seguro… Ahora hemos de darle la noticia a Sophia. Creo que sus plegarias de querer tener un hermanito han sido escuchadas.

Las lágrimas de un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora