Puños Ensangrentados

99 6 0
                                    

Siempre le pegabas a la pared, simplemente para no pegarme a mí. Te hastiaba, lo sé. Soy bien fastidiosa, odiosa, orgullosa, malcriada. ¡Ja! ¿Qué no soy?

Mi mal genio chocaba con el tuyo y es como si se formara la tercera guerra mundial, pues ambos tenemos un carácter bastante fuerte. Nos decimos palabras hirientes cuando nos enfadamos.

Y me atrevo a apostar que el daño que nos hacemos nosotros mismos es más fuerte que el que nos hacemos el uno al otro. Tú te ahogas en alcohol y yo en sueños. Un día de estos uno de nosotros no despertará.

Al otro día cuando todo está mas tranquilo, me fijo en tus nudillos... Están todos ensangrentados y lastimados. Yo solo me limito a tomar el kit de primeros auxilios y a curar tus heridas, creo que es lo menos que puedo hacer.

Me observas. A pesar de mi fastidioso y malhumorado carácter, nunca fallo en intentar mejorar las cosas un poco, y eso lo reconoces. Puedo ser orgullosa, pero de muchas maneras te muestro lo mucho que lo siento...

Vernos en el espejo era como ver a dos extraños. Antes todo brillaba, ahora está todo blanco y negro. ¿Qué ocurrió? No lo sé. Tu sonrisa ya no estaba presente y mis ojeras se notaban más cada día, ni el maquillaje me las cubría. Te encaminaste al closet, mientras que yo solo miraba el espejo.

¡Crack!

Me aguanté la mano y corrí al baño, echándome agua en los nudillos. Corriste hacia dónde yo estaba y me miraste, era un desastre.

Lloraba, lloraba y lloraba, limpiando mis nudillos intentando sacar la sangre, pero era imposible. No paraba de sangrar. Estaba tan enojada, tan dolida, tan rota, que verme en el espejo era toda una tortura.

Tomaste mis manos en las tuyas y delicadamente limpiaste la sangre. Cerraste el grifo y secaste mis manos, luego fuiste y buscaste crema, cinta y alcohol, y curaste la herida, tal y como yo lo hacía contigo.

Eramos tan disfuncionales, que funcionabamos perfectamente.

~K. N.~

Las Cosas Que Nunca DijeWhere stories live. Discover now