Rosa Maldita

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Desde que tus labios se posaron sobre los míos, dejé de ser pura.
Desde que tus manos se posaron sobre mi piel, dejé de ser una dulzura.
Desde que tus dientes marcaron mi cuello, dejé de ser una pequeña criatura.

Desde que tus brazos encerraron mi cuerpo en el tuyo, dejé de ser mía.
Desde que invadiste mi cuerpo con ferocidad, dejé de ser fría.
Desde que tu saliva se mezcló con la mía,
dejé de maldecir el día.

Desde que te miraba al despertar en las mañanas, dejé entrar a las maripositas.
Desde que tu calor abrazaba a mi cuerpo, dejé de ser una rosa marchita.
Pero algo es claro, y es que siempre seré una rosa maldita.

~K. N.~

Las Cosas Que Nunca DijeWhere stories live. Discover now