Sus Manos

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"Tranquila, niña. Relájate, deja que mis manos hagan todo el trabajo..." me dijo mientras se acercaba a mí

"Okay..." le respondí y suspiré, cerrando mis ojos.

No veía nada, pero podía escuchar su respiración cerca de mi oído, sentía las yemas de sus dedos rozar cada centímetro de mi cuerpo y como éste respondía perfectamente a dicha acción; su almizcle varonil hacía la fusión perfecta con el aroma a lujuria que había en el ambiente, y el sabor a whisky que cubría su lengua era exquisito, y yo odiaba el whisky.

Apartó sus labios de los míos y descendieron hasta mi cuello, luego bajaron hasta mis pechos; tomó su tiempo en esa área en específico, me sentía tan pequeña, más de lo que ya era... Sus manos agarraron las mías y las sujetaron encima de mi cabeza, previniendo que pudiera hacer algo, me frustraba. Mis gemidos y lloriqueos hicieron que detuviera lo que estaba haciendo y me mirara, jamás había visto esa mirada tan oscura en su rostro. Se levantó y soltó mis manos. Lloriquié.

"Tienes que hacer silencio, cariño... no podré continuar si ese dulce sonido sigue invadiendo mis pensamientos." dijo en una voz jadeante.

Eso solo ocasionó a que mis bragas se humedecieran más de lo que ya estaban. Asentí y respiré profundo, tranquilizándome un poco. Su sonrisa maliciosa bastó como para ponerme nerviosa de nuevo. ¿Qué demonios iba a hacer conmigo?

Se abalanzó hacia mí y me besó como si estuviera sediento y yo fuese un oasis. Sus manos apretujearon mi trasero, acariciaron mis muslos y marcaron mis caderas. No teníamos que llegar a lo íntimo para hacerme llegar al éxtasis, bastaba con tan solo tocarme para llegar a la galaxia y tocar las malditas estrellas.

En fin, me hizo entender que me amaba de la única manera que sabía como; follando su amor en mí, y dejando que ese cariño se corriera entre nuestras piernas.

~K. N.~

Las Cosas Que Nunca DijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora