[63] ¿Cómo es el proceso?

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—Max, si quieres habl-

—No, no quiero hablar de eso —le corté sin ser brusca, llegando a la sala de mi piso luego de haber dejado a Sky en su cuna debido a que seguía durmiendo.

Maximilien estaba sentado en uno de los dos sillones individuales y me miraba con cierta preocupación, y no me gustaba cuando las personas me veían así, como si tuvieran que sentir lástima o algo por mi, me resultaba repulsivo. Después de salir del apartamento de Sally me disculpé por mensaje con ella por arruinar su noche especial de cumpleaños, no merecía que le hiciera eso.

—Amor —me llamó con suavidad, la palabra sonó tan dulce de sus labios que no evité girarme a verle mientras iba hacia detrás de la barra con dirección a la cocina para prepararme un té—, no tienes que hablarlo conmigo ¿vale? Pero si ves a un especialista en el tema, un terapeuta qu…-

—No quiero, Max —me negué—, estoy bien.

—Se que no lo estas desde hace días y sabía que algo te había pasado pero no quería presionarte porque tenía la certeza de que me lo dirías en algún momento cuando te sintieras cómoda —escuché su voz mientras me movía por la cocina—, y tenía la sospecha de que estaba relacionado al padre de Sky, sobre todo cuando fuiste sincera conmigo hace dos días en la compañía, porque lucias alterada y cuando trataba de tocarte después de llegar de New York parecías incomoda. Esta noche solo me confirmaste lo que ya pasaba por mi cabeza.

—¿Quieres té? —le ofrecí, ignorando el tema y deteniéndome un instante a verle.

Maximilien tenía su mirada en mi y todo lo que su rostro expresaba era una serena gran seriedad.

—Bonita…-

—Solo quiero olvidar todo lo sucedido esta noche y hace días ¿esta bien?

No conforme, pero respetando mi decisión, él dejó salir un suspiro. Tras unos segundos se colocó de pie y vino hacia mi mientras calentaba agua en el microondas para luego sumergir una bolsita de té en la taza, en la espera recordé las palabras de Luka, todo lo que me había dicho y el daño que eso me hacía, y recordé la petición que me había dicho al final.

Y quiero que sepas que quiero la custodia de Skyler.

Maximilien se apoyó en la superficie de la isla de granito, siguiendo mis movimientos con la mirada y en silencio sin nada que aportar o decir. Yo saqué la taza humeante del microondas y la dejé sobre la isla, luego sumergí la bolsita de té de hierbas y terminé volteando a mirarle. ¿Cómo Luka se creía capaz de poder cuidar a Sky, si apenas podía con su existencia y no se cuidaba ni él?

—Quiere la custodia de Skyler —solté en tono bajo, con un sabor amargo y miré a Max.

—¿Qué? —preguntó él, no escuchándome con claridad.

—Me dijo que quiere la custodia de Skyler —me tembló el labio inferior y la voz se me convirtió en un hilo—, ¿tu crees que es posible que…-

—No, obvio que no —me interrumpió—, pero por supuesto que no, amor, ni remotamente posible.

Maximilien tomó mi mano y me acercó a su cuerpo, el sentimiento y la sensación de calma y calidez que me envolvió cuando puso sus manos sobre mis hombros para tranquilizarme fue reconfortante, y me miró a los ojos, la seguridad que transmitían se sintió motivante.

Padres Inexpertos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora