Dulce Sabor a ti (Miley Cyrus & Justin Bieber) Jiley |HOT|

Capítulo 26.

—Sabes que te deseo como loco ¿verdad? —ella sonríe— pero cada vez que mencionas al mari… —las palabras se escapan de mi boca al sentir como Miley tomaba fuertemente mi miembro.

—Sshhh. No hables —nuestros labios se unen nuevamente en un beso salvaje pero apasionado.

La besé con desesperación, como si quisiera devorar sus labios. Y con el mismo ardor, le saqué la blusa por sus brazos, junto con el sujetador.

—Justin —murmura, jadeante.

La cargué y asentí su cuerpo sobre el lava manos. Besé sus labios con pasión, luego procedí en bajar por su cuello hasta llegar a sus senos. Ella gimió al sentir como mi lengu rozaba una y otra vez sus pezones. No podía hacer otra cosa mas que gritar mi nombre. Ambos nos olvidamos por completo que nos podían escuchar, gritando y gimiendo mientras nos besabamos, nos acariciabamos y nos deshacíamos de nuestra ropa. Levanté su cuerpo tembloroso y desnudo, para poder penetrarla con facilidad. Al deslizarme dentro de ella, soltamos un fuerte gemido.

—Miley... —jadeé penetrándola una y otra vez y besando sus labios con amor y pasión.

—¿Que? —pregunta con la voz jadeante y debilitada.

—Te amo —grité hundiéndome completamente y explotando dentro de ella. Al sentir como mi cálido líquido inundaba su interior, ella también llega a un clímax explosivo, estremeciendo todo su ser. Ambos nos aferramos del uno al otro, intentando recobrar la calma.

—Te amo —susurra, aun con la respiración agitada. Sonreí y besé sus labios tiernamente.

Miley POV 

Después de vestirme, abrí la puerta un poco para salir primero que Justin. Pero parada enfrente de mí estaba una trabajadora de vuelo, quien terminaba de abrir la puerta. Negué con la cabeza y apunté hacia los asientos. Justin se sonroja, sintiéndose apenado.

—Gracias querida por asegurarte que nadie nos interrumpiera —volteé hacia Justin quien me miraba asombrado— que buen servicio mi amor ¿no crees? —tomé a Justin de la mano, jalándolo fuera del baño, hacia los asientos.

Iba caminando con Justin  dentro de nuestra suite presidencial. Lo cual estaba localizado en el ultimo piso del hotel. El paisaje era espectacular. Se podía ver el mar hasta su horizonte, que parecía no tener fin. El cielo deslumbraba con su belleza alumbrando el anochecer con su infinidad de colores. Puse mis maletas y me dirigí hacia el balcón.

—Esto es incríble —cerré los ojos, dejando que la brisa cálida y salada acaricie mi rostro y haga bailar mi cabello.

—¡Lo es! Llegamos justo a tiempo —me abraza por detrás, aspirando el aroma de mi cabello y besa mi cuello— cuando veo cosas así me siento dichoso de estar vivo y de poder presenciar un paisaje tan hermoso. Y aun mas, estando a tu lado —sonríe, acariciando su brazo.