Sádico y Guardián

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Mia jamás se paró a pensar en cómo iba a morir, y eso que tuvo, antaño, ocasión de hacerse una idea. Su vida no había sido siempre risas y juegos de niños, en absoluto. Aun así, habiendo pasado por experiencias traumáticas que nunca contó a nadie, nada la preparó para lo que vivió entonces.

Notó un sudor frío recorrerle la espina dorsal y cuando creyó que sentiría los dientes de la motosierra clavándose en su carne, sucedió algo extraño. Fue como una especie de zumbido. Las luces del pasillo empezaron a titilar y la caja fuerte, la misma que hasta hacia unos segundos había llevado entre sus brazos, empezó a levantarse. ¡Y eso no era todo! Rubén palideció y los dos pudieron comprobar como emergía un cuerpo humano de debajo. El cacharro quedó haciendo las veces de cabeza y el ser se la golpeó con un martillo. El sonido fue seco, metálico, más fuerte que el peor de los truenos.

-Ay, mi madre...- La morena abrió los ojos hasta límites insospechados, olvidando por completo que tenía al Sádico detrás. Este, por supuesto, aprovechó la ocasión y cuando estuvo literalmente encima suya, bajó la motosierra para acabar con ella. En un movimiento repentino, el Guardián se lo impidió, interponiendo su martillo entre ambos. Tenía tanta fuerza y era tan alto que se deshizo del hombre de un bandazo, empujándolo hacia atrás.

Las chispas saltaron por todas partes y la muchacha tuvo que cubrirse de inmediato. ¿Qué decir? Quedó tan impactada que no pudo hacer otra cosa que observar la pelea entre las dos criaturas.

-¡Levántate!- Ordenó el pianista. En algún momento había corrido a su vera y ahora buscaba ayudarla, tirando de su brazo.- No pienso quedarme a ver quien gana.

Sin embargo la joven no fue capaz de retirar la mirada.

-¡Defiéndete, por favor!- Le gritó a la caja fuerte antes de que el vendado se la llevase de allí a rastras.

-¡Defiéndete, por favor!- Le gritó a la caja fuerte antes de que el vendado se la llevase de allí a rastras

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¿Qué estaba pasando..? O lo que era todavía más preocupante: ¿Siempre iba a ser así? ¿Una sucesión de catástrofes dónde no podías hacer nada por evitarlas? Aquellas eran las preguntas que Mia se hacía mientras escapaban, mientras el ascensor subía y se alejaba cada vez más y más del conflicto que se daba en el pasillo de abajo.

Aunque el pitido de su marcapasos había adquirido un tono más natural, acompasado, su mente bullía en un sin fin de pensamientos. ¿De verdad sucedía todo eso? La ciudad... los monstruos, el hospital psiquiátrico. Incluso Rubén. ¿Era él una persona de carne y hueso o solo un producto de su imaginación.

"Quizás me hayan drogado. Salí de fiesta el día antes de viajar a Krimson." Sí. Quizás. Al menos eso explicaría muchas cosas.

No te metas conmigo [Ruvik - The Evil Within]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora