4. Pero yo te quiero más.

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La sonrisa de Cole es lo único que me ayuda a soportar la presencia de Astrid.

Nos encontramos en una cafetería los tres, charlando desde hace media hora. Aunque, para ser sincera parece que únicamente están Cole y Astrid. Apenas he hablado y únicamente he dicho monosílabos. Astrid habla acerca de lo mucho que ama hacer equitación y que hacia en su viejo pueblo, Cole habla de lo mucho que le gusta nadar y yo... los observo conversar.

—Si, desde pequeños hemos estado en las mismas escuelas. Aún recuerdo como nos conocimos, ¿lo recuerdas, Cam?—la voz de Cole me saca de mis pensamientos y vuelvo a la realidad al sentir su codazo.

—¿Queso con zarzamoras?—Balbuceó mi postre favorito y Cole ríe.

—Le estaba contando a Astrid que nos conocemos desde pequeños. —Sonrió, asentí con una pequeña sonrisa.

—Desde primaria—río levemente al recordar esa vieja obra de teatro que hicimos juntos.

La tarde pasa entre pláticas y bromas, Astrid y yo platicamos de lo mucho que nos gusta tocar la guitarra y Cole se une cuando comenzamos a hablar de bandas.

Cole se ofrece a llevarnos a nuestras respectivas casas. Primero dejamos a Astrid debido a que es la que vive más lejos y Cole y yo vivimos relativamente cerca.
—Linda noche, chicos. Gracias por traerme, Cole. Me la pase increíble hoy—Dice Astrid sonriendo, besa mi mejilla y después la de Cole para bajar del auto.

Astrid entra a su casa y Cole arranca el auto. La música de la estación suena y yo subo el volumen. Llega a mi casa en silencio, suspiro.

—¿Quieres pasar?—susurro, con la esperanza de poder pasar un pequeño rato con él.

Pero Cole niega con la cabeza.

—Es tarde—musita—deberías dormir.

—No tengo sueño—murmuró mientras pego mi cabeza a mis rodillas. Cole me sonríe.

—Siempre ha sido difícil que tengas sueño—ríe.

Y es cierto, de pequeños hacíamos pijamada y yo era la última en dormir. Cole tomó mi mano y la acarició un poco.

—Te quiero mucho, Camila. Lo sabes ¿verdad?

Suspiro, lo sabía... pero lastimosamente ese amor nunca era como el que desearía.

—Si, Cole. Lo sé.

Pero yo te quiero más. Estuvimos un rato más en silencio, yo tarareaba una canción de Rihanna y Cole simplemente acariciaba mi cabello. —¿Por qué siempre que salimos a algún lugar terminamos adentro de mi auto así?—Dijo riendo, negué con la cabeza.

—Porque eres un aguafiestas que no quiere pasar a mi casa—gruñí, levante mi cabeza de su regazo y lo miré fijamente—Nos vemos, tonto.

Besé su mejilla y baje rápidamente de su auto para después adentrarme a mi hogar. Mis padres estaban en el sillón viendo televisión tranquilamente, mi madre me miro y sonrió.

—Camila, hola.

—Hola, mamá.

Me acerqué a ella y besé su mejilla, la de mi padre también y ellos me sonrieron, me senté un rato a ver el noticiero que estaban viendo.

{...}

A la mañana siguiente, el ruido de mi alarma me despertó. Molesta, me levante de mi cómoda cama para adentrarme al baño. Tomé una ducha rápida y salí corriendo para vestirme; los gritos de mamá diciendo que bajara a desayunar me apuraron, bajé rápidamente las escaleras cuidando no tropezar.

Desayuné charlando con mis padres animadamente sobre el colegio, sobre Cole y algunos amigos más. Mi papá se ofreció a llevarme al colegio pero justo en ese instante Cole me texteo diciendo que ya estaba afuera.

—Me voy, gracias de todas maneras, pa. —Besé su mejilla y corrí al baño para cepillar mis dientes.

Abrí la puerta de mi hogar, observando el auto de Cole y topándome con que no emprenderíamos el viaje solos pues la queridísima de Astrid nos haría la compañía.

Maldición.

No without you, Cole.Where stories live. Discover now