She's My Runner: The Death Cure | Minho | TMR

04, We Started This Together

—No fue suficiente —me levanté. Caminé unos minutos al aire libre observando a todos los chicos que habíamos rescatado. Aquellos se encontraban asustados, temerosos ante cualquier acción que se les mostraba en intento de ayuda.

Más allá pude distinguir a Thomas apoyado en el muro. Su mochila de correr aún se encontraba en su espalda. Era inevitable... todo me recordaba a él.

—... un infierno. Ojalá fuera el fin de nuestros problemas, pero aún no terminamos —Decía Vince a los novatos —. CRUEL sigue ahí y no se rendirán. Ustedes tienen algo que quieren. Los secuestraron porque son inmunes a una plaga que está acabando con la humanidad y creen que deben sacrificarlos para encontrar una cura... ¡Pero yo no! Así que en dos días, cuando esta chatarra pueda navegar iremos a un lugar donde CRUEL jamás nos pueda encontrar. Un lugar para empezar de nuevo...

—Sabes que en dos días no subiré ese barco —aseguré. La mirada de Thomas chocó con la mía permitiéndole observar mis párpados hinchados y mi nariz aún un poco rosa. Pude ver en él, la decepción de lo que no habíamos logrado —... no te sientas culpable, Thomas. Eran muchos, ¿que probabilidades teníamos? —Había aceptado.

Su mirada se dirigió al piso de inmediato y su cabeza se movía de un lado a otro y lo comprendía. Completamente.

—Oye —llamé. El chico volteó antes de continuar caminando. Corté nuestra distancia y pase mi mano por su espalda —... vamos por Aris. Debe tener algo que decirnos...

Entramos a la tienda encontrándonos con los chicos reunidos. Sonya curaba las heridas de Aris en su labio y Harriet le ofrecía algunos bebestibles al chico.

—Todo un rey —solté acomodándome junto a Newt.

—Tardaron en venir por nosotros —respondió Aris soltando una burla que se vio interrumpida por el líquido en su labio.

—¿Y qué pasó? —preguntó Newt mirándome como si también me pidiera permiso para tocar el tema. Recibí la taza de Harriet y bebí un poco de aquello.

—Nos defendimos o al menos... lo intentamos.

—Tuvieron suerte de encontrarnos —Agregó Sonya —. Nos trasladaban mucho, parecía que pasaba algo importante.

—¿Saben a donde iban? —pregunté

—Solo sé... que hablaban sobre una ciudad —Thomas volteó hacia nosotros.

—Creí que no quedaba ninguna ciudad.

—Y eso es porque no hay ninguna. Ninguna en pie al menos —confirmó Brenda.

—Oigan ¿Y qué pasó con Minho? ¿Por qué no estaba en el trailer? —Aris y Sonya se miraron y bajaron sus cabezas antes voltear a mirarme.

—Lo siento, Thomas

—¿Qué? ¿Por qué lo sientes? —me puse de pie

—... si estaba en el trailer. Lo siento, _____.

—¡Maldición! —Lancé la taza a un costado vertiendo su contenido sobre el piso. Todos se sobresaltaron ante mi actitud pero no era nuevo, llevaba así un par de meses. Me hice espacio entre Brenda y me dispuse a salir de aquel lugar con la presencia de ellos.

—¡_____! —llamó Sonya. Volteé sosteniendo el marco de la puerta con rabia —. Sólo nos hablaba de ti... lo poco que pudimos comunicarnos era como oír tu nombre.

La gota que rebalsaba el vaso.
Tener un poco de paz comenzaba a hacerse imposible. La ausencia de Minho sabiendo que habíamos rescatado a otros inmunes me hacía sentir como una incapaz de ayudar al resto.