05, Overrun checkpoint

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Abrí mis ojos sintiendo un dolor intenso en mi cuello. Me removí mirando hacia mi frente, donde podía ver desierto a lo largo de todo lo que se  nombraba como horizonte.

—¿Donde estamos? —pregunté acomodándome. Thomas estaba a mi lado agarrado del asiento entre Sartén y Newt.

—En ninguna parte aún —respondió Sartén por el retrovisor.

Recosté mi espalda en el asiento y sobé mi cuello cerrando los ojos. Era como si una vaca agotada hubiera caído sobre mi cuello y yo no pudiera levantarla. El camino continuaba recto por la vía de tierra sin señales de vida o eso creíamos hasta pasar junto a un gran letrero oxidado cuyas letras no logré leer.

—¿Vieron eso?

—Si.

—¿Y? —pregunté esperando una respuesta con un poco más de argumentos pero nadie respondió. Kilómetros más allá volvimos a encontrarnos con uno de esos, esta vez un poco más pequeño que el anterior, y esta vez no se encontraba solo en medio camino del desierto.

Una pequeña instalación a un costado se encontró con nosotros. Aquella estaba olvidada, y todo lo que había a su alrededor se encontraba oxidado, al igual que los vehículos frente a nosotros.

—Sartén, detente ahí —dijo Thomas.

El chico bajó la velocidad y se detuvo frente al túnel que nos invitaba a continuar el camino. Bajamos del auto todos al mismo tiempo. Pude darme cuenta de que nos encontrábamos en lo que parecía ser un pequeño pueblo con la ventaja de que una gran autopista a modo de puente se encontraba a nuestras espaldas.

—¿Seguro que quieres entrar ahí? —preguntó Newt. Thomas se acercó observando el mapa tratando de ubicarse.

—¿Que tiene de malo? —pregunté.

—No quiero ser negativo, pero si fuera un Crank, ahí es justo donde me escondería.

—No tenemos mucho para elegir —soltó luego de un rato. Miré directo al puente considerando el comentario de Newt, pero los Cranks no había aparecido desde un buen tiempo para nosotros.

—Yo iré de copiloto —Newt arrastró sus pies un poco molesto y subió a la camioneta.

—Señores —comenté llamando la atención de Thomas y Sartén —... si no es un Crank lo que me mata ahí dentro, de seguro el genio de Newt lo hará.

Subimos al carro y Sartén presionó el acelerador. Las luces se encendieron y nos encontramos dentro del túnel.

—Tómate tu tiempo —dije encendiendo la linterna que tomé de mi mochila al igual que los restos. No había mucho para apreciar más que murallas húmedas y las vías con posas de agua.

—Bien... ya estamos adentro.

—No tienes que acelerar, Sartén.

La camioneta continuó avanzando hasta adentrarse más allá en el túnel. El camino comenzó a mostrarnos algunos carros antiguos  frente a nosotros. La camioneta frenó bruscamente sobresaltandome un poco.

—¿Que fue eso?

—De acuerdo —dijo Thomas. Fijé mi vista al frente al igual que el chico y pude verlo. Un Crank —... todo esta bien. Solo es uno así que... todo está bien. Pasarás muy lento. Todo está bien.

—Muy lento... muy lento.

Apagué mi linterna al igual que Newt y me acomodé en el asiento para observar por el frente. La criatura se movía espasmódica justo en el centro de nuestro camino. Newt subió el vidrio de su ventana serio. Thomas dio un salto quedando sobre mi apuntando a su ventana. Era una mujer con ambas manos apoyadas en el vidrio

—Ábreme —dijo moviendo la puerta.

—No puede ser —susurré impactada.

—Abre —continuó reiteradas veces. El vidrio de mi ventana fue golpeado obligándome a empujar a Thomas para ver del otro lado, donde un Franck había apoyado ambas manos enseñando un rostro de locura.

—Mueve la maldita camioneta, ¡mueve la maldita camioneta —solté

—Sartén que esperas, hay que irnos.

—¡Hay que salir de aquí!

—¡Que esperas, sácanos de aquí! —gritamos. En segundos la camioneta se había rodeado de Cranks. La desesperación comenzó a adueñarse de mi cuerpo impidiéndome quedar tranquila dentro del carro.

Un Crank quedó frente a nosotros cuando Sartén los arrolló tratando de escapar. El hombre golpeó el vidrio de la camioneta trizándolo  en el centro sin bajar que él.

—¡Sartén, acelera!

—¡Eso intento!

La camioneta se meneaba de un lado a otro tratando de quitar al Crank de nuestro frente dejándolo colgar finalmente desde un costado, sin embargo, este no dejaba de golpear los vidrios y la puerta.

—¡Sujétense! —gritó el moreno acelerando a toda marcha para embestir al Crank contra otro auto.

—¡Cuidado! —gritó Thomas. Miré hacia el frente donde una rampa hizo que la camioneta subiera solo por un costado a una gran velocidad obligándonos a caer de costado hasta quedar volteados.

Mi cuerpo se golpeó contra el techo doblando mi cuello levemente obligándome a quedar estática.

—¿Están todos bien? —preguntó Thomas tosiendo.

—Mi cuello —fue lo único que pude decir en ese momento.

—_____ ¿Estas bien? —preguntó Newt. Trate de asentir pero no podía. Mis pulmones se llenaron de polvo obligándome a toser de igual manera que el resto mientras oía a Newt quejarse por su mano.

—Sartén, cierra los ojos —dijo Thomas moviéndose de mi costado. Mi cuerpo termino de caer por completo del asiento hasta el cielo del auto permitiéndome enderezar el cuello. El chico quebró el vidrio frente a nosotros y se dispuso a salir.

—Abre la puerta —solté apenas audible. Thomas se dispuso a abrirlas con dificultad pero fue casi imposible. Oí la puerta de Newt abrirse dejándolo caer del otro lado.

—Sartén, ¿Estas bien? 

—¡______! ¿Puedes moverte? —corrí la mano hasta mi cuello asustada de quedar inmóvil en medio de los Cranks. Pude oír sus gritos acercándose.

—Sartén, sácame de aquí —susurré antes de oírlo salir de la camioneta

—¡Sartén, sal! ¡Hay que irnos! —oí gritar. Removí mi cuerpo intentando girar mi cabeza pero tuve que hacerlo lentamente mientras oía los gritos de los chicos. Sartén entró a la camioneta mientras oía la puerta de mi costado forcejeando desde el exterior. Los gritos eran cada vez más fuerte y pude sentirlos encima cuando tiraron de mi chaqueta sacándome finalmente de la camioneta obligándome soltar un grito de dolor. Entonces el ambiente se quebró en un disparo.

—Buen tiro —dijo Thomas

—¿Estas bien? ¿Puedes moverte? —tomé el brazo de Newt e intenté ponerme de pie con éxito.

—¡Vamos! ¡Hay que correr! —gritó Thomas. Frente a nosotros se acercaban los Cranks hambrientos de carne humana sin silenciar sus quejidos. Corrimos más allá por el túnel rápidamente con Sartén cubriéndonos las espaldas.

—¡Oh no! —nos detuvimos. En un Segundo nos encontramos rodeados de Cranks cubriendo ambos lados del túnel. Sin escapatorias y una sola arma siendo disparada por Sartén de un lado a otro sin detenerse.

—¡Está vacía!

—¡Maldición!

Cuando menos lo esperábamos, gran parte de los Cranks fueron embestidos por una camioneta que se detuvo justo junto a nosotros

—¡Rápido! ¡Entren! —gritó Brenda comenzando a disparar.

Subí con la ayuda de Sartén y la camioneta se puso en marcha a toda velocidad dejando a los Cranks del otro lado del túnel.

She's My Runner: The Death Cure | Minho | TMRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora