06, The Last City

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—¡Que impresión! —exclamó Jorge —¡Duraron casi un día!

Manejaba a gran velocidad mientras Brenda limpiaba su pistola. Cerré los ojos con fuerza sobando mi cuello.

—¿Estas bien? —preguntó Thomas soltando el aire y los nervios del momentos. Newt había respondido golpeando su espalda amistosamente

—¿Y tú estás bien? —preguntó Sartén a mi lado. Abrí los ojos y traté de girar el cuello. El dolor desaparecía de a poco, pero aún así me encontraba casi inmóvil.

—Eso creo —solté finalmente. Brenda volteó y nos observó a los cuatro con los ojos entrecerrados mientras negaba con la cabeza.

—Eso continuará doliendo —asentí acomodándome en el asiento. Sus ojos se detuvieron en Thomas, quien luego de haber bufado con un tono de indignación atinó a decir algo.

—¡Lo siento! No quería involucrarlos

—Hey —arregló Sartén al notar que Jorge y Brenda se encontraban molestos —, creo que lo que intenta decir es que está agradecido por salvarnos.

Brenda sonrió sin quitar la vista de Thomas. Podría tener mi cuello inmóvil, pero no mis ojos y Thomas le había correspondido la sonrisa. Reí por lo bajo al notar aquellas reacciones.

—No fue nada —dijo ella.

—No se hagan ilusiones, niños, ese reten era la última defensa de la ciudad. Si cayó eso, entonces cayó la ciudad.

—Sí —dijo Newt —... o hallaron otra forma de detener a los Cranks.

Giré lentamente mi cuello al costado que Newt observaba sintiendo un leve dolor. Todos hicieron lo mismo, entonces Jorge frenó la camioneta de una vez obligándonos a rebotar frontalmente.

—¡Maldita sea, Jorge! —grité oyendo como mi cuello crujía. Todos se bajaron de inmediato siendo yo la última, pero había sido bueno, mi cuello ya no dolía.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Newt. Asentí moviendo mi cabeza hacia ambos lados con el ceño fruncido. Malditos hombres y su brutalidad.

—¿La última ciudad? —pregunté, Jorge asintió.

—Pasamos tres años tratando de salir y ahora queremos volver a entrar...

—Que ironía.

—Jorge, ¿Como llegamos hasta allá?

—No me preguntes, hermano. Esos muros son nuevos, así responde CRUEL a todo.

—Como sea... mirando no nos ayuda.

—Tiene razón, desde aquí no resolveremos nada. ¡Vámonos! —me apoyó Brenda. Los chicos subieron a la camioneta de inmediato a excepción de Thomas. Me acerqué a él sin dejar de observar aquellas grandes torres.

—¿Crees que Minho esté ahí?

—No lo sé... hay que averiguarlo.

—Sabes que Teresa se encuentra allá —agregó Newt tras de mi. Thomas lo miró Pacífico luego de oír su nombre. El chico de cabello rubio tiró de mi brazo y luego señalizó con su cabeza hacia un costado que entráramos a la camioneta.

Durante el camino, Thomas no volvió a decir una palabra y el ambiente se redujo a sólo miradas silenciosas.
Apoyé mi cabeza en el hombro de Newt y cerré los ojos recordando a Minho cuando nos encontrábamos en el área. Por mi cuerpo comenzó a hacerse presente la ansiedad de encontrarlo lo más rápido posible; me preguntaba que estaría pasando. ¿Le habrán hecho daño? De cualquier forma mis pensamientos trataban de llegar a Teresa, ella había sido la responsable e incrédula creyendo que no nos harían daño. Me preguntaba si realmente la cura valía la pena... siendo inmune no sentía tanta importancia por aquello.
Sentí la respiración de Newt en mi frente. Cálida y tranquilamente prolongada. Su mano acarició mi pierna suavemente. Él era fundamental, todos. Siempre encontraba la forma de hacerme entrar en razón y pensar claro, algo que desconocía durante este último tiempo. Él y Minho han estado conmigo siempre y saber que pueden estar lejos de mi era una angustia compleja.

—De acuerdo. Traten de no llamar la atención, sabemos que ellos pueden estar observándonos.

Bajamos de la camioneta y nos dirigimos por un sector repleto de gente. Sus espacios eran reducidos considerando que se encontraba lleno de Cranks caminando de un lado a otro.

—Este lugar es terrible —dijo Jorge esquivando a la gente frente a él.

—No hay que separarnos —me detuve y di la vuelta intentando oír a una camioneta que venía metros más atrás de nosotros. No lograba entender nada pero la gente se detenía y levantaba sus manos en puño como si se tratara de una rebelión. La camioneta con un hombre de pie y un megáfono pasó frente a nosotros sin detenerse por la calle. Pude notar que los que iban con el cubrían sus rostros con mascarillas como si la zona estuviese infectada por el virus.

—Hay que seguir —ordené a los chicos sintiéndome temerosa de aquella ultima posibilidad. Soy inmune, no debería tener miedo al virus. El virus no puede matarme, pero si los Cranks.
Continuamos doblando valles dificultosamente por la gente en ellas.

—¡Ahí es! —gritó Thomas mirando hacia nuestra derecha. Me detuve a presenciar aquella imagen.

Los grandes muros de CRUEL se encontraban a metros de distancia. Aquellos eran exactamente como los del Laberinto, fue como pararme frente a ellos para luego respirar hondo y correr buscando una salida para los habitantes.
La gente protestaba con carteles gritándole a CRUEL por una oportunidad. Thomas se fue adelante adentrándose en la multitud seguido por Jorge. Miré a mi alrededor sintiéndome vigilada; entonces decidí caminar.

—¿En que diablos nos metimos? —oí a Sartén más atrás. 
Volví a detenerme y observé a mi alrededor, donde la multitud había comenzado a arrojar cosas del otro lado de un pequeño límite metros más atrás de los muros.

—Esto no me gusta —dije. Un hombre alto de mangas cortas se detuvo metros más allá de mi costado y me observó. Podía oír su respiración comprimida en esa máscara. Caminé despacio buscando a los chicos, pero ya no estaban cerca de mi vista, no podía mirarlos desde aquí. Me introduje más allá en la multitud mirando hacia ambos lados donde almas hombres con máscaras en sus rostros caminaban acechándome.

—¡Newt! —grité reconociendo su figura entre la gente.

—¡Tenemos que irnos! ¡Miren! —oí. El grupo observó hacia atrás al parecer notando las mismas presencias que yo. El chico de cabello rubio tomó mi mano atrayéndome a él y ocultándome tras su espalda entre Thomas. Entonces un fuerte sonido como si trompetas hubieran resonado en el cielo se hizo presente y todos volteamos hacia los muros. La gente se quedó en silencio imitándonos a nosotros.

De las torres, fue como si dos grandes disparadores se movieran después un largo tiempo sin haberlo hecho apuntando hacia nosotros. Todos comenzaron a correr y a gritar asustados.

—Thomas, muévete. Newt hay que salir de aquí —dije tirando de su chaqueta.

—¡Thomas hay que irnos! —gritó Jorge cuando sin haber tomado atención una gran explosión se desató frente a nosotros.

—¡Corran, Corran! —grité. Los estallidos se hacían cada vez más seguidos y más cerca de nosotros. Volteé sin bajar el ritmo para ver como la gente tras de nosotros salía disparada por todos lados con los misiles que nos lanzaban. Esquivaba a los autos viejos del camino y cuerpos de gente que tropezaba  sin lograr ponerse de pie.

—¡Ven, ven, vamos! —gritó Thomas empujándome hacia un costado. Continuamos corriendo llegando a una zona sin salida.

Un hombre se lanzó sobre mi haciéndome caer al piso.

—¡Suéltame! —grité intentando zafarme. El tipo me tomó de los brazos me lanzó dentro de una camioneta.

—¡Entra, entra! —gritó él empujándome con fuerza

—¡Newt! —grité temiendo ser capturada sin ellos. Pronto fue su turno de entrar.

Nos llevaron en silencio durante un corto viaje. Solo oía el silencio interrumpido por sus respiraciones. Me acerqué más a Newt sin dejar de observarlos sintiéndome más protegida.

She's My Runner: The Death Cure | Minho | TMROnde histórias criam vida. Descubra agora