#7 - viaje de estudio - 3/3

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Ya anochecía y teníamos que volver al hotel un poco mas temprano de lo usual para descansar debido a que esa misma noche tendríamos que tomar un tren hacía las montañas que visitaríamos.

Liz se encontraba un poco preocupada por el hecho de que en ese lugar ocurriría la tragedia de su sueño, por lo cual en el bus de regreso al hotel, decidí contar otra historia de terror para distraerla.

Fue de repente cuando en medio de una historia que hasta a mi me asustó, que una profesora se paró de su asiento, y coloco levantó sus brazos y los colocó en "v" apoyándolos en el lugar donde se guarda el equipaje de mano.

De repente, el conductor apagó las luces del bus para que todos descansemos. Y fue ahí que con la oscuridad total, vimos la silueta de la profesora con los brazos extendidos como si fuera Jesús en la cruz.

Literalmente todos nos asustamos demasiado. Fue tanto el susto, que gritamos y despertamos a unos compañeros quienes se encontraban descansando.

Entre ellos, Gonzalo y Paulo.

Molesto, Gonzalo volteo y dijo:

- ¿Podrían por el amor de Dios dejar de gritar? -

De repente, Gonzalo me vio, y simplemente hizo como si nada, pues volteo con frialdad para acomodarse en su asiento haciendo como si yo no existiera.

Realmente, ese simple hecho, me arruinó el resto del día pues, la indiferencia de Gonzalo, me hizo sentir muy mal.

Al llegar al hotel, todos descansamos unas pocas horas, pues tendríamos que madrugar para tomar el tren que nos llevaría a las montañas.

Al dia siguiente despertamos y nos asignaron nuestro asientos en el tren. Y como obra del destino, mi asiento fue asignado con dos compañeros, Liz y Gonzalo.

No exageraría si dijera que Liz y Gonzalo, hablaron todo el viaje, y me dejaron de lado durante dos horas, pues, así fue.

Moría de rabia, pues Liz, la chica que me gustaba, estaba pasándola mejor con Gonzalo que conmigo.

Y yo..., yo no podía intervenir pues Gonzalo estaba molesto conmigo, y meterme en la conversación generaría un momento muy incomodo para los tres.

Luego del largo viaje, llegamos a las montañas y todos fuimos a conocer tan maravilloso paisaje.

Todos parecían disfrutarlo, incluyéndome a mi, que a pesar de no estar acompañado, pues Liz se encontraba charlando con Nicolle, estaba satisfecho.

De repente, Liz vino hacia mi corriendo.

- Matias, es acá cuando el profesor le ocurre la tragedia - dijo Liz preocupada

Entonces vi al profesor quien se encontraba junto Leo, Paulo y Gonzalo.

La verdad no era el mejor momento para que suceda dicha tragedia, pero quería aliviar a Liz, por lo cual, estuve atento a cada movimiento riesgoso que realizaba el profesor. Cuando de repente, el profesor, se le cayó una botella de agua, y fue a perseguirla.

- ¿Será esta la tragedia? - pensé confundido

De repente el profesor mientras perseguía su botella, parecía no percatarse que había un hoyo en los escalones donde su botella pasaba.

En ese mismo instante, subí deprisa los escalones, donde sin darme cuenta, pise una roca, tropecé y caí. Al caer, impacté con Leo quien se encontraba charlando con Paulo y Gonzalo, el me miró y dijo.

- Ten mas cuidado bola de grasa, si no tendremos que bajarte rodando de la montaña jajaja -

No le tome mucha atención a lo que dijo Leo, sino como reaccionó Gonzalo. El solo me miró, y al yo devolverle la mirada, el solo bajo su cabeza, y siguió su camino. ¿Como fue que cambió tan rápido? Una semana atrás me ayudaba y me defendía, y ahora, tan solo me ignoraba.

El profesor recurrió a ayudarme a levantarme, dejando de lado su botella, la cual se perdió entre los bosques de la montaña.

- ¿Te encuentras bien? - dijo el profesor

- Si..., supongo - respondí mientras trataba de quitarme la arena del suelo encima

- Bueno, ten mas cuidado - añadió el profesor antes de seguir su recorrido

Nunca supe si las premoniciones de Liz eran ciertas, lo único que si supe, es que tras caerme, y hacer el papel de mi vida, no logré disfrutar el resto del viaje.

Luego de visitar las montañas, volvimos a nuestro hotel, donde partiríamos rápidamente al aeropuerto para tomar nuestro avión. Realmente, yo ya deseaba volver a casa.

Cuando llegamos al hotel esperamos en el lobby del aeropuerto. De repente fue cuando vi a Liz acercándose.

- ¿Qué tal?, ¿lindo viaje no? -

- Será...- respondí angustiado

- ¿Sigues mal por tu problema con Gonzalo? - preguntó Liz

- La verdad, si, y aún no se que es lo que sucedió.  Liz, dime la verdad, ¿estas segura que no sabes por qué Gonzalo se encuentra fastidiado conmigo? - dije entrando en desesperación

- No - respondió

Minutos mas tarde, tomamos el avión de regreso a nuestra ciudad, donde estarían nuestros padres esperándonos para llevarnos de vuelta a casa y saber como nos fue en el viaje.

Ellos, al preguntarme como me fue, lo único que hice fue mentirles, pues no quería que se preocupen por mi.

Los días pasaron y ya me había vuelto a acostumbrar a no tener amigos. Pues Gonzalo no me hablaba en lo absoluto desde que habíamos retornado.

Sin embargo, todo cambió un día en el curso de educación física, cuando se requirieron parejas para una actividad.

Yo, como de costumbre, tendría que hacerlo con la profesora, pues, era obvio que no habría nadie con quien hacerlo.

- Hey Gonzalo, ¿trabajamos juntos no? - preguntó Leo dirigiéndose a Gonzalo

- Pues..., no lo siento - respondió Gonzalo

- ¿Qué jaja?, Bueno - dijo Leo quien sin importarle nada se fue con otros compañeros

Me asombré al escuchar dicha conversación en la que Gonzalo no trabajaría con Leo, y empecé a cuestionarme con quien trabajaría Gonzalo ahora.

- Hey Matti, ¿que tal si trabajamos juntos? - dijo Gonzalo con una sonrisa

No entendía ni un carajo lo que estaba sucediendo.

No entendía por qué Gonzalo me hablaba, se suponía que estaba molesto conmigo.

Sin embargo, aproveché dicha oportunidad para empezar de nuevo, y fue así que sin titubear ni cuestionarle respondí

- ¡Claro que si! -

La razón de su actitud en aquel viaje se volvió un misterio para mi hasta más de un año después.

Biografía de un IlusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora