- Hola, ¿que tal?, me llamo Matias y el es mi subnormal amigo Gonzalo -
- Subnormal tú - respondió Gonzalo
- ¿Jajaja, chicos por qué se perseguían el uno al otro? - preguntó Brenda
- Es que este idiota me pegó y trató de escapar para no obtener su merecido - dije con dificultad pues me encontraba cansado y me faltaba oxígeno al igual que Gonzalo -
-Ahhh, con que eso era... -
Gonzalo y yo hablamos un buen rato con Brenda. Durante varios minutos, Gonzalo, Brenda y yo intercambiamos anécdotas y hechos impactantes de nuestra vida, y fue así que al cabo de un rato, cuando ya nos retirábamos de dicha conferencia, que Gonzalo admitió que le parecía muy linda Brenda, que trataría de conquistarla.
Una semana después de que finalizó dicho evento, me fui a la casa de Gonzalo en bicicleta, pues había quedado con el en pasear por la ciudad al igual que charlar un rato.
Aun que parezca absurdo, ese mismo día Gonzalo perdió interés en Brenda, pues se dio cuenta que además de que no le gustaba realmente, vivían muy lejos además de tener en cuenta mi mi recomendación, la cual era que no busque desesperadamente a una chica con quien estar, pues de alguna manera, acabaría mal. Afortunadamente, esa recomendación, me beneficiaba tanto a mi como a el, pues yo evitaría que alejen a Gonzalo de mí, y Gonzalo no se sometería a una relación tóxica.
Enfín, ese mismo día que salimos en bici, la pasamos super genial, nos divertimos y reímos demasiado, sin embargo, (nunca hace falta un pero), Gonzalo pensó que hacía falta Paulo, y que debíamos llamarlo y andar en bici con el.
- ¿Qué? - dije en tono de decepción
- ¡Sí!- llamemos a Paulo, ¡que venga! - respondió Gonzalo con emoción
- Uh..., mis padres llaman un rato -
Claramente, mis padres no llamaban, pero no iba a arriesgarme a volver a someterme a estar con Paulo y Gonzalo juntos, no por el hecho de que me incomodaba verlos juntos sino por el hecho de que los dos me dejaban de lado como la tercera rueda, y para serles sinceros, ese hecho para mi iba mas allá que todo lo antes mencionado.
- Uh.., si aja aja, ya voy - dije fingiendo hablar con alguien por mi celular -
- ¿Quien era? - preguntó Gonzalo
- Eran mis padres - respondí con un falso rostro de pena dibujado en mi - Dicen que tengo que volver a mi casa, así que..., lo lamento, me voy, chau -
- Bueno..., chau...-
Una parte de mi se lamentaba por abandonar a Gonzalo, pero otra parte sabía que no le convenía a mis sentimientos el estar de mal tercio junto a Paulo y Gonzalo.
Cambiando de tema, ese mismo mes mi escuela confirmó su participación en otras dos conferencias que se realizarían en los próximos meses. Volví a hacer una "doble delegación" con Gonzalo y con ello volví a los talleres que la escuela ofrecía y por lo cual, volví a pasar maravillosos momentos con Alicia, la linda chica que me entendía.
Fuera de todo eso, Gonzalo se había propuesto ser el mejor en dicha conferencia, por lo cual, se puso de alguna manera..., demasiado insoportable. Las pocas veces que me hablaba era para saber si había realizado un tipo de informe para la conferencia. La verdad, yo ya tenía dicho "informe" hace tiempo, sin embargo, la molestosa actitud de Gonzalo y el hecho de que me mande a hacer cosas, me llenaba de rabia, por lo cual le negaba cada vez que me preguntaba si había hecho el informe.
- Gonzalo dice que no te hablará hasta que hayas hecho el informe - dijo Sara un día en la escuela
- ¿Qué? - respondí - ¿Osea ese idiota se molestó por el simple hecho de no haber hecho un informe que se puede entregar hasta dentro de dos semanas? -
