Capítulo 1: Me hago la dura...(o eso creo yo)

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Era libre, pero a su lado. Hubiese dado todo por él, cada segundo de mi vida.


Era de pintalabios rojo en noches negras, de tacones altos en días bajos y de sonrisa amplia en días pequeños...


Adoraba la música, era como si la transportase a otro mundo, la hacía sentir libre. Acabó de ponerse rímel, un pintalabios rojo intenso y laca para aguantar perfecta toda la noche, esa noche prometía. Ella era de ese tipo de chicas que tres horas más tarde están ya despeinadas y con el maquillaje corrido, pero con una sonrisa en la boca, lo sabía y no le importaba en absoluto. Vivía cada instante como si nada más importase.

Llegó al concierto con sus amigas, era uno de sus artistas favoritos, "Si él quisiera, yo me casaría con él" decía una y otra vez, y se reían juntas, aunque sabían que era demasiado cierto.

Al acabar el concierto quedaron con su mejor amigo, que venía con dos chicos más. Tras las insalvables presentaciones que tanto detestaba ella, cómo cada formalismo por simple que fuese, decidieron seguir la noche de bar en bar.

Sus amigas en seguida comenzaron a hablar sobre los chicos en cuanto se quedaron solas, decían que era guapo uno de ellos, a ella no le caía bien, ella era de esas personas que no suele dar pie a posibles segundas impresiones, si la primera no es buena no habrá más. Pero la sinceridad era algo que la precedía y no disimuló al decirlo. En cambio, el otro chico, del que ni siquiera nadie había hablado le cayó bien. Sin ir nada más allá de un par de conversaciones sin importancia. Ella no creía en encontrar al amor de su vida en medio de un bar repleto de gente y con algo más que un par de copas de más. Ella ni siquiera creía en el amor en aquel entonces.

La noche acabó como cualquier otra, caminando de madrugada hacia su casa con los tacones en la mano y como compañía sus pensamientos. Hacía mucho tiempo que ya ni siquiera el alcohol lograba desprenderla de esos pensamientos tan profundos y analistas, en parte se había acostumbrado.

Pasaron unas cuantas semanas y por un mero error del destino, al realizar una llamada de trabajo marcó un numero equivocado, y una voz al otro lado pasó de desconcertada a divertida. Era él, el chico que pasaba desapercibido, para todos menos para ella. Hacía unos meses que había acabado con una relación demasiado complicada para lo que duró, realmente no pensaba en complicarse la vida de nuevo.

Esa noche, recordando ella sola la anécdota decidió enviarle un mensaje, simplemente para divertirse un poco más. Se la daba bien mantener conversaciones por whatsapp, era mucho más sencillo.

Su afán, encontrar a alguien que viese más allá de lo superficial de fijarse en una falda corta y un escote pronunciado. Ella era consciente del hándicap que eso provocaba, pero qué importaba.

Pasaron los meses, entre conversaciones de madrugada y la sensación de haber llegado más allá de la primera provocación en un hombre. Era un territorio nuevo, desconocido, pero que la atraía de una forma indescriptible.

Creía que en el riesgo estaba la posibilidad de vencer. Saltarse las normas era algo más que un juego. 

Un juego del destino...Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin