Un juego del destino...

Capítulo 13: Aún lloro al recordar ese día

Fueron pasando los días y no sabía nada de él... ¿Dolió? Demasiado...

Para ser sinceros ella estaba acostumbrada ya a todo esto, pero aun así cada vez se hundía un poco más. Esta vez digamos que llegó a hundirse hasta el fondo del pozo.

Ella se hartó a mandarle mensajes, llamarle, contactarle por todas las redes sociales, y ni una señal. Así que le dijo, sabiendo que no obtendría respuesta, que se quedaría en el coche debajo de su casa, hasta que él llegase.

Y así lo hizo, estuvo horas...lo último que pensó es que no se presentaría. Estaba tan segura de que acabaría apareciendo.

Y de pronto le vio salir del portal, pero no se acercó a ella. Ella salió del coche, ya lo había perdido todo, sentía que no la quedaba nada por perder. Y él la miró como nunca lo había hecho, con rabia, odio e incluso se avergonzaba de la situación. Y justo apareció el amigo al que él estaba esperando...y él se fue con su amigo.

¿Os imagináis la cara de ella? Era una mezcla de rabia, impotencia, odio hacia sí misma, y vergüenza ajena. Se puso tan nerviosa que tuvo que esperar unas horas más para poder conducir de vuelta a casa. La temblaba cada músculo de su cuerpo. Y esta vez, por primera vez, estaba tan en shock y tan tremendamente dolida, que ni tan siquiera la salían lágrimas de sus ojos.

Y dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces, tres o cuatro con la misma piedra, que incluso se enamora de esa piedra. No sé si será el único animal, pero desde luego lo hacemos. Yo llevo concretamente dos años y medio haciéndolo.

Ahí estaba yo, sentada en plena noche en mi cama, delante de la pequeña pantalla del móvil, esperando a verle en ella tras un mes sin ningún contacto, con el maldito "espacio" que nunca supe que tiene de bueno.

Fueron las dos horas más divertidas y en las que me sentí más viva desde hacía mucho tiempo. Esto es lo que hace que una persona sea difícil de olvidar, cuando es capaz de hacerte sentir más a través de una pantalla, de lo que consiguen el resto cara a cara.