Capítulo 8: Se fue, sin despedidas...

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Unos días más tarde él la contó que le había dicho a la otra chica que dejasen de verse, que no había la magia que él necesitaba.

Eso fue un nuevo atisbo de esperanza para ella. ¿Lo habría hecho por su última conversación? ¿Se había dado cuenta por fin de que lo que sentía ella era sincero?

Ese mes ella se fue a vivir a la otra punta del país, eso sí, no sin antes ir de nuevo a un concierto juntos. Aún ella iba en muletas. Bebieron unas cuantas cervezas de más, él se empezó a encontrar mal y dijo que se ausentaba un rato, ella le dijo si quería que lo acompañase y se fueron juntos donde no había nadie.

Él se empezó a acercar a ella, a abrazarla, a besarla. Ella no era capaz de resistirse del todo, él siempre sería su debilidad, pero lo intentaba. Sabía que sólo actuaba así porque estaba borracho y la hacía daño pensar en ello. Decidieron ir a otro lugar más tranquilo y se acabaron acostando a pesar de lo perjudicado que estaba él. Luego cada uno se fue a su casa como si nada.

Y ella se fue...


14/11/16

La distancia no es fácil, los buenos momentos se pierden, las miradas se desvanecen, los pequeños gestos no se pueden captar. Y ahí estaba ella, en un tren de vuelta a casa, apenas llevaba equipaje, la mayoría para entretenerse durante esas siete largas horas de viaje.

Había muchas razones, por las cuales había decidido llevar a cabo esa escapada fugaz. Pero él era una de las razones principales innegablemente. Y ahí estaba un viernes por la mañana, tirada en el sofá sin saber muy bien que hacer. Todo el mundo seguía con su rutina y ella se encontraba fuera de lugar.

Realmente tuvo que insistir, y convencerle de que fuese a verla el domingo por la noche, durante sus últimas horas en casa. Y allí apareció él, en medio de una tormenta, de ideas y meteorológica.


Un juego del destino...حيث تعيش القصص. اكتشف الآن