El verano fue avanzando, era más fácil pensar menos en él. Ella trabajaba mucho, pasaba tiempo con sus amigas, con su familia...pero desde luego su cabeza cada día (o mejor dicho cada noche) sacaba un ratito para que se pasase él por ahí.
Se iba acercando la fecha de un concierto que ella llevaba deseando que llegase meses. Es más, tenía la entrada comprada desde marzo, y de pronto su mejor amigo la dijo que no podía ir, que trabajaba. Entonces a ella se le ocurrió que podía ir con él y con sus amigos, se lo dijo, aun sabiendo que su respuesta sería negativa. Y así fue.
Finalmente fue con otro amigo, pero sabía que él estaba por ahí. Fingió que iba al baño y le buscó entre la gente. Parecía misión imposible aquello, había miles de personas. Volvió un par de veces más al "baño", y ya casi sin esperanzas se lo encontró. Y lo feliz que fue ella en ese segundo...no lo sabe nadie, excepto quien vió su sonrisa.
Hablaron, ella llevaba un par de copas de más, pero estaba tan tremendamente feliz que yo diría que eso la afectaba más que el alcohol que recorría su cuerpo.
Le pidió a él si podía ir de fiesta con ellos, él dijo que no...ella insistió y le pareció que en el fondo a él le apetecía así que eso hizo.
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Un juego del destino...
RomanceNo soy especial, sólo soy aquella que va hacia el otro lado cuando el rebaño gira a la derecha. Creo que hay una frase de una canción de Beret que refleja muy bien esta historia: "Todos tenemos esa persona que nos hizo mil pedazos y nos dijo ahora...
