Capítulo 7: Tocado y hundido

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Llego una hora antes al lugar en el que habían quedado, estaba nerviosa, tenía un pie escayolado por una caída y sabía que no debía conducir, es más, su pie se lo recordaba a cada instante con grandes dolores. Pero dicen que principalmente hay una fuerza que mueve el mundo: el amor, y eso era exactamente lo que la hacía a ella estar ahí a pesar de las circunstancias. Y a pesar de tener el pie roto, había una parte de su cuerpo que la dolía mucho más en ese momento.

Cuando llegó él, a ella incluso le temblaban las piernas. Él condujo hasta llegar a un arcén apartado en el que paró el coche. Era una noche de otoño y llovía como suele llover en el norte, que a veces parece que se vaya a acabar el mundo. Él la dijo que ya podía decir todo eso que quería decirle y por lo que había movido medio mundo, estaba frío, distante, ¿enfadado?, lo cual no ayudaba mucho.

Ella de pronto no recordaba absolutamente nada de lo que había repetido una y otra vez delante del espejo para estar lista y saber exactamente lo que quería decir. Estaba en blanco, no podía pensar, no la salía nada...así que se derrumbó, sólo dijo el daño que la había hecho verle con otra, el daño que aún continuaba haciendo en su interior esa imagen, que aún hoy en día la sigue torturando por mucho tiempo que haya pasado. Y lloró en sus brazos como un bebé mientras él la consolaba.

Puede que sea extraña la situación, que el resto del mundo no logre comprenderla, pero para ellos eso era su forma de expresar que se importaban.


Un juego del destino...Where stories live. Discover now