Capítulo Dos

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Yo estaba en la mesa del comedor haciendo mi tarea mientras escuchaba música. Mamá estaba lavando algo de ropa y empacaba, no me ha dicho a donde irá ahora. Koga, continúa con tu tarea, ¿Qué eran las onomatopeyas?. Debí prestarle atención al profesor Kiki.

— Koga. — Dijo mamá acercándose a dónde yo estaba.

Me quité mis audífonos y la mire.

— ¿Mande?. — Pregunté.

— Me iré mañana temprano para Corea, tengo que hacer unas cosas de la fundación allá. Quizás vuelva el lunes por la tarde, tu padre estará aquí y no quiero que le causes problemas, ni tampoco yo, ¿De acuerdo?. — Me dijo sonriendo.

— ¿Problemas?, ¿Yo?.— Me señalé. — No mamá, lo prometo.

— Y no tardes en regresar a casa mañana de la secundaria, está vez te lo dejé pasar por qué esa muchacha necesitaba ayuda.— Me dijo sentándose en una silla.

— Claro mamá, llegaré temprano. — Dije continuando con mi tarea.

— Tu padre me dijo qué querías que tu fiesta fuera de esa serie extraña de sujetos con armaduras, ¿Cómo se llamaba?.— Preguntó

— Los guerreros del zodíaco*.— Contesté.

Mamá rodeó los ojos riéndose.

— La culpa la tiene tu padre por enseñarte eso desde que eras niño.— Me dijo.

— Fue lo único bueno que me dejó.— Murmuré.

—¿Qué dices?.

—Nada mami, nada.—Dije sonriendo.— Y si, él me dijo que si terminaba bien el bimestre me conseguiría las armaduras para la fiesta, ¡La cara que pondrá Soma cuando me vea con una de ellas puesta!.— Grité.

— Solo por eso tratas de no pelearte con él, ¿Verdad?.— Me preguntó. — ¿Y como estás tan seguro que te las conseguirá?.

—Uno, por qué me lo prometió, segundo, por qué si no lo hace, me enfadare y por ende tu estarás triste y eso es lo que más odia.— Expliqué.

Arqueó una ceja.

— Tienes todo planeado, Koga.— Me dijo.

Asentí.

— No voy a fallar, y dime Koga de Pegaso* por favor. — Dije bromeando.

Ella sonrió.

Terminé mi tarea y las horas pasaron, mamá terminó un no se que cosa de la fundación y se fue a preparar la cena, papá llegó temprano hoy y nos fuimos a ver los guerreros del zodíaco, otra cosa en común, nos encanta esa serie.

Al terminar el capítulo, mamá nos llamó para ir a cenar, hablamos un poco de lo que hicimos en el día y eso.

— La maestra Shaina me tiene como loco.— Inicié. — Pero debo pasar cada una de las materias.

— ¿Por qué quieres o por lo que te dije?.— Me preguntó papá.

— La segunda. — Contesto mamá.

Efectivamente mamá.

— ¿Qué armaduras usaremos?.— Pregunto papá, cambiando de tema.

Mamá dejo su tenedor a un lado y lo miro.

— “¿Usaremos?”.

Papá le sonrió.

— ¡Sería estupendo!. — Exclame. — Yo podría ser el Pegaso, ya sabes, y tú Sagitario, tiene sentido.

— ¡Sería genial!, ¿Y sabes quién podría ser tu madre?.

Nos miramos al mismo tiempo, mientras gritabamos.

— ¡LA DIOSA ATENA!.

Chocamos los puños y mamá nos miró.

—Están locos... ¿Y quién es esa Atena?.— Preguntó.

Papá y yo la miramos al instante.

— Bien, alguien en esta mesa necesita unas clases de mitología griega y no somos nosotros.— Dijo papá.

— Estoy de acuerdo.

Después de una larga explicación que asombrosamente mamá entendió, me fui a dormir, claro que me despedí de mamá por qué ella se iría muy temprano en la mañana.

Cómo es costumbre, soñé algo nuevo, algo diferente, pero extraño. Me vi a mismo a través de un espejo, todo parecía bien, pero al momento de tocar el espejo este desapareció y yo aparecí en una especie de bosque, del otro lado de este al parecer había otro de mi, pero físicamente no parecía serlo.

Levanté mi mano derecha y el igual lo hizo, luego caminé unos pocos pasos y nuevamente hizo lo mismo que yo, me acerque hasta quedar frente a frente de él, o yo, no se.

Su cabello era igual de alborotado que el mío, pero era de otro color, era azul marino, su piel era más clara, y los ojos eran color café claro, más que los míos.

Detrás de él, o de la copia de mí, vi a papá, él se acercó a él de pelo azabeche y puso una mano en su hombro.

Este es mi hijo... Tú no.

Su voz era segura de si.

— ¿Cómo?.

Luego la copia barata de mí sonrió. Para luego decir.

No perteneces aquí... Vete de mi hogar... ¡Aléjate de papá!.

Parpadee confundido.

— ¿Cómo?... Nunca creí decir esto pero,¡Él es mi padre!, ¡Y no me alejaré de él!.

El se acercó rápidamente a mí y me levantó con su mano derecha por los aires, tomándome del cuello.

Aléjate de mi padre... Tú y esa mujer de cabellos lilas, ¡ALEJENSE DE ÉL!.

En ese momento él me soltó, pero debajo de mí ya no estaba ese pasto verdoso, si no un acantilado, él que se hacía pasar por mi me soltó y yo fui cayendo por él, sentía el aire en todo mi cuerpo, antes de estrellarme en el suelo vi que Seiya sonreía mientras tomaba por ambos hombros a esa copia de mí.

Eso me dolió, sentí una punzada en mi corazón, luego de eso no sentí nada, antes de estrellarme en el suelo sentí una especie de colapso y abrí los ojos.



(*): Los guerreros del zodíaco: Referencia a Saint Seiya.

(*²): Koga de Pegaso: En SS Omega Koga es portador de la armadura de Pegaso, en esta novela Koga es fanático del caballero de Pegaso de la serie ya mencionada. Seiko de Pegaso.

 Seiko de Pegaso

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NORMAL LIFE [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora