CAPITULO V

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Envié los regalos a Kate y guardé el resto para Sara cuando fuera su cumpleaños, necesitaba todavía un tiempo a solas antes de poder reingresarla en mi vida, planear algunos de nuestros encuentros y las reglas del juego, me dejé tumbar en el centro de mi cama mientras pensaba en el chocolate de almendras que le mandé junto con el ajedrez de vidrio y el adorno de mesa. Tenía cualidades ajedrecísticas era algo que podía ver en su naturaleza, era tan controladora como dominante y serena a la vez. El adorno transparente para que me recordara siempre que lo viera y sabía que era una persona de estar durante poco tiempo en el hogar así que al menos cada vez antes de acostarse me recodaría, dependiendo de donde lo colocara, el ajedrez para que supiera que me di cuenta de su brillantes ahí y encajaba perfecto porque sus métodos eran de planificación y logística, quizás jugáramos algún día, el chocolate solo para que degustara el paladar. ¿Qué se le podía regalar a alguien que podía tener lo que quisiera? Pensé entonces recordé que no es lo que puedan tener si no el significado del objeto para la persona, no sería lo mismo que yo me comprara un adorno a que alguien me lo regalara ya que así yo recordaría siempre a esa persona cada vez que viera ese objeto, en cambio por el contrario. Pasaría desapercibido ante mis ojos siempre. Los mismos ojos que se cerraron sin darme cuenta entre tantos pensamiento, hasta que la voz de Sara llamándome por el radio me despertó, lo agarre y hablé con ella por un rato le coloque excusas como el trabajo y aunque no mentía la realidad era que quería pasar esta navidad diferente y con los míos. Nos despedimos y trate de conciliar el sueño de nuevo pero en apenas unos segundos me vi parado sobre el panorámico, mirando la madrugada recordando la nota que le escribí, algún refrán de los míos, sonreí al rememorar esas palabras un tanto cómicas, al menos para mi.

***

Por la mañana de mediados de diciembre decidí salir con Andrea a comprar las cosas para los platos típicos, por lo general era ella quien se encargaba de todo eso junto con Matthew pero, esta vez quería que supiera que no había cambiado que seguía sintiendo lo mismo por ellos que, aunque con los demás fuera frio, seco, anti sentimental y desconfiado, con ellos era diferente. Quizás no sabía querer de otra forma. Y después de tanto enredo comprando, al fin llegábamos a casa, fue comico y distinto andar los cuatros.

- Quien diría que nuestro gran emperador iría de compras con la baja estirpe - Erick como siempre no podía contenerse
- Ya, déjalo quieto - respondía un Matthew algo muy informal. Quien diría que hubiera esa gran diferencia entre él y Erick
- No te preocupes que horita lo lanzo por la ventana - bromee mientras desembolsábamos todas las cosas sobre la mesa mientras Andrea las acomodaba en la nevera
- Ya quiero ver eso pero...
- Tu mejor sigue ordenando, si
- ¿Quieren tomar algo? - pregunte y todos se alborotaron por coger su vaso mientras descorchaba una botella de champagne y le serví a todos
- ¿Esta vez porque? Will
- Por los que están, por los que seguimos, por los que se quedan y por los que se fueron
- ¡SALUD! - Gritamos todos chocando las copas y dimos un sorbo pero los incentive a que diéramos un grito, terminamos riendo y quizás era el licor que hacia su efecto

Recordaba este día como uno de los mejores al igual que aquella fiesta hace como siete años cuando cumplía los dieciocho. Antes de acostarme deje órdenes para que se dejara a primera hora de la mañana el regalo a Sara, cumpliría veintiocho mañana veintisiete, ya quedaban solo cuatro días para que terminara el año y deseaba tanto disfrutar este momento.

***

- ¿Qué te paso? Pareces un muerto - me burlaba de Erick que llegaba por un café a mi cocina
- Ya... - bostezaba mientras trataba de hablar - no quiero tomar licor nunca más en mi vida
- Eso lo dices ahora porque conociéndote y en estas fechas, no creo - sorbí mi café
- No hables muy fuerte, si
- Estoy hablando normal y ¿Por qué tengo hablar bajo en mi casa?
- ¡Ah! Mejor me voy
- No aguantas, ¡solo bromeaba! - no dijo nada solo salió con una taza dando portazo
- Si sigues así te quedaras solo
- Ya lo estoy incluso creo que estoy alucinando porque estoy escuchando a un pequeño fantasma hablarme
- ¿Ya está listo todo?
- Si, ¿Qué piensas hacer? Vas por ropa interior amarilla o algunas maletas nuevas para el fin de año - Andrea volteo los ojos y se fue también

SEXO  (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora