CAPITULO VII

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Sara seguía aquí en la casa conmigo desde aquel día, calentamos algo de comida navideña que había y comimos todos juntos, a pesar de todo no había sido tan mala esta navidad comparada con las otras. Estaba sentado sobre la acolcha cerca del ventanal leyendo un libro, ya eran cerca de las tres de la tarde y entonces se me ocurrió una idea. Me levanté tirando el libro sobre la mesa y saqué mi teléfono y le marqué a Matthew. Atendió en el segundo tono.

— ¿Qué necesita?
— Matthew quiero que organices una reunión con los dueños de “La Global” para negociar la tercera propuesta que me hicieron
— Sí, claro señor, ¿a qué hora quiere que les proponga la reunión?
— Dentro de un mes en su cede, ya sabes qué hacer si aceptan, envíales las reglas y me avisas
— Está bien, ¿Algo más?
— No más nada — colgué y busqué con la mirada a Sara pero, no la conseguí, estábamos jugando así que la puerta estaba trancada con pasador, me senté en una silla del comedor y recordé que tenía la pulsera en el bolsillo, la saqué y la comencé a detallar, esa pulsera cumplía con el apartado de los símbolos. Pasé mis dedos por cada piedra que tenía, era de color azul un poco oscuro para que no llamara la atención de las personas cuando la usáramos entre ellos.La guardé y me levanté a buscarla pero ella venia saliendo del pasillo y me la topé — ¿Qué hacías?
— Revisando tus cosas — dijo sin más
— Sabes que te podría castigar — repuse divertido
— ¿Si? Yo quisiera… — sonó mi celular y levanté mi dedo para callarla e interrumpiéndola
— Un, momento — pedí — ¿Si?
— Señor ya está listo, en un mes en el último piso con los dueños de la global a las siete de la mañana
— Perfecto Matthew necesitaré a los mismos de siempre y quiero que esta vez Erick también este conmigo, y tú por supuesto — agregué
— Sí, señor, prepararé todo entonces ¿algo más?
— ¿Les Enviaste las reglas? — inquirí
— Aun no — dijo con tono descuidado
— Bueno, hazlo y adviérteles que si llega a faltar alguna exigencia me devolveré y no negociaré
— Si señor — Colgué y volví a prestarle atención a Sara
— Puedes seguir ¿Dónde ibas?
— Ya no quiero nada — bufó y reí recordando una palabra un tanto cómica por el momento. “Coito interruptus”

***

Las vacaciones de Sara se habían acabado y ya estaba trabajando de nuevo, a veces la mandaba a llamar más para otras cosas que por cualquier documento que mandara a traer, estudié casi todos los días la propuesta que me habían hecho hace unos años atrás y aunque este era un tanto mejor que todos los otros que me habían ofrecido, siempre encontraba cosas que mejorar. Estaba en la oficina de mi apartamento a un día antes de que negociara con aquella empresa, miro mi reloj y veo que son las doce de la noche, me levanto de mi silla y tomo el Walkie—Talkie y presiono el botón

— Matthew — llamé
— Sí, señor — no importaba la hora, él siempre estaba ahí
— ¿Cómo van las cosas? — Pregunté
— Ah, muy bien señor, ya mi juanete sanó — siempre lo hacía, aunque fueran pocas las veces
— Hablaba… Hablaba de mañana
— Sí, eso, está todo preparado
— Bueno, voy a dormir entonces
— Buenas noches señor

Solté el botón y deje el radio en la mesa, salí y fui directo a mi cama tirándome en ella y comencé a pensar en ese día como hacia siempre, desde que me desperté hasta el momento en que me lancé en la cama.

***

— No empieces, esto es serio no necesito tus bufonerías en la reunión — reprendía a Erick de camino a la cede de la “Global”
— Ya, no te sulfures, un poco de humor mañanero no hace mal a nadie — casi podía sentir la rabia de verlo tan sereno y sarcástico, hasta tuve deseos de tirarle el vaso de café del que tomaba
— No todo en la vida es un juego — casi reí de aquella palabras mientras aparcábamos

SEXO  (Borrador)Where stories live. Discover now