2. La llamada

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Me desperté con un dolor de cabeza horrible. Estaba acostumbrada a beber, pero no tanto como anoche. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que estaba en casa de Miriam, aunque no recordaba haber ido hasta allí. Estaba en su cama pero ella no estaba a mi lado. Me levanté y casi me caigo al perder el equilibrio. Recorrí el pasillo y me encontré a Miriam en la cocina preparando la comida, eran las dos y media de la tarde.

- Eeeeeella madrugadora - dijo irónicamente con una sonrisa.

- Gilipollas - dije riéndome y me acerqué a darle un beso en la mejilla - Gracias por traerme y dejarme dormir aquí.

- De nada. Y de nada por evitar que acabaras pegándole a una tía en la discoteca.

En ese momento todo me vino de golpe y sentí calor en las mejillas. Hasta ese momento no recordaba que ayer había "conocido" a Mimi.

- Bueno, solo le dije un par de insultos estando borracha. Además, ella se lo merecía.

- No merece la pena discutir o pelearse. Amaia es feliz con Alfred y es lo único que importa.

- Puede ser - respondí. Soy consciente de que el alcohol y mi carácter son una mala mezcla - de todos modos no fue para tanto...

- Gracias a mí - interrumpió Miriam.

-Gracias a ti - repetí poniendo los ojos en blanco - pero ya está, si me la encuentro otra vez en la discoteca, la ignoraré.

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Después de comer volví a casa y me duché. Cuando fui al salón casi me da un infarto al ver a alguien en el sofá. Era Jadel.

- Joder, qué susto - dije poniéndome la mano en el corazón.

- Yo también me alegro de verte, amor - respondió con una sonrisa.

- Creía que volverías en una semana - dije sonriendo mientras me acercaba a él para darle un beso en los labios.

- Quería darte una sorpresa. Además tengo una noticia increíble.

- ¿Qué noticia? - dije mientras me sentaba a su lado.

- Firmé con la discográfica para grabar un nuevo disco. En una semana empezaré y estaré varios meses grabando entre Madrid y Tenerife. Pero la mayoría del tiempo estaré allí en Canarias.

- Eso es genial - dije sinceramente. No me gustaba estar sola en casa, pero me alegraba por lo del disco.

- Y hay más. Hablé con algunos contactos y he encontrado un trabajo para ti en un bar allí en Tenerife. Se ha vuelto muy famoso y hacen actuaciones cada noche. Serás la estrella, ya verás.

Por un momento no supe qué decir, pero creo que mi cara expresó perfectamente que no me gustaba esa idea.

- Amor, creo que es mejor que me quede aquí en Madrid.

- Pero si no tienes trabajo. Y además allí pasaríamos más tiempo juntos.

- No tengo trabajo porque decidí dejar el bar en el que estaba trabajando para centrarme en mi meta, los musicales. Si vuelvo a Tenerife para actuar en un bar sería como dar un paso atrás.

- Tampoco estás teniendo mucha suerte aquí - respondió.

- Bueno tuve un pequeño papel en un musical.

- Sí, en el que te metió tu amiga.

En ese momento supe que la conversación se había convertido en una discusión. El último comentario me dejó unos segundos con el ceño fruncido y la boca abierta.

- Miriam me escogió para el papel en un casting y nos hicimos amigas cuando comenzamos a trabajar juntas. Nadie me enchufó ni me regaló nada como estás insinuando.

- Cariño yo no quería decir eso - dijo suavizando el tono al ver mi reacción - solo quiero estar más tiempo contigo. Y sé que actuar en este bar puede ser una buena oportunidad para ti. Además estarás con tu familia.

Mi familia. Pensé en mi padre y eso me hizo dudar. No sabía qué hacer.

- Deja que lo piense unos días - dije finalmente -Además esta semana tengo tres castings para musicales.

-Podemos hacer una cosa: te presentas a esas pruebas, si te cogen en alguno te quedas aquí, si no tienes suerte, te vienes conmigo a Tenerife. ¿Qué te parece? - dijo poniendo su brazo sobre mis hombros.

- Está bien - respondí no muy convencida. De hecho me estaba arrepintiendo en cuanto salieron esas palabras de mi boca.

Me volvía a doler la cabeza y mucho más que con la resaca, pero no podía dejar de pensar en el tema. Tenía unos días para prepararme bien los castings y sabía que no tenía muchas posibilidades ya que eran musicales muy famosos.

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Llegaron los dos días de castings y conseguí controlar los nervios y hacer las pruebas bien. Sin embargo no tuve mucha suerte. En el primer musical me dijeron que mi perfil no encajaba. En el segundo, Chicago, dijeron que se pondrían en contacto si les interesaba. Por último, en La Bella y la Bestia me dijeron directamente que no. A esas alturas estaba tan desesperada que aceptaría cualquier papel, incluso el del candelabro,Lumiere.

Tal vez Jadel tenía razón, lo mejor podría ser volver a Tenerife. La verdad es que ya no tenía nada que perder. Podría pasar un tiempo allí y volver a Madrid si no me gustaba el bar. Jadel lo entendería, ¿no?

Un par de días después, me encontraba en casa haciendo la maleta. Ya me había despedido de mis amigos y cogería el avión al día siguiente. Amo mi tierra, pero nunca había tenido menos ganas de ir que en ese momento.

Pero en ese instante, a las diez de la noche del día antes de coger el vuelo, mi móvil comenzó a sonar. Era un número desconocido.

-¿Si? ¿Hola? - dije sin escuchar nada al otro lado del teléfono.

-¿Ana Guerra Morales? - preguntó una voz que no me resultaba familiar.

- Sí, soy yo.

-Llamo de Chicago, el musical. Nos preguntamos si sigue interesada en el papel.

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Hola! Solo quiero deciros que pronto vendrán los momentos warmi. Muchísimas gracias por leer la historia.

Serendipia // WarmiHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin