12. Que nos sigan las luces

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Ana

Los nervios hicieron que me despertara mucho antes de que sonara el despertador. Hoy era el gran día, hoy estrenábamos la obra. Desayuné con Miriam y estuve un rato hablando por teléfono con Alfred y Amaia, que llamaban para darme ánimo y desearme suerte.

Como el estreno era por la tarde, teníamos toda la mañana para preparar los últimos detalles de vestuario, decorados, y ensayar algunas cosas. Al llegar al teatro se respiraba un ambiente de muchos nervios y emoción. Una vez que terminamos los ensayos Marina me abrazó, ella también estaba muy nerviosa. Tendríamos un par de horas de descanso y volveríamos para prepararnos para la que sería nuestra primera función.

Llegó la hora. Comencé a dar vueltas por el pasillo mientras repasaba mentalmente algunos pasos de baile. Entonces noté que me tocaban el culo. Al girarme vi a Mimi, que inmediatamente me dio un abrazo de los suyos que levantaban mis pies del suelo.

- No estés nerviosa, lo vas a hacer genial - dijo.

- Ojalá, Mimi - respondí mientras me volvía a envolver con sus brazos.

- Ayer llamé a mi madre, la he invitado al estreno - añadió mordiéndose el labio nerviosa.

- Eso es genial, amor. Es un detalle muy bonito - dije dejando un beso en su frente.

Minutos después estábamos todos detrás del escenario y Noemí nos dedicaba unas palabras para motivarnos y agradecernos el trabajo de estos meses. Acto seguido nos preparamos los que participábamos en el primer número. El telón nos separaba de los espectadores, pero el murmullo que nos llegaba indicaba que había asistido mucha gente. Miré alrededor y todos mis compañeros estaban en su posición y con cara de concentración.

La música comenzó a sonar y se abrió el telón. Mi corazón latía como si fuera a salir del pecho. Comenzamos a bailar y me di cuenta de que estaba demasiado pendiente de la coreografía, pensaba demasiado. Cuando llegó la parte en la que bailaba junto a Mimi, ella me sonrió y me guiñó un ojo provocando que sonriera y empezara a disfrutar.

Al terminar, salí del escenario y vi desde el lateral la actuación de Nerea, era impresionante la voz que tenía esta chica. En la escena en la que yo tenía que cantar un solo conseguí controlar los nervios y meterme totalmente en el papel. Notaba esa sensación de estar en el punto de mira, brillando bajo decenas de focos y esas luces que me seguían mientras me movía por el escenario.

Cuando terminó la función todos salimos al escenario para despedirnos del público mientras nos acogían con un enorme aplauso. Fue una sensación increíble, y en cuanto nos retiramos, salté a los brazos de Mimi, estaba eufórica.

El público se había marchado a excepción de algunas personas que se quedaron a saludarnos y a felicitarnos. Entre ellos reconocí rápidamente a Miriam, que vino corriendo hacia mí para darme un fuerte abrazo.

- Has estado increíble, amiga.

- Gracias amor - dije.

Luego llegaron Aitana, Amaia, Alfred y Roi. Todos me besaban y me felicitaban por mi actuación. Me acerqué a Mimi, que parecía un poco perdida entre toda esa gente.

- No ha venido - dijo al verme a su lado.

Sabía que se refería a su madre, así que intenté animarla y le di unos cuantos besos.

Marina me llamó para presentarme a su novio. Me fijé en que Aitana estaba hablando con Nerea, y aunque no sabía de qué se conocían, parecía que se llevaban muy bien.

Me giré de nuevo para ver cómo seguía Mimi y me sorprendió no verla allí. La busqué con la mirada entre toda la gente hasta que por fin la vi a lo lejos, abrazando a un chico. No le di mucha importancia hasta que me fijé en la cara de Ricky, que también los observaba. Parecía bastante sorprendido. Sin pensarlo dos veces me acerqué a Ricky, que abrió los ojos como platos al verme a su lado.

Serendipia // WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora