6. Let me entertain you

1.4K 74 0
                                    

Me quedé un rato sentada en la cama pensando en el sueño que acababa de tener. Lo primero que me pasó por la mente fue que era una pena que el sueño hubiera acabado. Al darme cuenta de ese pensamiento, me sentí mal y me dio vergüenza. ¿Pero qué coño te pasa Ana? Bueno, solo fue un sueño, no tenía que darle más importancia, pensé.

Llegué al teatro y saludé a Nerea, que estaba ensayando una canción. Era una de las protagonistas del musical. Manu nos llamó a algunos actores para probar algunos arreglos que se le habían ocurrido, por lo que pasamos horas en la sala del piano. Antes de la clase de Vicky, fui directamente al vestuario y me cambié lo más rápido que pude. Estaba casi lista cuando oí la puerta abrirse, y Mimi apareció tras ella.

- Hola Anita - dijo con una gran sonrisa.

Anita. Esto no podía estar pasando. Cerré la taquilla de un portazo y me dirigí hacia la puerta.

- Ana, ¿estás bien? Parece que has visto un fantasma.

- Sí sí, estoy bien - dije saliendo del vestuario.

Entré en la sala de baile y Vicky comenzó su clase siguiendo la coreo desde donde la habíamos dejado. Afortunadamente el resto del número bailaba sola y una parte con Agoney, por lo que me sentí aliviada.

- Muy bien chicos - dijo Vicky - ahora desde el principio, vamos.

Mierda, pensé. La canción comenzó a sonar desde el principio y todos empezamos a movernos totalmente sincronizados. Entonces llegó ESA parte de la coreo, giré dos veces hacia la izquierda y acabé frente a Mimi. La distancia entre nosotras era casi inexistente, y mientras nos movíamos me miraba a los ojos sonriendo. Agarró mi cadera con una mano y cogió mi mano con la otra. Seguimos bailando hasta que la canción terminó. Luego lo ensayamos varias veces en el escenario.

Salí un minuto a fumar, cosa que hacía siempre que podía a esta hora entre ensayo y ensayo. Mimi salió y vino hacia mí.

- Hola - dijo mientras se encendía el cigarro.

- Hola.

Di una calada y la miré extrañada de que estuviera callada.

- ¿Te apetece venir luego a tomar una cerveza? - dijo al fin.

- No puedo, he quedado con una amiga - dije. No era el mejor día para irme con ella a tomar algo.

- Ahh vale, no pasa nada - dijo y dio otra calada al cigarro.

No quería que se sintiera mal, mucho menos ahora que estábamos bien. Así que añadí:

- ¿Vamos mañana?

Ella subió la vista y sonrió. Su sonrisa era muy bonita.

- Claro.

Terminamos de fumar y volvimos al teatro.

Dos horas después salí del trabajo y fui directamente a casa. Tenía la tele encendida pero no la estaba viendo, no podía dejar de pensar. Pensaba en Mimi, en el sueño, en estas semanas y en Jadel. Se había ido hace casi un mes y no me había llamado ni una sola vez, solo hablábamos por whatsapp. Entonces cogí el móvil y lo llamé.

- Hola cariño, ¿que tal?

- Bien, un poco cansada.

- Tengo muchas ganas de verte. El disco va genial, Ana, estoy deseando que lo escuches.

- Me alegro mucho amor. ¿Sabes que...

- Cariño - interrumpió - tengo que irme. Ya hablaremos mañana por whatsapp. Un beso.

- Vale, te quiero.

- Y yo - dijo antes de colgar.

Como me sentía un poco sola decidí llamar a Amaia para hablar con ella un rato. Durante un segundo pensé en llamar a Mimi. Tenía su número porque todos los del trabajo estamos en un grupo de whatsapp, pero no sabría que decirle, así que llamé a Amaia.

Serendipia // WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora