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" (...) El tiempo estaba volando
Estoy intentando, retrocediendo.
Pregúntame si estoy mintiendo.
Estoy gritando, tú estás llorando.
Te amo, lo siento.
Dejémoslo, fue mi culpa.
No vale la pena el trabajo que ponemos en lo que tenemos.
Después de eso, la disfunción entre nosotros me estaba afectando.
Pero quizá disfunción es justo lo que necesitas."

-"Hotel Andrea", Blackbear.

(N/A: esta canción es muy especial para mí y creo que también para la historia, es casi como si la resumiera. Pueden escucharla si quieren realmente es hermosa :').)

Vestido rojo, labios rojos, tacones rojos, mirada verde.
Su sedoso cabello castaño estaba recogido en un elegante moño.
El infierno andante tenía nombre y apellido, Kaydence Young.

Él la veía venir. Ella caminaba a paso firme hacía él hasta que la rodearon, miles de sonrisas falsas en rostros falsos. Todos saludándola y abrazándola. Él decidió que no quería ver más, y tomó su vaso lleno de licor luego de preguntarle al barman dónde se encontraba la terraza.

Al abrir la pesada puerta, sintió cómo un viento helado lo golpeaba de frente.
Estaba tan fresco afuera que le recordó a el primer día que llegó a Los Ángeles, hace ya tanto tiempo.
Sólo era un adolescente desesperado por cambiar el rumbo de su vida en ese entonces, él consiguió que un viejo le alquilara la mitad de una habitación.

Jamás olvidará esa noche, él había decidido dejar su orgullo a un lado y llamar a su padre que en ese entonces, aún seguía con vida.
Dean jamás había hablado con él, y ahora ,años más tarde supo que llamarlo para pedirle ayuda fue la peor decisión que jamás tomó.

-No creo que este clima sea adecuado para tu garganta- al escuchar su voz se giró tan rápido como si su vida dependiera de ello. En efecto, se tambaleó hacía atrás y ella soltó una risita.

-Wow tú...-de remojó los labios mientras intentaba apartar los ojos de la chica- Te vez hermosa pero uh, creo que te vas a enfermar así- de inmediato se quitó el enorme sobretodo que tenía puesto y se lo puso por los hombros.

Ella le sonrío agradecida.

-Gracias, prometo que a éste si te lo devuelvo - ambos rieron - Lindo Dean, ¿Que haces aquí afuera? Creo que esa de allá es tu fiesta.

El metió una mano en el bolsillo del pantalón y se terminó su bebida de un sólo trago.

-Ya sabes, sólo estoy recordando viejos momentos en soledad- se dio vuelta para observar todos los edificios que los rodeaban- ¿Porqué no fuiste por mí al aeropuerto?- preguntó en un murmuro ronco.

Ella dio un paso hacía él y soltó un suspiro admirando su ancha espalda, su delgada y alta figura, su cabello perfectamente peinado hacía atrás.

-No creí que fuera necesario, no hemos tenido contacto en como medio año- cerró los ojos al escucharlo reír con ironía- Dean, sabes que fue lo correcto...

-Claro que lo sé Kaydence- le contestó él aún sin voltearse- Te he extrañado ¿Sabes?- la miró sobre su hombro- Y sé que tal vez no te importe con cuántas mujeres me he acostado y sé que conocí a toda esa gente pero...-se detuvo y se giró para verla, de pie frente a él, con los ojos brillantes y su abrigo que le quedaba casi por el piso- De un momento a otro tu dejaste de llamar y no contestabas mis llamadas.

-No creí que eso realmente te afectara- se cruzó de brazos- Escuché que conociste a Snoop Dog y hasta hicieron una colaboración, sé que cantaste "My Myself and I" con Bebe Rexha en una importante entrega de premios- él asintió- Sé que desde esa noche que saliste de mi departamento luego de tener sexo, mi querido Dean, nuestro romance al estilo Holliwood terminó.

Él soltó un bufido y miró al cielo, las estrellas no se veían con todas esas luces de la ciudad.

-Pues yo sé qué tal vez lo nuestro no debió terminar jamás.

-¿Lo nuestro?- ahora ella rió con ironía- Oh mi lindo Dean, ¿Que parte de "romance al estilo Hollywood" no se entendió? No puedes terminar algo que jamás existió, algo falso, algo armado para las cámaras. ¿Acaso este mundo está siendo demasiado duro contigo? Porqué parece como si te hubieras ablandado.

Ella dio un respingo cuando él estrelló el vaso contra el suelo.

-¿Qué no puedes dejar de ser una completa perra ni por un segundo?-le preguntó a punto de perder los estribos- Sé muy bien que jamás existió una maldita relación sentimental entre tu y yo. ¡Pero maldición apenas llegué aquí te encargaste de adherirte a mí! Y, era increíble como parecía que tu dependías de mi y de mis opiniones acerca de tus estúpidos amigos. Era increíble como cada mañana visitabas mi piso y preparabas café y waffles para desayunar, eran genial como te importaba una mierda lo que estaba bien o lo que estaba mal.

-Dean..

-¡Es que no entiendo como dejamos pasar dos años Kay! Y ahora estás aquí rodeada de toda esa gente falsa siendo una modelo exitosa ¡Ellos ni siquiera te conocen! Todos allí dentro te llamaron drogadicta a tus espaldas, todos allí repudiaron tu apellido alguna vez.

Ella apretó los puños y se dirigió a paso acelerado hasta él. Levantó la mano y cuando estuvo a punto de golpearlo..
Un sollozo escapó de sus labios.

Al castaño se le cayó el alma al suelo, quiso abrazarla pero ella dio un paso atrás.

-Kay, detente...-ella seguía sollozando lo más despacio que podía, había olvidado la última vez que lloró de esa manera- Vas a volverme loco tú...-soltó un suspiro- Tú sabes mejor que nadie que sólo me mantengo real cuando estoy a tu lado-estiró su brazo, rozando su cintura con sus frías manos- Y a la mierda si fallamos y ellos intentan pisotearnos. Siempre y cuando podamos alocarnos juntos...todo estará bien.

Ella sorbió su nariz y lo miró a los ojos se dejó abrazar por él y escondió su rostro contra su pecho.

-En serio lo siento, estoy cansada de tantas despedidas, nada parece funcionar correctamente, y todas esas personas a mi alrededor...Cada vez es más difícil diferenciar qué es real y qué no lo es, Dean.

-Y ellos siempre quieren algo a cambio- murmuró - Salgamos de aquí. -la apartó y le sonrió de lado- ¿Qué tal si llamo a unos viejos amigos, eh?

-¿Vas a abandonar tu propia fiesta?

-No creo que nadie lo note- se encogió de hombros y la tomó de la mano- Vamos, estoy congelándome aquí.

-¿Y qué le dirás a los paparazzis cuando te pregunten por mí? -le preguntó ella mientras intentaba seguirle el paso.

-Que eres jodidamente lenta al caminar, y que te ves incluso más sexy con mi tapado sobre tus hombros.

James DeanWhere stories live. Discover now