[08]

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—Chiaro. Per me non c'è nessun problema—respondió él y luego sonrió.

—Gracias, Joel—dijo Zabdiel y luego me miró.

—Español, por favor—dije y los dos rieron.

—Que sí, que no hay problema—Tradujo Zabdiel. Miré a Joel.

—¿Seguro que no tienes cosas que hacer y te estoy quitando el tiempo sólo por mi capricho? Porque puedo esperar a que Zabdiel tenga tiempo, no hay prisa, de verdad.

—No—me respondió—. Por mí está bien, a menos de que no quieras ir conmigo—rió.

—No, digo, sí—sacudí la cabeza—. Quiero decir, gracias por llevarme.

—A Joel le gusta ese lugar, seguro que está más que encantado. Él te puede dar el Tour—bromeó Zabdiel.

—Y para mí sería todo un placer—se rió el interpelado, y mostró todas las perlas blancas que formaban su sonrisa, en la que por un lacónico segundo, me perdí.

—Gracias—musité y me giré de nuevo a mirar la televisión.

Me había asustado un poco un inusual hecho, desvié completamente mi atención de mi mejor amigo y su novio a propósito, debido al pensamiento que la reacción había producido y me puse a pensar en eso. ¿Por qué encontraba a Joel muy atractivo? Sí lo era, pero lo que realmente me preguntaba era ¿por qué todo en él causaba una sensación extraña en mí? Miré de reojo a la feliz pareja a mis espaldas, y pude ver la sonrisa de Joel volar hacía zabdiel. Entonces llegué a una conclusión fácil. Estaba deslumbrado por él. Por supuesto, era el joven más apuesto con el que me había topado en toda mi vida. Me reí discretamente, qué suerte la de zabdiel.

—¿Te quedas a cenar?—preguntó el, luego de un rato—¿Sabes? Con Erick se me ocurrió una idea hoy, ¿por qué no salimos un día los cuatro? Nosotros tres y Christopher—explicó el sin esperar la respuesta de su novio a la primer pregunta.

—No, cielo, no puedo quedarme. Hoy hay cena familiar—torció el gesto—. Y lo de la salida los cuatro suena estupendo, le comentaré a Christopher hoy.

¿Debería preocuparme? Sabía que Zabdiel ocultaba muy dentro de el la idea de emparejarme con alguien, pero al pensar en el hecho... ¿qué tan malo podría llegar a ser si se trataba del hermano de Joel? Seguro también era apuesto.

—Hasta mañana, vendré a desearte buena suerte antes de que te vayas—dijo Joel a su novio y luego besó su frente.

—Erick—me giré a mirar a Joel de nuevo al escuchar mi nombre—. Mañana tenemos muchas cosas por hacer, espero no te canses—sonrió.

De pronto sentí una emoción que no pude explicar, un ligero entusiasmo ahí, cerca de donde se encontraba el fierecillo enjaulado.

—Hasta mañana—musité y le devolví la sonrisa.

Zabdiel y Joel salieron hasta la puerta en donde tardaron más de cinco minutos en despedirse; traté de no pensar en ello, porque a fin de cuentas, su manera de decirse adiós era algo que a mí no me incumbía.

Luego de que oí la puerta cerrarse, Zabdiel se sentó a mi lado en el sofá y luego suspiró.

—¿No es perfecto?—preguntó.

—¿Qué cosa?—inquirí, confundido.

—Mi novio—musitó, con aire de orgullo.

Yo reí, pero no dije nada. Aun cuando Zabdiel me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, sí era perfecto, pero por alguna extraña razón, mi boca no podía soltar esas palabras enfrente de mi amigo.

—¿A qué hora te irás mañana?—pregunté.

—A las 6

—¿De la tarde?

—De la mañana

Abrí los ojos como platos y lo miré.

—¿Seis de la mañana? Y ¿a qué hora vendrás?

—No lo sé—musitó y luego torció el gesto—. La Isla de Torcello está un poco lejos, quizá venga como a las cinco de la tarde.

—Pero si sólo te harán una entrevista, ¿por qué tardarás tanto?

—Porque si me aceptan, me quedaré para que me capaciten o algo así—se encogió de hombros.

—Voy a extrañarte—hice un puchero.

Él rió.

—Me extrañarás más si consigo el trabajo, porque saldré hasta las ocho de la noche—volvió a reír y esta vez yo me uní a su risa.

—Zab, estoy cansado, me acostaré ya—dije.

—¿Tan pronto? Pero si son las ocho de la noche.

—Ocho cuarenta—corregí—, y sí, estoy muy cansado y quiero dormir.

Bueno, de lo que había dicho, sólo la primer parte era cierta porque tenía miedo de volver a soñar la misma pesadilla de la noche anterior.

—Está bien. Buenas noches.

—Buenas noches—me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación.

—¡Ah! Mañana te tienes que levantar temprano—me avisó—. Joel vendrá antes de que yo me vaya y luego te llevará al Puente de los suspiros.
Me detuve antes de entrar a la habitación.

—Genial—mascullé, y sonreí.

Me introduje a mi habitación y me arropé para dormir, luego me acosté en la suave cama y me cubrí con las sábanas. Me quedé mirando el techo en total oscuridad, y alcanzaba a percibir el sonido del televisor proveniente de la sala.

Sentía el entusiasmo crecer con cada minuto que pasaba, mañana iría al famoso Puente de los suspiros, un lugar que he querido visitar desde que zabdiel se vino a vivir aquí; pero había otra razón para alimentar ese entusiasmo, y era que pasaría un buen rato con Joel. Pero aun no sabía por qué esa idea me entusiasmaba tanto.

Los golpes en la puerta me despertaron y entonces me percaté de la voz de zabdiel del otro lado.


Recuerden que si hay errores me lo pueden hacer saber y los corregire!

Manual De Lo Prohibido/Joerick [Adaptación] ||Terminada||Where stories live. Discover now