Manual De Lo Prohibido/Joerick [Adaptación] ||Terminada||

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EXTRA.

Joel:

Contemplé por un rato a la feliz pareja de pie junto al altar y luego mi mirada revoloteó hacia el bello chico que estaba sentado a mi lado. Los recuerdos salieron a florecer en mi cabeza, haciéndome vibrar por la nitidez con la que se proyectaron.

Mientras el cura hablaba uniendo a la pareja frente a él, recordé las palabras de Zabdiel el año pasado; Me maldecia, mientras me miraba con sus grandes ojos y lloraba sin contenerse. Me partía el alma verlo así.

—¡Vete tras él entonces!— me decía— ¡Alcánzalo porque el amor de tu vida se escapa!— me maldijo por doceava vez.

-Zabdiel- musité

-Debí de haberme dado cuenta antes- gritaba-. ¡Nos hubiéramos ahorrado todo esto!- maanoteó, cansado.

-En ningún momento te engañe Zabdiel- expuse-. Él me robó un beso, pero estaba borracho, Zab.

-¡Pero tú no!- exclamó, con voz estrangulada- Ademas que haya estado o no bebido no quita que se haya enamorado de ti- señaló un papel sobre la mesa, arrugado violentamente-. ¿Y sabes que es lo peor?- sollozó- Que tu , perfectamente cuerdo, te enamoraste también... de él. De mi mejor amigo-gimió.

-Zabdiel- quise acercarme, abrazarlo y de alguna manera cesar su dolor, pero me quede a distancia, sabiendo que después de mi confesión , no serviría de nada-, nunca quise hacerte daño- expliqué-. Simplemente... no pude controlarlo.

Recordé entonces  el primer día que descubrí que sentía algo por Erick, o mejor dicho, cuando acepté que sentía algo por él.

Aquella vez que él veía una película de terror y que de cierta manera , sin explicarme cómo, quería protegerlo entre mis brazos y luego, jamás dejarla ir. Con el paso del tiempo me di cuenta de que me gustaba estar a su lado, pasar las horas en su compañía y hacer chistes tontos de cualquier cosa.

-¡Pero pudiste decírmelo!- las palabras de Zabdiel continuaron - No había necesidad de que me hirieras de esa forma- sollozó, de nuevo-. Pero yo soy el estúpido, ¿sabes? Debí de darme cuenta, por como lo mirabas, cómo mirabas a Richard cuando se le acercaba, le hablaba o le besaba.

Mi rostro endureció al recordarlo. Era una furia devastadora, una inquietud por querer alejarlo de Richard cuando este se le acercaba.

Algo que en ese momento me inundaba de pies a cabeza y que no podía explicarme la razón. Ahora lo sabía.

Volví a perderme en el recuerdo, en la escena de aquel día gris. Me encontraba inmovilizado en e centro del piso de Zabdiel , después de haber parecido un idiota y sentirme como uno. Viendo a Chris parado en la puerta y a Zabdiel, abrazados, sollozando en sus brazos. Entonces, solo entonces , me di cuenta de que yo haba sido igual de ingenuo que Zabdiel, ahora comprendía quién era el chico a el que Chris amaba y porque nunca me lo dijo. Estaba de pie allí , mirándome con la comprensión de un amigo, con el dolor de un hermano; mientras Zabdiel lo apartaba lejos , llevándoselo consigo como el único apoyo con el que contaba.

-Acepto- musitó el novio, mirando fijamente a su futuro esposo y sonriéndole, haciendo que mi mente volviera al presente.

-Y tu, Zabdiel Colón de Jesús, ¿aceptas a Christopher Bryant Vélez Muñoz como tu futuro esposo; para amarlo, cuidarlo, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte os separe?- preguntó el cura.

-Acepto- respondió él.

Erick se levantó de la silla y sacó su cámara. Lo miré desde abajo, sentado aún.