[23]

2.2K 252 92
                                    

—En... mi... amigo... que dejé en California—inventé.

—¿Qué clase de amigo? Cualquiera podría enamorarse de un amigo—inquirió.

—Enamoramiento no, Richard—especifiqué de nuevo, Joel sólo se mantenía en silencio pero atento—. Y es... un amigo, amm... cercano y...—me estrujaba los sesos para poder seguir poniéndole palabras a mi mentira—y... a un amigo también le gusta, entonces...

—Tienes miedo de perder la amistad de tu amigo por haberte fijado en el mismo chico que él—completó Richard.

—¡Exacto!

—Bueno y, ¿quién se fijó primero en el chico?

—Él—musité, con pesar.

—Pero tú ya te fuiste de California, ya no importa o ¿sí?—dijo Joel, quien había estado como una estatua hasta ahora.

—Eemm...—murmuré.

—Igual yo creo que lo hubieras hablado con tu amigo, en vez de especular tú solo las cosas y castigarte a ti mismo—interrumpió Richard—.Digo, no era su novio y él no era tu mejor amigo—se encogió de hombros.

Me solté a reír y ambos me miraron.

Si Richard supiera a quién me refería ni siquiera haya dicho lo último.

—¿Qué es gracioso?—preguntó Joel.

—Nada, sólo que... nada—manoteé con la mano restándole importancia.

—¡Mira, Erick!—me dijo Richard—¿Ese lugar no te parece ideal para una fotografía?—apuntó hacía un edificio a lado de un canal que se extendía magnífico por el este.

—Qué buen gusto tienes Richard—concordé—. Creo que le tomaré una.

Saqué con la mano libre la cámara de mi bolso y luego me quedé en silencio y sin actuar, tímido porque Richard aun mantenía su mano atada a la mía.

—Richard, creo que Erick necesita sus dos manos—farfulló Joel.

—Oh, cierto. Discúlpame—enrojeció un poco y soltó mi mano a la que inmediatamente le pegó el aire gélido del medio día.

Le sonreí y apunté el lente de la cámara hacía el monumento y saqué la fotografía.

—un fiore per il ragazzo?—musitó alguien detrás de mí.

Me giré y obtuve la imagen de una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a Joel, mientras que Richard estaba distraído mirando las palomas.

Joel me miró y luego me sonrió.

Entonces miró de nuevo a la señora.

—Quanto costa una?—preguntó.

—Un euro—dijo la señora.

—Dammi uno.

Ella le acercó la canasta y Joel escogió una rosa entre el puño y luego, sacó del bolsillo de su pantalón una pequeña moneda.

—Ecco—le dio la moneda y le sonrió.—Grazie bel giovane—dijo la señora y luego me sonrió a mí para después alejarse e ir a ofrecerle sus flores a la demás gente.

No había aprendido aun italiano, pero al menos, ya estaba un poco más familiarizada con las palabras y pude entender la conversación entre Joel y la señora.

Ella le había ofrecido una rosa, él le había comprado una.

Simple.

Seguro se la llevaría a Zabdiel aunque no sea muy fan.

—Ten—pero me la ofreció a mí y me dejó en blanco.

—¿Qué?—musité, torpe.

—Es para tí—dijo, como si hubiera adivinado mi pensamiento anterior.

—Gracias—tomé la flor entre mis manos y sentí que el rubor corrió por mis mejillas pintándolas, así que desvié mi rostro y miré a Richard, quien aún seguía entretenido observando el centenar de palomas que volaban en el cielo y otras que caminaban por el suelo de la plaza.

Alcé mi cámara y tomé una fotografía de su perfil justo en el momento exacto en que las palomas volaron.

Una fotografía maravillosa.

Richard me miró.

—Hey, pudiste haberme avisado—me dijo y yo reí.

—No, creo que saliste más guapo así.

El se sonrojó de nuevo, y luego bajó la mirada percibiendo así la flor en mi mano.

—¿Y esa flor?—preguntó.

—Se la dí yo—dijo Joel, con más orgullo del necesario.-

—Rayos, entonces yo tengo que comprarte un ramo completo—bromeó.

—Lo haces parecer una competencia, Richard—dije, queriendo seguirle la broma, pero lo cierto era que dos hermosos ángeles estaban cortejándome y el tono casual en mi voz no era muy espléndido.

—Claro que no es una competencia—dijo él—, yo no estoy compitiendo con nadie; Joel no es un jugador, él ya tiene dueño—bromeó Richard, palmeándole la espalda a Joel.

Joel sólo sonrió, pero a esa sonrisa le hacía falta... ¿alegría?

—Me haces sentir como un trofeo—dije, haciendo un mochín.

—Non un ttrofeo.Sei il ragazzo più carino che abbia mai visto, vorrei essere il tuo principe.—musitó.

El rostro de Joel se endureció y su ceño se frunció ante las palabras que Richard había pronunciado. ¿Pero qué había dicho?

—Tell in spagnolo (dilo en español)—le farfulló Joel.

—No, mi vergogno (No, me da vergüenza)—musitó Richard.

—Qual è il tempo a flirtare con lui? Non capisce ( ¿cual es el punto de ligar con él? no entiende nada)—el rostro de Joel se volvía serio y su voz no tenía ese tono amable.

—Perché so che gli piace l'accento italiano( porque se que le gusta el acento italiano)— Richard se encogió de hombros.

—Non vedo il punto (no veo el punto) —Joel se cruzó de brazos y luego me miró.

No sabía cuál era mi expresión, pero hasta sentía un signo de interrogación dibujado por encima de mi cabeza.

Odiaba no entender nada.

—Richard dice que eres el chico más lindo que ha visto y le gustaría ser tu príncipe
—me dijo, pero parecía molesto.

—Stai zitto!(¡cállate!) —protestó Richard a Joel, enrojeciendo por completo.

Miré a Richard, enternecido.

—Qué lindo eres, Richard. Gracias—dije, y él enrojeció más.

Sin embargo, Joel permanecía de brazos cruzados y con rostro duro.

El fierecillo apareció de pronto, bailando de alegría por que creía que lo que Joel tenía eran celos y aunque no quisiera aceptarlo, a mí también me gustaba la idea.  





Erick también debe recibir Rosas!🌹

Lxs amo

Manual De Lo Prohibido/Joerick [Adaptación] ||Terminada||Where stories live. Discover now