Mes Adrinette

4. Cena con los padres

Dinner w/parents/ Cena con padres
Miércoles cuatro de abril.
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Tom reía con los malos chistes que Adrien soltaba de vez en cuando, aún con la mirada severa que Gabriel Agreste le daba a su hijo para que dejara los comentarios tontos, pero fue olímpicamente ignorado pues todos estaban pasándolo demasiado bien.

-¿Le gustaría un poco más de té, señor Agreste?-preguntó con dulzura la chica de coletas. Había notado al padre de Adrien bastante tenso y no quería causar ninguna mala impresión.

El señor de abrigo caro asintió y acercó su taza a la joven de ojos azules.- Tú familia es realmente...

-¿Ruidosa?-cuestionó la joven con una sonrisa alegre, amaba a sus padres y gracias a ellos era la persona que era.

-Iba a decir calurosos, pero también ruidosos.-respondió Gabriel, tomando de nueva cuenta la taza en la que Marinette había servido un poco más de té.- Traje a Adrien pensando que sería más cómodo para ti hablar de negocios con él por aquí, pero ya veo que el que está disfrutando de esta cena, es él.

La escena era graciosa.

Adrien Agreste, con su perfecta ropa de diseñador ayudando a Tom en la cocina, terminando de preparar la cena mientras contaba unos pésimos chistes que hacían al mayor de los Dupain, desatornillarse de risa. Sabine, por otra parte, se encargaba de arreglar todo para que los platillos se sirvieran en orden y lucieran tan esquistos como seguro sabían.

-Agradezco mucho su interés señor Agreste, pero aún no me ha dicho de que clase de negocios quiere hablar.-dijoa joven con tranquilidad, sentandose al lado del mayor, que mantenía sus cejas fruncidas.

- El plan es lanzar el próximo verano una línea mucho más juvenil y eres mi candidata. Quiero presentarte frente a la junta directiva y tendrás que presentar algunas pruebas, pero me he fijado en tus trabajos y dudo que alguien lleve a alguien mejor que tu.

Marinette sonrió con verdadera y auténtica alegría. Se sentía muy afortunada por el hecho de que uno de sus ídolos en la moda, le considerse para arreglar una clase de colaboración. Podría mostrar algunos de los últimos diseños que había adelantado para la temporada de vacaciones y trabajar codo a codo con los grandes del diseño.

-Es muy amable de su parte, halaga mucho mi trabajo.-respondió con modestia.- Sería una espectacular experiencia y nada me haría más feliz que trabajar con usted.

Gabriel miró a su hijo con una sonrisa ladeada. Ahora que miraba más de cerca a la más pequeña de la familia Dupain, entendía porque su muchacho se había puesto tan eufórico al mencionarle de una posible cena.

-Hace tres meses, cuando fue su cumpleaños, le diseñé yo mismo un suéter que nunca se pone por ponerse el que tú le regalaste.

Marinette se sonrojó furiosamente.- ¿En serio?

-Pero claro... Podría jurarte que esa brillante chaqueta tiene hasta ahujeros en los ahujeros.

La de ojos color azul miró con las mejillas sonrojadas al rubio que robaba sus suspiros.

Ahora lo entendía.

Tanta razón había tenido Adrien. Marinette era la indicada para hacer crecer la empresa.

-Sera un placer trabajar junto a usted, si le parece.

-¿Adrien modelará mi ropa?

-Si eso quiere.

-Acepto.

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