Mes Adrinette

5. Comodidad

Comfort/ Comodidad

Jueves cinco de abril

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Los zapatos eran incómodos. La corbata era incómoda. La camisa era incómoda. TODO era incómodo.

-Este pantalón está demasiado ajustado.-se quejó, intentando soltarlo un poco, pero no había nada por hacer. Estaba hecho tan perfectamente a su medida que se sentía como una fastidiosa segunda piel.

-Los pantalones de cuero son lo más popular en este momento; aprovecha que ese par te quedan de infarto.-dijo el fotógrafo, haciéndole señales de éxito para que se motivara y cambiara la cara malhumorada que se cargaba.

No quería ni pensar en qué pasaría si alguien que conociera pasara por ahí en esos momentos. Claro que después de aquella sesión, millones de personas lo verían en pantalones de cuero, pero al menos no tendría que ver sus primeras reacciones.

Bufó, cansado. Podrían pasar mil años y seguiría preguntándose en qué momento se convirtió en el muñeco de su padre, al que podían vestir y desvestir sin que él dijera nada.

-Creo que sería una excelente idea una chaqueta de cuero, quedaría más acorde.-comentó el hombre con la cámara en la mano.

-¿Más cuero?-chilló el rubio. Se negó, se quitó la estúpida corbata que no hacía más que apretar su cuello y se remangó la camisa hasta por encima de los codos.- Me niego a esto.

Salió caminando de allí a paso apresurado, sintiendo los pasos que lo seguían de cerca. Seguro su padre lo mataría en cuanto se enterara que había huido de la sesión fotográfica, pero no tenía por qué seguir soportando que lo trataran como un maniquí. Si querían exhibir ropa, pues que lo hagan ellos porque él no lo hará más...

El frío suelo, saludó a su trasero de forma efusiva.- Con un...-se iba a quejar y con su tremendo humor, seguro el pobre desgraciado que había chocado con él sería el objetivo de su desquite, pero entonces vio a su compañera de clases en el suelo, sobando con insistencia su tobillo.-Marinette ¿estás bien?-cuestionó, ayudándola a ponerse de pie después de él.

Ella lo miró con sorpresa y las mejillas de la chica se incendiaron rápidamente.- Lo siento tanto, no había sido mi intención tirarte y...-sus palabras salieron atropelladas pero al menos no había dicho nada extraño y ese ya era un gran avance para ella. Miró detenidamente los pantalones que el muchacho llevaba puestos y no pudo evitar que el sonrojo aumentara.- ¿Por qué llevas esos pantalones?

Adrien sintió sus orejas calientes por la vergüenza y quiso meter la cabeza en un agujero, pero no había escapatoria.- Estoy en sesión, pero ya no soporto esta cosa y necesitaba respirar.-dijo él, pensando que quizá Marinette creería que era una diva por no poder soportar unos simples pantalones.

La joven se acercó a él.- ¿No tienes calor? - bajó la mochila que llevaba de su espalda y sacó una pequeña caja con alfileres y unos trozos de tela que siempre llevaba para las emergencias.

-Como no tienes ni idea.-suspiró derrotado.

-No te muevas.- ella se agachó frente a sus pantalones, cosa que lo avergonzó. No se movió, le daba miedo que Marinette se asustara, pero el que se asustó muchísimo cuando la tela se rasgó fue él.

Marinette había abierto ciertas partes de su pantalón y lo que era un pantalón de cuero de la marca Agreste, ahora era un cómodo pantalón de cuero con toques de algodón que se ajustaban a zonas muy específicas de las piernas.

Cuando la labor estuvo lista, él no tuvo ni la oportunidad de agradecer, pues se vio atrapado por el fotógrafo que pareció de pronto, dejando a la hermosa chica atrás, con una sonrisa satisfecha. El hombre de la cámara estaba tan absorto que no notó la diferencia entre los pantalones hasta un buen rato después.- ¡OMG! ¿De dónde salieron esos pantalones? ¡Necesito unos!

Adrien rió. Su papá, sin saberlo, ya tenía competencia.

Miró sus piernas y el sonrojo volvió.

"Deja de pensar en ella frente a tus pantalones, deja de pensar en ella frente a tus pantalones"

Palabras: 650

Muy bien, esta vez me pasé 150 palabras, pero eran muy necesarias. 

Espero les guste mucho.

Un beso.