Cristina

63 5 0
                                    

1

Todo había pasado rápido, abrí mis ojos y me encontré en un hospital, a mi lado estaba un hombre, estaba tan cansada que no lograba abrir bien los ojos por lo que no lo pude reconocer hasta que un doctor apareció.

Parado ahí, acercándose a aquel hombre lentamente, dijo -No pudimos hacer nada...lo sentimos -.Aquel hombre se levantó, vio al doctor y me abrazo mientras su voz se rompía en mi pecho y se desmoronaba en mí.

Era algo pesado, mi voz era tan débil que no podía decir ni una palabra -Te cuidare, ahora en adelante estarás con migo -. Cuando dijo eso me di cuenta que aquel hombre era mi padre, aquella persona que no veía en años, pensé que había olvidado el sonido de su voz pero al parecer no.

Después de eso me quede dormida de nuevo, me caí rendida, no sé cuánto tiempo paso pero cuando desperté se podía ver desde la ventana que era de noche, mi padre ya no se encontraba a mi lado de seguro el tiempo para las visitas terminaron, me pare para ir un momento al tocador, pero al destaparme vi todo mi cuerpo lleno de moretones y algunas heridas abiertas - ¿qué me paso? -. Me sorprendí con esa cantidad de heridas, solía tener muchas pero se podían simular en cambio estas no, a simple vista mi cuerpo parece tener otro color. Salí de la habitación del hospital, ese lugar nunca me imaginé lo triste que parece, cuando llegue al tocador lo primero que hice fue lavarme las manos, de algún modo me sentía sucia, también me lave en rostro, cuando me mire fijamente en el espejo no me pude reconocer me, mi cuello estaba vendado por alguna razón y mi rostro tenia pequeñas cicatrices y mi ojo estaba completamente morado, apenas y podía ver con ese ojo.

Al salir del baño y dirigirme de nuevo a la habitación del hospital, me quede mirando hacia las ventanas, solía mirarlas todo el tiempo cuando no podía dormir, sin embargo deje de hacerlo, cada que veía mi reflejo me daba asco y siempre apartaba la mirada -Cristina -. Sin darme cuenta una mano estaba encima de mi hombro, me di la vuelta y reaccione a la defensiva... era mi padre, con un poco de café en su otra mano - Deberías estar descansando, ¿Qué haces despierta a estas horas? -. Cuando me puse a la defensiva. Mi padre puso una expresión de desconcierto, como si al frente estuviese una completa extraña.

- Perdón, no podía dormir y fui al baño por un momento -él estaba pálido, nunca lo había visto de esa forma -. Enserio perdón -Nos dirigimos juntos a la habitación, me ayudo a recostarme, cada movimiento que hacia me dolía mucho y el me preguntaba si estaba bien, no recuerdo cuando fue la última vez que alguien me preguntaba eso, parecía muy cansado, quise preguntarle muchas cosas como: ¿Qué me sucedió? ¿Cómo llegamos a esto? ¿Qué le paso a aquella mujer?

Quise atacarlo con miles de preguntas pero no quise molestarlo, así que los guarde y talvez al día siguiente pudiese preguntárselo, tomo un pequeño sorbo de su café y se quedó dormido por completo en cambio yo, le retire el café y me quede sentada por completo hasta que el cansancio regresase.

SIN PALABRASWhere stories live. Discover now