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De alguna manera lo que había dicho Diana me había hecho feliz, me sentí aceptada, no paraba de pensar en ello, me desperté bastante temprano, faltaban dos horas para ir al colegio aun así me pare de la cama, baje silenciosamente e hice el desayuno, "Espero que no se enfrié", me dije a mi misma al terminar de cocinarlo, Snowy se despertó después de mi bajo las escaleras, era obvio que pudo oler el desayuno.

– ¿Crees que les gustara? – pregunte al gatuno que me ignoraba mientras se dirigía a la cocina –. Bueno... supongo que tendré que seguir comprando esto –señale a la lata de atún que sostenía en una mano, la abrí y se lo di.

–Bueno, o ya debo alistarme –subí las escaleras, sin hacer un ruido y entre a mi habitación, me bañe con agua fría, Salí del baño y me seque por completo, al terminar de ello estaba a punto de ponerme la venda en el cuello, pero no lo hice, bote todas las vendas a la basura, al terminar ello, me puse la ropa con la que iría, ya estaba lista hasta que al bajar me olvidé de mi bolso, donde tengo mis libros libretas, sin embargo se me vino a la mente que todo lo deje en el colegio, todo. Salí de casa, con la pequeña esperanza de que mis cosas estén allá o por lo menos en buenas condiciones, tenía ganas de correr por lo que no me contuve.

Llegue al colegio cansada, no había nadie en el por lo que me considere con suerte, pensé que la dirección lo tendría, fui y pregunte pero me mandaron con lo conserjes, ellos me dijeron que no vieron nada así, camine un poco decepcionada hacia la clase, al entrar a salón, vi como una silueta volteaba, y se sorprendió al verme, estaba parado en mi asiento junto con lo que parecería mis cosas – ¿Qué haces con mis cosas... Adrián? –me acerco a él, tomo mis libretas que estaban encima de él, las marcas, las palabras hechas por alguien habían desaparecido, lo mire de inmediato, mi rostro lo decía todo "¿Qué paso con ellas?", el levanto su rostro y dio un ligero paso atrás.

–Perdón, es mi culpa que ellos te hayan hecho esto, me encargare de que ellos no lo vuelvan hacer, por mi culpa pasaste un mal día ayer y...

– ¿Y cómo lo harás? Hiendo a peleas sin sentido, que termines lastimado por algo tan tonto... además esto no es nada –dije mientras palmaba el escritorio –. Tú mismo viste como los golpeaba, incluso tu tenías miedo pero gracias por preocuparte por mi –dije mientras mi rostro toma forma de una honesta sonrisa.

En ese instante él sonrió junto conmigo, un algo forzado pero sonrió, volteamos al mismo tiempo y vimos como Maira entro al salón.

– ¡Perdón por tardar! – Adrián y yo nos volteamos a vernos y empezamos a reímos de ella, ella reacciona un poco tarde y luego mira la pantalla de su celular –. Nada mal Maira, llegas una hora antes de que toquen –me rio al instante, Maira empieza hacer algunos pucheros, pero luego los tres nos sentamos en nuestros asientos.

–Te dije que cambiaras la hora de tu celular –decía Adrián a Maira –. Lose pero no tengo tiempo.

– ¿Trabajo? – Pregunta algo serio Adrián –Si, solo este mes continuo ya lo dejare –Adrián solo se le quedo mirando como si le dijera que a lo dejase, pero ella con una sonrisa parecía responder todas sus preguntas.

SIN PALABRASWhere stories live. Discover now