Luna Valente.

-Veintisiete-

Matteo B.

Miró mi celular con la esperanza de qué Luna me contesté los mensajes que le he enviando, tampoco me toma las llamadas y me estoy empezado a preocupar.

¿Donde estará?

-Matteo.

Emilia toma asiento en la silla libre de mi mesa llamando mi atención, fijo mis ojos en ella y me da aquélla sonrisa poco sincera qué se a vuelto propio de ella.

-¿Te puedo ayudar en algo? -preguntó, mi voz sale fastidiada.

-Si lo preguntas de esa manera hasta se me quitan las ganas de pedirte un favor -niega con burla- ¿Porque de tan mal humor?

-Sólo me disgusta tu simple presencia.

-Ay, pero que mala onda -rie- me entere de qué tu y Luna están de novios.

-Las noticias corren rápido -bufo.

-La verdad es qué si, lo qué en verdad no entiendo es el porque éstas con ella... Digo por lo que me contaron no ha sido una buena novia la ultima vez que tuvieron juntos.

-Mi relación con Luna no es de tu importancia Emilia.

-Sólo digo lo que oi -se encoge de hombros- ahora dime entre nosotros -baja el volumen de su voz mientras nos señala- ¿estas con ella porque es Sol Benson?

-Emilia...

-Hola chico fresa -Luna deja un beso fugas en mis labios sin previó aviso sorprendiendo, se separa de mi con una sonrisa que no tardó en desaparecer al notar la presencia cierta rubia- Emilia.

Mi ceño se frunce al notar como la pronunciación de su nombré sale de sus labios con un disgustó notable acompañanda de una mirada intensa que da a entender que no le agrada su presencia.

No me pasa por alto las grandes bolsas que cuelgan bajo sus ojos que no son capaces de ocultarse con su maquillaje, su peló va perfectamente recogido en una media cola, mientras viste un sencillo vestido color amarillo y una chaqueta de jean, también he notado su perdida de peso desdé qué la vi hace unos dias y eso me preocupa.

-Hola Sol -la saluda.

-Luna, por favor -masculla claramente fastidiada.

-Cómo sea -se pone de pie- yo ya me voy, adiós Matteo, adiós Sol...

-Es tan irritante -comenta al ver como Emilia sale de la cafeteria- no la soportó.

-Sólo ignorala -digo envolviendo mis brazos en su cintura para acercarla a mi- ¿como éstas? Te ves cansada.

-Lo estoy -pasa una mano por mi peló distraída- no a sido una buena noche.

-¿Qué pasó? -preguntó controlando las ganas inmensas de decirle que deje mi pobre cabello en paz.

Tardé mucho en peinarlo hoy.

-Sharon -musita con la mirada baja- ella volvió a la mansión anoche.

-¿Que? ¿como que volvió? ¿no qué habia escapado?