•e n l a m e d u l a •

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Una vez más pude sentir el fuego en mi espalda, un fuego que hacía que mis puños se hicieran pequeños y mis labios sangraran, ardía.

Tenía el mismo infierno en mi espalda y mis flores se quemaban una por una.

Pude sentir los cuchillos de metal dormir mi piel para después clavarme la flecha final.

El fuego absorbía mi vida, el fuego quemaba las flores que tanto cuidé.

Sentía mi aire salir, la enorme flecha con fuego se retorcía en mi interior y mi garganta quería gritar.

La tosca tela de mi cama rozaba mi piel, las manos del demonio acariciaban mi espalda mientras el cáncer me susurraba al oído lo débil que era por llorar.

Pude ver una vez más los obscuros ojos de la leucemia posados sobre los mios, tomo mi médula entre sus manos y la beso una vez más.

Amado cáncer, ¿Por qué yo?.

Con sus manos llenas de sangre limpio mis lágrimas y me hizo recordar el por qué estaba en esa camilla ardiendo de dolor.

Por los demás.

Mis puños se aferraron a la sábana y apreté mis dientes lo más que pude, me tragué el dolor y disfrute el ardor del fuego sobre mis alas, dejé que el fuego las consumiera, dejé que quemara todo lo que había en su paso y abrí unas nuevas.

Mis lágrimas salían sin parar con orgullo y felicidad.

Por todos.

Pude sentir como mis raíces expulsaban todos los cuchillos y flechas en mi.

Una vez más tome las manos calidas de la leucemia y susurré sobre sus labios un pequeño 'te amo'.

Aunque me este matando internamente, aunque me haga gritar de dolor... Desde siempre le pertenece mi sangre.

Adora la sangre que es capaz de crear nuevos seres, pero, odia que le digan que la aman.

Ningún ser merece amar al cáncer, es lo que ella dijo.

Más sin embargo yo la amo.

Amo la manera en la que me hace más fuerte, y más generosa.

Sentí el dolor calmarse y sentí mis párpados pesar.
El cáncer me miraba con ojos igual a unas perlas.
Las gotas de sangre corrían sobre sus ojos.

Mi sangre.

• Leucemia •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora