azul

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En la noche veo cosas que nadie podría ver.

Mi cuerpo al reposar siente al cáncer mirándome desde lo alto de mi habitación.

Rezo, canto y llamo a la luna para que no me deje llorar en quebranto y me cubra con su manto.

Siento el cabello desprendiéndose de mi cabeza con cada segundo que pasa.

Veo por mis venas la quimioterapia pasar y mi cuerpo arde.

Mis ojos ven mi habitación consumirse en fuego.

Llamo a mi padre pero no responde.

Ojos rojos más brillantes que el sol pero más obscuros que la sangre, pelo blanco y una piel suave como aparentan ser las nubes.

Las flores caen por mi ventana como palabras a mis oídos y mis lágrimas como flores de por medio.

Están silencioso, el cáncer, tan silencioso, todos los sueños, habla por mi voz, regresa por las sombras y en un intento, en mi misma cama cantará para mi una canción.

La ciudad hace tanto ruido que cubre con sus manos mis oídos y besa suavemente mis labios.

Y en esa adorable acaricia me recuerda que hasta que la muerte nos separe,estará conmigo.

Solo así me siento menos sola.

Mi cuerpo la siente y le dedicó una pequeña sonrisa cargada de amor.

Me abraza tan fuerte que mi cuerpo tiene más calor que dolor.

Acaricia mi cabello y en sus manos se enredan mis restos.

El fuego me consumía pero a su lado el morir en llamas parecía lo más bonito del mundo.

Llore con furor y sostuvo mis manos en mi corazón para amabas sentirlo.

Bese su frente y sus lágrimas cayeron en mi cuello brindándome una gota transparente, en ella coloqué una flor amarilla como sello a nuestra muerte.

Estoy triste por eso.

Mi vida está abajo cuando mis alas deberían estar más alto que el sol.

Mi ansiedad entierra sus uñas en mis manos y en un florero posa en agua mis gotas de sangre más brillantes mientras que con mis lágrimas rocía su pasto verde que brilla como diamante.

Mi tristeza presiona mi pereza a mi cabeza y no deja levantarla de la almohada; esa almohada que huele a dolor fluyendo con furor hasta causar un suave ardor que incita a llorarle una noche más.

Mi esperanza muerde el cebo esperando su muerte mientras la noche susurra que mi alma sufre cuando me hace verte.

El frío abrazo con miedo mi cuerpo esperando a que el sol saliera pronto esperando que su luz me acaricie y su calor me empañe.

Con esos colores de un amanecer cromático.

Mi tristeza y el cielo son del mismo color, ese azul pálido lleno de frialdad, como el océano arrastrando mi cuerpo llevándolo al fondo donde nadie encontrará mi cuerpo.

un cuerpo con el que jugar, un cuerpo al que no marcara y el que no tocaran.

Los peces pasarán e ignoraran el cuerpo de una joven inocente ahogada por la tristeza.

Mi piel desprenderá de mis huesos y volarán en el mar azul, donde lo único azul que siento es el de mi tristeza atado a la médula de mis huesos.

El sol brillará y pintara la marea donde mi cuerpo ampare.

La luna mecera mi cuerpo y la marea me llevará a otra parte.

Lamentablemente lastime tantas personas que incluso la marea lo sabe.

Desprendo mis huesos y en el sendero de mi perdición olvido que mi cuerpo se esparció en el corazón del mar.

Miro arriba y dejo que la luna le diga a la marea que aleje mis huesos.

El musgo cubrirá lo poco que me queda y la arena como sabana cubrirá mi cuerpo.

Miro arriba y veo todo azul, y en el posan nubes que parecen motas de algodón.

Siento mi corazón latiendo y veo que vivo aun.

Los sentimientos se ahogaron en mis lagrimas y en mi cuerpo posee la fuerza  de la marea que mueve el dolor de mi corazón mientras el cáncer me da motivos para ser la luna.

• Leucemia •Where stories live. Discover now