• como arena •

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Dentro de esas paredes blancas con azul hay sonrisas sinceras, almas puras e inocentes.

Hay  bebes, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, y abuelos que te dan la motivación para seguir.

Sus historias, sus sonrisas, sus marcas de guerra, sus dulces voces te tocan el corazón y te llenan de energía.

Somos plantas que necesitamos de sol y agua.

Algunos toman la enfermedad como un castigo y otros como una bendición.

no importa si duele, si sangró, si mis ojos lloran, y si a mis pulmones les duele respirar.

Los niños se unen y rezan a Dios por sanar las impurezas de sus débiles cuerpos, no importa a que Dios sea, nombran a todos en general con el deseo de que todos los seré poderosos unan sus almas y sanen el sufrimiento de ellos y de sus hermanos.

Todos somos la sangre de todos.

Si a alguien le falta sangre todos ponemos de la nuestra y salvamos a los necesitados.

Incluso si necesitan experimentar con nuestros cuerpos entregamos cuerpo, alma y corazón, por eso es lo que somos.

Somos débiles pero poderosos.

Nuestros defectos son los poderes más hermosos del mundo.

Incluso si nos falta un cachito de nuestro cielo o nuestras raíces sean deformes, somos hijos de la misma madre, nuestra madre la enfermedad.

Madre creo un cielo donde nosotros seamos los únicos y diferentes, un cielo que solo sea de nosotros, nuestro cuerpo es nuestro cielo.

Cada cicatriz, cada marca, cada moretón y cada lunar forma la constelación más hermosa de todos los cielos.

Cada lágrima, cada sufrimiento, cada gota de Sangre y cada grito de dolor hace que la constelación de nuestras vidas sea aun más maravillosa y Hermosa.

Entre más grande y brillante sea nuestro cielo explota de poder.

Hicieron de mi cosas que no quería pero su sed de salvarme era más poderosa que cualquier cosa que viniera de mí.

Mi corazon duele, mis pulmones sienten una presión horrible, mis venas arden como fuego, mis lágrimas heladas recorren mis mejillas, y mi ojos solo quieren dejar de ver.

Todo se graba en mi mente.

Y a la hora de cerrarlos puedo volver a ver todo el proceso una vez más, y mi corazon duele cuando sucede.

Duele ver cómo poco a poco mis hermanos mueren como si de arena se tratara, duele oir sus gritos de dolor, duele tocar sus cuerpos lastimados, duele la manera en la que sufren.

• Leucemia •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora