• m i a •

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Pude haber permanecido en el suelo.

Pude haber dejado que mi cuerpo siguiera sangrando.

Pude haber seguido llorando.

Pero no fue así.

Pude seguir corriendo por un sendero sin camino alguno, pero mis pulmones dolían y mi respiración ardía.

Caí por el acantilado y mi cuerpo cayó al río.

Estaba frío y obscuro pero la luna me observaba con emoción, a través del agua pude sentir como el brillo de su silueta acariciaba mi rostro.

Tome aire y salí enterrando mis dedos en la tierra.

La traviesa risa de mi hermana sonaba por mis oídos, aquella risa odiosa que me decía "veo que aún no te rindes".

No le di importancia y salí de aquel río de agua helada mientras mi vestido escurría de agua.

Me limpie la sangre y seguí caminando con mis puños cerrados mientras mi mirada vagaba por el bosque.

No sabía dónde estaba ni mucho menos veía un sendero.

Otra vez esa risa.

El cáncer es la representación de Miles de animales comiéndote la piel.

Ví cuervos comiéndome con la mirada, un ciervo que con sus patas amenazaba por atacar, un oso al que la boca le rugía y un futuro doloroso e incierto.

Deje que el cuervo con sus patas me arrancará los ojos.

Deje que el ciervo con sus cuernos atravesara mi pecho y atacará directamente mi corazón.

Deje que el oso me atacará y arrancará mi piel mientras mi músculo quedaba desnudo.

Deje que el futuro me susurrara al oído que la naturaleza me protegía.

Decidí que el tiempo me mataría como estaba originalmente dirigido.

Aquel cuervo fue asfixiado entre mis manos mientras veía como sus patas arañaban mis muñecas.

Aquel ciervo pateó cuando rompí sus cuernos enterrando su propia defensa en su cuerpo.

El oso grito cuando mis pequeñas manos entraron en sus ojos entrometiendome en el paisaje más hermoso que quizás nunca volverá a ver.

La naturaleza de esos animales me abrazó y con sus cuerpos cubrí el mío.

Coloqué la piel del oso en mi espalda, el plumaje del cuervo adorno mi vestido de encaje blanco.

Y coloqué los cuernos del ciervo como si mi corona fuera.

Reinando la naturaleza del ser humano.

Aquellos humanos llenos de miedos, ansiedad, felicidad, aquellos humanos que parecen lienzos sin pintar.

Con tantos colores y tanta libertad.

No importa que tan trágicamente mates aquellas cosas que te agobian, después de todo seguirás cargando con ellas en tu espalda.

Mancharan tus manos de sangre pero no limpiaran tu impureza, la impureza de ser humano.

La pureza de aprender.

Pero el hecho de que las tengamos vivas nuestras manías fortalece el alma.

El oso abrazo mi cuerpo mientras sus ojos veían los míos, el cuervo abrió sus alas y se posó sobre mi hombro mientras el ciervo se dejaba adornar sus cuernos con flores.

La naturaleza de ser humano.

Escuché esa risa.

Pero estaba feliz por qué era la mía.


• Leucemia •Where stories live. Discover now